Carta de
São Paulo
En el marco del llamado libre
comercio, la clase obrera vive un
momento histórico signado por la
sobreexplotación del trabajo
asalariado, la inseguridad, el
desempleo y la exclusión. Con la
excusa de la competitividad,
compañías como InBev
priorizan la rentabilidad ante todo,
inclusive en perjuicio de las
personas.
La concentración de la producción en
oligopolios globales no sólo impulsa
una drástica disminución de empleos
sino que su objetivo es también
degradar al máximo las condiciones
de trabajo. Al tiempo que se despide
a miles de empleados y empleadas,
transnacionales como InBev
imponen a los que permanecen
ocupados un régimen de “trabajo sin
fin”: se declara la guerra a los
“tiempos muertos”, se comprimen
múltiples tareas en una sola persona
en un ambiente cargado de estrés y
de todo tipo de presiones.
Las trabajadoras y trabajadores de
cervecerías de todo el mundo, nos
reunimos en São Paulo para analizar
estos cambios, sus efectos y
elaborar estrategias comunes para
defender las fuentes de trabajo y
mejores condiciones de vida.
En el sector cervecero se produjo
simultáneamente un gran incremento
de la producción y una alta
concentración en un puñado de
transnacionales que han absorbido,
casi extinguido, a las pequeñas y
medianas empresas locales.
Sin embargo, este crecimiento no ha
significado una mejor calidad de
vida para quienes construimos esa
riqueza. Miles de trabajadores y
trabajadoras en varios países han
quedado sin empleo. En este
encuentro hemos recibido el
testimonio personal del compañero
Bozo Perovic, despedido y perseguido
en su país, Montenegro, como
resultado de su legítima actividad
sindical. Nos solidarizamos
plenamente con él y en Bozo
simbolizamos a todos los
trabajadores y trabajadoras
hostigados y despedidos por InBev.
Este no es un caso único, quienes
todavía trabajamos en InBev
padecemos la amenaza de que sean
desconocidas las conquistas y los
derechos adquiridos en muchos años
de lucha. InBev insiste en
soslayar a los sindicatos como
legítimos representantes de los
trabajadores y trabajadoras, a
quienes no tiene en cuenta a la hora
de tomar decisiones.
InBev
tiene que avenirse a reconocer a los
sindicatos y adoptar mecanismos de
negociación permanentes y de buena
fe, que garanticen que su
crecimiento no se construya a partir
del sacrificio y la exclusión de sus
trabajadores y trabajadoras.
Por tanto, los delegados y las
delegadas sindicales de 13 países
presentes en este Taller, anunciamos
la creación de un
Comité Sindical Intercontinental
de solidaridad, intercambio de
información, consulta, investigación
y comunicación permanentes en
defensa de nuestras fuentes
laborales y nuestros derechos.
14 de noviembre de 2005
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