La actividad piñera en Costa Rica

Impactos, consecuencias y desafíos

 

 

Introducción

 

La agroindustria de la piña es una de las actividades que ha demostrado un mayor dinamismo en términos absolutos y relativos de crecimiento, producción y generación de ganancias para los grandes productores y exportadores, fundamentalmente extranjeros. Algunos datos dan cuenta de esta realidad.

 

Se contabilizan, extraoficialmente, cerca de 20.000 hectáreas en producción; para 2004 se calcularon $230 millones ($50 millones más que en 2003) las ganancias provenientes del envío de la fruta al exterior. Se caracteriza por un mercado productivo conformado por cerca de 1.200 pequeños y medianos productores y algunas estimaciones indican que provee de empleo a cerca de 60.000 trabajadores y trabajadoras en todo el territorio nacional.

 

Este dinamismo en la actividad ha sido alentado por factores institucionales de índole interno, congruentes con las nuevas reglas del juego en el modelo económico y el agotamiento de ciertas actividades orientadas al mercado externo, agobiadas por las crisis económicas y en los precios, la falta de crédito y los fenómenos naturales. A nivel internacional, cambios en el mercado productor de piña han propiciado que la fruta costarricense se coloque en los primeros sitios a nivel mundial.

 

Sin embargo, lo que subyace en la expansión y el crecimiento de la actividad no se queda solamente en las estructuras generales a nivel nacional e internacional, pues también hay factores que explican este explosivo comportamiento de la producción piñera en Costa Rica y que se encuentran en la base de la estructura económica y social donde se asienta la actividad: las condiciones de las personas trabajadoras en términos laborales y de salud ocupacional, los impactos a nivel social y la problemática a nivel ambiental derivada de la acción irreflexiva e incontrolada sobre los recursos naturales.

 

Este artículo pretende recuperar algunas de las principales reflexiones derivadas de un trabajo de investigación más amplio sobre el impacto de la producción piñera en las dimensiones comentadas y esbozar algunas líneas en relación con los desafíos y retos que plantea para el trabajo organizativo (sindical y comunal) en un futuro cercano.

 

El contexto

 

La reciente producción piñera debe ser ubicada como parte de una situación de índole estructural de la sociedad costarricense: el cambio en su modelo económico, que impulsa las actividades de exportación orientadas a mercados amplios como el estadounidense y el europeo y las consecuencias que tiene esta transformación en la naturaleza, los objetivos y las estrategias de producción de sectores como los pequeños y medianos productores nacionales.

 

Esta situación estructural tiene consecuencias personales, tal como lo indica un trabajador de la zona atlántica:

 

... es mejor alquilar el terreno que seguir trabajando en lo propio. Lo que pasa aquí es que la mayoría va vendiendo. Y el que no vende, alquila. Entonces, a los que vivimos de la agricultura nos van estrechando, nos van cercando. Ya no podemos trabajar. El que tiene un pedacito, aunque esté la tierra débil no quiere soltarla porque si la suelta no tiene donde trabajar. Por aquí, por este lado, viene la piñera abarcando todo. Aquí, calculo que en tres años no vamos a hallar donde trabajar. A estas alturas ya tenemos problemas por eso.

 

 

Un segundo elemento, vinculado con el anterior, consiste en la entrada en operación de mecanismos, instrumentos e incentivos que apoyan la gran exportación y que dieron impulso al modelo basado en la promoción de las exportaciones de los años ochenta y noventa.

 

Articular este aspecto estructural de la sociedad costarricense con otros de naturaleza coyuntural y más recientes, como la posible aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, tiene sentido, sobre todo cuando se dice que este mecanismo vendría a favorecer la expansión del cultivo (Entrevista con Alexis Quesada. Gerente Programa Nacional Piña. MAG. 16–8–2004).

 

Sin embargo, la dinamización de esta actividad, su vigor y su impulso reciente, no puede ser analizada sin considerar otros elementos.

 

El reciente impulso piñero no fue concebido como un proyecto de sociedad que considerara crecientemente la pequeña y mediana producción: al contrario, la aparición de la compañía Pindeco (subsidiaria de la empresa Del Monte) a finales de la década de los años setenta, fue el punto de giro que en término tecnológicos, económicos y de proceso de trabajo, caracterizaría la actividad en adelante. El impulso ejercido por esta compañía, ubicada en la zona Pacífico Sur, aceleró la actividad y ocasionó, años más tarde, un crecimiento horizontal (expansivo) que tuvo, al menos dos caras.

 

La primera puede resumirse en una pregunta. ¿En manos de quién está la expansión? La información analizada permite precisar que esta expansión está en pocas manos y la mayor parte no son costarricenses. La siguiente afirmación, emanada de un documento oficial, permite constatar esta característica del mercado piñero costarricense: 

 

“No es un secreto que el gran auge con que cuenta la actividad en nuestro país ha sido impulsado, en su mayoría, por empresas extranjeras. Estas, viendo las ventajas agroecológicas del territorio y las facilidades arancelarias, que dentro del marco de la globalización mundial han sido creadas por países desarrollados en beneficio de los países pobres, han sabido invertir y trabajar para lograr el primer lugar mundial en las exportaciones de piña”.

(Procomer, perfil de producto piña, 2000:32).

 

En segundo lugar, esta expansión no ha tenido un impacto social positivo pues para los pequeños y medianos productores piñeros la situación es de desprotección: no reciben incentivos ni créditos y están de alguna manera avasallados por la acción de las transnacionales, que son las que se llevan las ganancias, pues la porción del mercado más atractiva, la comercialización, la tienen dichas empresas. Esta situación se explica por varios factores como el poco acceso y uso de la tecnología, el desconocimiento sobre la fase de la comercialización, la mala relación con las empresas grandes y la falta de acceso al crédito (SEPSA, 1995).

 

Las caras de la expansión: la situación

en la Región Atlántica y el Pacífico Sur

 

Ahondando un poco más en la problemática de la expansión piñera es preciso considerar algunos aspectos problemáticos que se han venido ocasionando en zonas como el Pacífico Sur y la Región Atlántica.

 

En esta última zona se han encendido las luces de alerta sobre los peligros que encierra volver a tener una actividad extractiva y monoproductiva que no deja margen para otras acciones de los pequeños y medianos productores, como fue el caso del banano en años recientes.

 

Allí muchas fincas de banano están cambiando de actividad y pasando a la piña sin mucha dificultad; uno de los impactos directos en este sentido ha sido el encarecimiento de las tierras con el consiguiente perjuicio para el pequeño y mediano productor que tiene que alquilar o vender sus fincas a las grandes empresas productoras de piña.

 

Las luces de emergencia se hacen más intensas si se toma en consideración que esta zona tiene una vastísima riqueza natural caracterizada por mantener un sinnúmero de mantos acuíferos que abastecen de agua a una gran cantidad de comunidades que se ven seriamente amenazadas por la acción de proyectos productivos en operación y que están por iniciar su trabajo. A esta situación crítica hay que sumar la acción de empresarios que infunden temor a los vecinos locales en tanto plantean amenazas ante aquel que cuestione lo que ocurre adentro y alrededor de sus plantaciones.

 

La acción de respuesta es débil en este sentido. Las personas trabajadoras callan por temor a ser despedidas y porque no tienen una organización que las respalde. Los esfuerzos de algunos vecinos que se han unido para denunciar lo que ocurre en estas empresas desde el punto de vista laboral, ambiental y social son hasta ahora importantes, pero insuficientes para detener la expansión piñera en esta zona en particular.

 

Caso aparte merece la zona de Buenos Aires de Puntarenas donde se afinca la compañía Pindeco y en la que desde setiembre de 2003 funciona una organización laboral que está liderando acciones importantes en el campo de las denuncias sobre problemáticas de salud ocupacional, persecución a personas trabajadoras y el impacto ambiental sobre las comunidades y los recursos naturales aledaños a la empresa.

 

Los impactos de la actividad piñera a nivel general son muchos pero es posible ubicar algunas dimensiones como las señaladas (ambiental, laboral, social, etcétera) para detallar mejor los efectos y precisar sus alcances críticos para las poblaciones y comunidades directamente implicadas.

 

Impacto ambiental

 

La preocupación generalizada es la acción corrosiva, destructora y extractiva de que se aplica sobre el suelo, bosques, ríos y especies animales que habitan alrededor de las empresas que cultivan piña.

 

Sobre este aspecto, hay que señalar que ya hay casos demostrativos, como lo planteó el Frente de Lucha contra Pindeco (FLP) hace algunos años cuando acotó los efectos degradantes sobre los recursos naturales por parte de la empresa.

 

“Empezamos a analizar el por qué de la erosión que se da en cantón de Buenos Aires por la piña; todas esas aguas van a caer al Térraba y todo eso va a dar a la desembocadura, y lo que está sucediendo es que se está levantando el nivel de la desembocadura (...)”.

(Entrevista con Roberto Picado, representante del FLP. Diciembre 2004).

 

 

A pesar de estos esfuerzos locales la compañía aparece ante el mundo como un ejemplo de buena práctica ambiental en materia de producción piñera, pues hace algunos años fue certificada con la norma ISO, norma que, al decir de algunos trabajadores, fue elaborada a espaldas de ellos mismos.

 

Si bien esto pasó con una compañía que tiene cerca de 20 años de estar operando, igual o más crítico es lo que pasa en la zona caribeña, donde la acción de las empresas sobre el ambiente es bastante grave.

 

Este investigador tuvo la suerte (o mala suerte) de observar el trabajo de maquinaria pesada que, al ritmo de la lógica económica botaba bosque y escondía las evidencias para no ser atrapado por la supuesta fiscalización de entidades como el Ministerio de Agricultura (MAG) y el Ministerio de Ambiente (MINAE), que no fiscalizan mayor cosa.

 

Los testimonios en las comunidades visitadas del Caribe (especialmente las ubicadas en el cantón de Guácimo) son serios y urgentes: la deforestación es incontrolada, la desviación de los cauces de los ríos para dotar de agua las plantaciones piñeras es una verdad conocida en muchas comunidades que están siendo cercadas por el cultivo.

 

Impacto en la salud de las personas

 

Por otro lado, la información obtenida y analizada a lo largo de este Informe permitió constatar los efectos de la acción de las empresas piñeras, tanto en las personas trabajadoras como en las comunidades aledañas a las plantaciones.

 

En el primer caso, se refiere a la acción de los químicos sobre la piel de las personas trabajadoras, así como la intoxicación con estos materiales; de igual manera, se plantea la problemática de la exposición por largas horas a la acción directa de los rayos del sol que ocasiona insolaciones, problemas en la piel, etc.

 

Otras enfermedades como asmas y alergias han sido documentadas por instituciones como el Ministerio de Salud y la Defensoría de los Habitantes, tal como quedó expuesto ampliamente en el informe presentado.

 

Esta situación con respecto a la salud de las personas trabajadoras en las piñeras evidencia la dureza de la actividad y el lento desgaste al que son sometidas cotidianamente; una manera de afirmar semejante situación es comparar los efectos en las personas de dicha actividad con otras, tal como lo hace un representante de las personas trabajadoras de la empresa Pindeco:

 

“Le voy a ser honesto: yo fui bananero también y es muy duro, pero el trabajo en piñeras es realmente duro. El químico de la piña nos perjudica más a nosotros; en el banano se riega el químico sea por aire o por tierra y si cae en las hojas casi no tiene contacto con las personas, pero en el caso de la piña se le riega el químico y nosotros lo llevamos en el cuerpo. La piña, además, suelta un polvo que se mete en la nariz y hace mucho daño. En este sentido, yo prefiero el trabajo en el banano que en la piña. Hoy en día llega gente nueva que tiene dos o tres años de trabajar y ya aparecen con enfermedades”.

 

 

Por otra parte, los efectos indirectos de la actividad piñera en la salud de los comunidades vecinas expresan signos preocupantes. En la zona del Caribe costarricense la acción de algunas empresas cerca de zonas de protección acuífera que abastecen hogares y comunidades para el consumo humano está ocasionando la continua aparición (no sistematizada por ninguna institución gubernamental relacionada) de enfermedades respiratorias y alergias en la población infantil.

 

Impacto laboral

 

La actividad piñera, en términos generales, representa un peligro latente en relación con los derechos y garantías laborales para las personas trabajadoras.

 

Existen empresas donde se violan derechos laborales básicos como las jornadas de trabajo, garantías sociales que no son reconocidas por la alta rotación de las personas trabajadoras antes del tiempo establecido por la ley (tres meses) y la persecución que sufren dirigentes y personas trabajadoras en el caso particular de Pindeco, las que incluso son obligadas a apoyar al comité permanente y son amenazadas cuando apoyan al sindicato de trabajadores de dicha empresa.

 

Sin embargo, una de las mayores preocupaciones para las condiciones laborales en la actividad es, sin duda, la presencia cada vez más intensa de población migrante, principalmente de origen nicaragüense, que es contratada en condiciones laborales de franco deterioro, en virtud de la situación migratoria que presenta una buena parte. Como resultado de lo anterior se establece una competencia y una especie de ventaja comparativa entre las personas trabajadoras nacionales y las extranjeras, porque estas últimas en virtud de su indocumentación, pueden ser mal pagadas y cesadas del empleo sin ninguna responsabilidad social y laboral de parte de las empresas. La figura del contratista ha contribuido a acelerar esta situación de deterioro laboral para el trabajador costarricense y extranjero pues en la mayor parte de los casos no actúan apegados a la ley nacional sobre el particular.

 

Por otra parte, el caso del trabajo femenino debe ser analizado en dos dimensiones: por un lado la pretendida especialización de la mujer en actividades de selección y empaque de la fruta, en la que por las características de dicho proceso hay un nivel de remuneración diferente al resto de procesos productivos: se trabaja a destajo y se gana lo que se empaque en un día determinado. Es decir, se trabaja cuando hay fruta y se gana del mismo modo.

 

Si bien la presencia femenina en la actividad es caracterizada por este tipo de labores “especializadas”, la tendencia actual es preocupante pues se ha puesto en evidencia la política de algunas empresas (entre ellas Pindeco) a la disminución del trabajo femenino y su consiguiente desaparición. Por otro lado, existen mujeres que trabajan en la actividad de campo (en especial en ciertas empresas del caribe costarricense) en proporciones menores que los hombres pero sí con los consiguientes perjuicios para su salud en términos de exposición prolongada al sol y los agroquímicos.

 

De cualquier manera, en ambos casos el trabajo femenino en la actividad está cruzado por el acoso, la persecución y el abuso de poder de parte de los patronos.

 

Impacto social

 

Una de las dimensiones más afectadas a partir del desarrollo de la actividad piñera es la social en la medida que se han detectado problemas familiares resultantes de largas jornadas laborales que dejan poco espacio para la relación y el convivio entre los miembros de las familias.

 

Esta situación se produce a nivel comunal pues se da una desarticulación del tejido social de las personas trabajadoras, ya que su ritmo de trabajo les impide acudir a actividades comunales, religiosas, etcétera.

En este sentido, la reflexión apunta a indicar cuanto de positivo tiene una actividad como la piñera para la construcción y fortalecimientos del desarrollo local de comunidades que necesitan ser atendidas por los propios pobladores y pobladoras en virtud de la escasa presencia institucional estatal y privada (ONG, principalmente).

 

En el trabajo de campo realizado en la investigación que da origen a estas reflexiones se percibió una suerte de inanición de muchas comunidades cercadas por las piñeras, para las cuales lo fundamental es conservar el empleo sacrificando primero el vínculo familiar y luego la acción comunal; en este sentido, no se vislumbra para estas comunidades ningún desarrollo local a corto y mediano plazo mientras esté con presencia una actividad que ni siquiera invierte en infraestructura social en las mismas.

 

Reflexiones finales

Las percepciones sobre la actividad y retos para el trabajo organizativo son complejas y están cruzadas por las realidades que permiten observar la producción de piña en el país: por un lado se habla del proceso piñero como un agente dinamizador de empleo en zonas realmente deprimidas y críticas en este sentido (como la región Pacífico Sur y la región caribeña). En esta apreciación interviene un principio de necesidad de muchas personas que ven en la actividad una tabla de salvación para sus necesidades básicas e inmediatas.

 

Por otro lado, muchas personas hablan del perjuicio ambiental que produce esta actividad; del perjuicio a la salud de las personas y a los recursos naturales de las comunidades implicadas, y del desarrollo de una actividad que viene a sustituir a otra igualmente extractiva y explotadora de los derechos de las personas trabajadoras, como sucedió en la zona atlántica con el caso de la actividad bananera.

 

En el primer caso, se dice que las empresas benefician porque son fuente de trabajo; esta opinión la suscriben varios agentes sociales (vecinos, miembros de instituciones locales y nacionales) que indican cuanto beneficio trae a una zona determinada el desarrollo de la actividad piñera.

 

En el segundo caso, se habla de estrategias empresariales como la fumigación nocturna y el cambio del uso del suelo, que se hacen también en horas de la noche para no ser descubiertos por las autoridades. En ambos sentidos, muchas personas que saben y conocen de esta situación experimentan temor a hablar por perder el empleo y porque han sufrido amenazas por parte de los empresarios.

 

Finalmente, ante esta situación, la impresión que existe es que la parte institucional es débil, desarticulada y con un nivel de respuesta lento y poco efectivo. Este investigador pudo constatar como un máximo representante del Ministerio de Agricultura y Ganadería a nivel nacional, dijo ante denuncias sobre los impactos referidos de la actividad, no se puede hacer nada porque es una actividad que da trabajo a la gente.

 

Es sobre este conjunto de impactos que debe de ser articulada una respuesta de trabajo conjunto para defender las condiciones de vida, de trabajo y de salud de las personas trabajadoras, sus familias y las comunidades cercanas a las plantaciones piñeras. Se presentan a continuación dos tipos de recomendaciones puntuales según los intereses del estudio realizado.

 

1. En el caso de la organización SITRAPINDECO es importante impulsar su trabajo, fortalecerlo con capacitación en temas como género, trabajo sindical y buscar un intercambio constante y permanente con otras expresiones organizadas que le abran la perspectiva sobre los impactos de la actividad en materia laboral. Así mismo, buscar aumentar su afiliación e involucrar más mujeres trabajadoras en su quehacer.

 

2. En el caso de la región atlántica, deben tomarse en cuenta las siguientes acciones urgentes para trabajar en el acompañamiento y fortalecimiento de las respuestas ciudadanas y laborales ante la situación:

 

- Diseñar una estrategia de comunicación popular para incidir en la opinión de una gran cantidad de personas sobre los impactos que ocasiona la actividad.

 

- Sistematizar las acciones que ya se han venido realizando por parte de grupos como el Comité Ambiental por Guácimo.

 

- Dar seguimiento a las gestiones realizadas por este comité en instituciones como MAG, Mínae, Asamblea Legislativa.

 

- Ante la inexistencia de organización laboral y ante el acoso de las personas trabajadoras por parte de las empresas en esta zona, organizar grupos en comunidades para analizar la problemática y ensayar estrategias de acción sobre la defensa de los derechos laborales y la problemática ambiental.

 

- Definir una estrategia de trabajo focalizada en materia de impacto ambiental integrando grupos ambientalistas que desarrollen estudios sobre los prejuicios directos que causa la actividad.

 

- Definir una campaña nacional sobre el peligro que se cierne sobre los mantos acuíferos de la zona.

 

 

Guillermo Acuña González

Investigador ASEPROLA

Foro Emaús

1 de setiembre de 2005

 

Este artículo resume las principales ideas expuestas en el estudio realizado por éste investigador titulado “Diagnóstico situación y condiciones de la agroindustria piñera en Costa Rica. Los casos de la producción piñera en las regiones Atlántica y Pacifico Sur: Características, organización y condiciones laborales. Informe Final”. Diciembre del 2004.

 

Documentación utilizada

Manifiesto de Guácimo sobre el Tratado de Libre Comercio Estados Unidos-Centroamérica (TLC-EUCA). (2004).

Ministerio de Agricultura y Ganadería. (2003). Memoria institucional 2002.

Promotora de Comercio Exterior (Procomer). (2000). Perfil de Producto. Piña.

Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (SEPSA). (1995). Perfil de la actividad piñera (Ananás Comosus L..) en Costa Rica.

 

Entrevistas

Alexis Quesada, gerente programa Nacional de Piña, Ministerio de Agricultura y Ganadería. 28-7-2004.

Representante de trabajadores organización SITRAPINDECO. 31-9-2004.

Entrevista colectiva con vecino de guácimo, Provincia de Limón. 12-9-2004.

Observación de campo. Gira a comunidades y empresas piñeras en el Cantón de Guácimo. 25-27 de octubre, 2004.

Trabajo de campo con trabajadores y trabajadoras de empresa Pindeco. Diciembre 2004.

Entrevista con Roberto Picado. Representante de FLP. Diciembre 2004.

Entrevista con Aquiles Rivera. Representante de FLP. Diciembre 2004.

 

 

 

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