Guatemala

Sección Agrocombustibles

Alimento para motores

 

 

En Guatemala hay quienes insisten, convenientemente, en negar el cambio climático y la importancia del cuidado de nuestro único ecosistema. Pero ya muchas y muchos lo entienden. Insisto en el ordenamiento territorial como una manera de visualizar lo que puede suceder en nuestro país. Si la ciudadanía pudiera ver mapas que ilustran para qué se está destinando la tierra en Guatemala, seguramente estaría alarmada. Porque al visualizar el territorio guatemalteco destinado a la extracción petrolera, minera y maderera, a los cultivos de exportación y, ahora, a la producción de agrocombustibles, surge la pregunta: ¿dónde se van a producir los alimentos para la población guatemalteca?

 

El tema de los agrocombustibles -o biocombustibles- tiene relación directa con los recursos naturales, la crisis ecológica planetaria y nuestra seguridad y soberanía alimentaria. Desde los países ricos -os mayores consumidores de energía- se había impulsado la idea de que se puede reducir el problema del cambio climático a través de la sustitución de hidrocarburos con agrocombustibles. Esta fue su respuesta al grave problema de cómo reducir su contribución al cambio climático y su dependencia del petróleo; pero hoy los agrocombustibles se cuestionan -sobre todo- en la Unión Europea. La evidencia está señalando que, lejos de contribuir a solucionar el problema planetario, el uso de agrocombustibles no es un medio seguro ni eficaz para enfrentar el cambio climático: los agrocombustibles pueden agravar la pobreza, degradar el ambiente y acelerar el cambio climático. Por ejemplo, al aumentar la demanda de tierras para su cultivo, los agrocombustibles pueden forzar la expansión de la agricultura hacia bosques y humedales, que son importantes sumideros de carbono, con lo que se libera ese elemento almacenado en el suelo y la vegetación.

Lejos de contribuir a solucionar el problema planetario, el uso de agrocombustibles no es un medio seguro ni eficaz para enfrentar el cambio climático: los agrocombustibles pueden agravar la pobreza, degradar el ambiente y acelerar el cambio climático.

 

Según una publicación de la revista Science, tomaría unos 167 años compensar las emisiones de carbono provocadas por el cambio de uso de la tierra a nivel global, como resultado -solamente- del programa de los Estados Unidos para la producción de etanol a partir de maíz. El consumo de biodiésel de la Unión Europea conduce a una vertiginosa demanda de aceite de palma africana, que no se siembra precisamente en Europa. Aún si se quiere ignorar los efectos del cambio de uso de la tierra, los agrocombustibles constituyen una forma demasiado costosa de reducir las emisiones de carbono procedentes del transporte.

 

Estas son solamente algunas consideraciones sobre esta problemática, que aún no ha sido abordada apropiadamente en Guatemala, donde el tema del maíz es particularmente sensible, y más porque podría tratarse de maíz transgénico. Los ciudadanos -y me atrevería a decir que también los funcionarios- necesitamos información que nos permita entender las dimensiones reales de la problemática. ¿De qué tipo de agrocombustibles estamos hablando? ¿Dónde y de qué tamaño son los territorios destinados a su producción? ¿Quién se beneficia? Son muchas las interrogantes. Ojalá se logre abordar este tema con más responsabilidad y sentido nacionalista… para evitar que se tomen decisiones que favorecen solamente a algunos sectores. Está aumentando alarmantemente el número de guatemaltecos empobrecidos; si se decide dedicar más tierras a alimentar motores, éstos podrían llegar a ser millones más.

 

 

Magalí Rey Rosa

10 de julio de 2008

Imágen: Martirena/Cartonclub

Fuente: www.prensalibre.com.gt

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