Del 18 al 20 de noviembre 2008, las
empresas de palma aceitera han vuelto a reunirse en la Mesa Redonda de Aceite de
Palma Sostenible (RSPO por sus siglas en inglés) en Bali, Indonesia, para
continuar con sus planes de expansión de su negocio a gran escala.
Durante ese encuentro de RSPO, Amigos de la
Tierra Indonesia (WALHI) demandó
-La total paralización de mayor deforestación y de conversión de tierras para el
cultivo de la palma.
-La cancelación de las relaciones comerciales entre compañías compradoras de
aceite de palma y proveedores que estén destruyendo el sustento de vida de
indígenas y violando derechos humanos,
-El fin de la violencia y de la explotación de los recursos de los que dependen
las comunidades para su subsistencia, y la
-Solución de todos los conflictos de tierras existentes entre pobladores y
compañías de palma
El Panel Intergubernamental de Bosques de la ONU ha identificado
políticas gubernamentales que reemplazan bosques por plantaciones industriales
de árboles como las plantaciones de palma aceitera, como causa de deforestación
y degradación. La palma aceitera se produce en monocultivos a gran escala en
países tropicales para ser exportada a los mercados globales (incluida la UE,
China, India y los Estados Unidos).
Las consecuencias negativas de los monocultivos de palma aceitera son tangibles
en Indonesia, Malasia, Papua Nueva Guinea,
Camerún, Uganda, Costa de Marfil, Camboya,
Filipinas y Tailandia y también en Colombia, Ecuador,
Perú, Brasil, Guatemala, México, Nicaragua y
Costa Rica.
Las plantaciones de palma aceitera ya han causado deforestación de bosques
primarios que en realidad son parte de tierras ancestrales y comunitarias. Como
consecuencia, han agotado fuentes de agua, alimentos, medicinas, espiritualidad
y cultura. Además, la deforestación en el mundo es la segunda fuente que
contribuye a elevar los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera.
De acuerdo con el Foro Permanente de las Naciones Unidas para Asuntos Indígenas,
60 millones de indígenas alrededor del mundo están en riesgo de perder sus
tierras y modos de subsistencia debido a la expansión de plantaciones para
producir agroenergía. De estas, 5 millones de personas se encuentran en
Borneo
Indonesia donde las comunidades indígenas están amenazadas por los planes de
expansión de la palma aceitera. A pesar de esto, la planificación agrícola y
forestal del Gobierno ha previsto establecer otros millones de hectáreas de
nuevas plantaciones de palma.
"WHALI rechaza la RSPO porque los principios y criterios de
RSPO "sostienen" la expansión plantaciones de palma aceitera a una escala
enorme, pero no la agricultura comunitaria", dice Berry Nahdian
Forqan, director de WALHI.
RSPO está diseñada para legitimar la continua expansión de la industria
de la palma de aceite, pero cualquier modelo que incluya la conversión de
hábitats naturales en monocultivos a gran escala nunca va a ser sostenible".
La Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (RSPO) está dominada por la
industria y no consulta genuinamente a comunidades afectadas que tienen
que sufrir las peores consecuencias negativas. EL esquema de RSPO permite a las
compañías certificar plantaciones individuales, eludiendo la evaluación del
total de las operaciones de la misma empresa. Una vez más, RSPO es otro
intento de camuflar y negar la situación real, promoviendo un "maquillaje verde"
para hacer un modelo de producción intrínsecamente destructivo y social y
ambientalmente insostenible, aparecer como "responsable".
Al mismo tiempo que aceleran la crisis climática, los monocultivos industriales
a gran escala tienen otras consecuencias negativas: amenazan aún más la
existencia de los pueblos indígenas, provocan más ocupaciones de tierras, más
conflictos de tierras y violaciones de los derechos humanos, incluyendo
violaciones del derecho a la soberanía alimentaria, y el uso de químicos tóxicos
a gran escala. Los ganadores son las empresas, no las comunidades locales.
Amigos de la Tierra
25 de noviembre de 2008
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