Desde
febrero de 2007, uno de cada dos sábados el parque
San José de San Salvador alberga al “Mercadito
ecológico”, un esfuerzo promovido desde la Unidad
Ecológica Salvadoreña (UNES), la Red Ciudadana
frente a los Transgénicos y otras organizaciones que
están promoviendo una red de comercialización de
productos orgánicos que van desde hortalizas hasta
medicinas naturales. Sirel dialogó con Morena
Murillo, activista de UNES y una de las promotoras
del mercadito ecológico.
-¿Qué es la Red Ciudadana?
-La Red Ciudadana frente a los Transgénicos está
integrada por 18 organizaciones tanto ambientalistas
como de agricultores, artesanos y universidades.
Este mercado comunitario alternativo es un esfuerzo
de esta red en donde quisimos abrir un espacio de
comercialización para los pequeños productores,
artesanos y para aquella gente que procesa
alimentos.
También tiene como objetivo dar a conocer los
productos orgánicos, al tiempo que ayudar al pequeño
agricultor que, en este país, no es oficialmente
apoyado. Por eso quisimos crear un espacio donde
comercializar sus productos. Por otra parte, hemos
trabajado bastante diciendo “No” a las semillas y
productos transgénicos, y quisimos ofrecer una
alternativa, por eso la mayoría de los productos que
se ven aquí son orgánicos, sin agrotóxicos, y no son
transgénicos. Es una alternativa que nosotros
ofrecemos para que no se consuman productos
transgénicos, y tampoco se cultive semilla
transgénica, sino que mediante el apoyo al pequeño
productor se intercambien simientes y se promueva el
uso de la semilla criolla.
-¿Cuántas veces han instalado el mercadito hasta
ahora?
-Este mercado en San Salvador, en el parque San José
de la Colonia Centroamérica, se inició en noviembre
de 2006 y hasta febrero de 2007 se instalaba una vez
al mes. A partir de esa fecha se empezó a realizar
cada 15 días. Hoy tenemos más de 40 puestos
ofreciendo frijoles, verduras, hortalizas, hierbas
aromáticas, frutas, también huevos de gallina india,
queso, miel, vinagre y otros productos procesados,
así como artesanías y medicina natural. Hasta ahora
tenemos organizados a 157 productores.
-¿Cómo responde el público, los compradores? ¿Están
asistiendo?
-El mercadito ha tenido éxito. La gente logra vender
ya que se hace una promoción previa a través de las
radios comunitarias, mantas promocionales, perifoneo
y hojas volantes. Asimismo, la gente se encarga de
comunicar a otras personas cuándo va a ser el
siguiente mercado y también se invita a través del
correo electrónico.
-¿Cuál es el mensaje político y social de este
esfuerzo comunitario desde la economía popular?
-En primer lugar es que se consuman productos
locales, que han sido cosechados por los productores
locales, y que no vienen de las grandes empresas.
Estos son elaborados y cultivados con los pocos
recursos que tiene la gente con métodos que no
generan dependencia de las empresas agrosemilleras,
ya que los mismos agricultores tienen acceso a la
semilla para seguir produciendo y no dependen de ir
a comprarlas al distribuidor. El propio mercado es
un lugar donde intercambiar semillas.
Otro punto muy importante es el de los agrotóxicos.
Sabemos que el tomate que ingresa al país viene
fumigado con grandes cantidades de tóxicos. Nuestro
mensaje es que queremos comercializar producción
local y orgánica. Nuestro mensaje es no depender de
las grandes empresas sino producir nosotros mismos,
de una manera saludable, lo que vamos a consumir.
Muchos productos que vienen de Estados Unidos
son subsidiados, mientras que el productor local no
tiene ningún tipo de ayuda. Por eso este mercadito
significa un apoyo a estos productores, para que no
tengan que depender de las grandes empresas
semilleras y vendedoras de agrotóxicos.
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