Semillas de Identidad
“Por la defensa de
la biodiversidad
y la soberanía
alimentaria”
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Visualizar y destacar la importancia de las semillas
criollas, rescatar y valorizar la enorme
biodivesidad que tienen los países, son los
principales objetivos de la Campaña “Semillas de
Identidad - Por la defensa de la Biodiversidad y la
Soberanía Alimentaria”, que diferentes
organizaciones sociales implementarán
contemporáneamente en Nicaragua, Ecuador y Colombia
En Nicaragua, la campaña será ejecutada por
Swissaid Nicaragua, en conjunto con el Grupo de
Promoción de la Agricultura Ecológica (Red GPAE),
el Grupo de Interés sobre Soberanía y Seguridad
Alimentaria y Nutricional (GISSAN), la Red
Nacional del Programa de Campesino a Campesino (Red
PCaC) y la Alianza de Protección a la
Biodiversidad Capítulo Nicaragua, que integra la
UITA.
Lucía Aguirre |
Según Lucía Aguirre, representante de
Swissaid Nicaragua, “esta campaña promueve el
desarrollo de iniciativas, conocimientos y
tecnologías de desarrollo local, basados en el
manejo de la biodiversidad, el intercambio de
conocimientos tradicionales que contrarresten el
monopolio, la dependencia y la enajenación de
semillas criollas.
Las semillas –ha continuado– son nuestra identidad y
nuestro futuro. Las comunidades indígenas y afro
descendientes de América Latina han sido por
generaciones las guardianas de las semillas. Estas
comunidades han conservado los conocimientos y
prácticas productivas, contribuyendo de esa manera a
preservar la diversidad biológica y cultural
existente. Gracias a esta práctica disponemos
todavía de cientos de variedades de semillas
criollas que generan los productos que actualmente
sustentan la agricultura y alimentación del mundo.
Además de ser la base de nuestra vida, cultura e
identidad –sostuvo la representante de Swissaid–,
nos permiten producir y consumir una diversidad de
alimentos sanos, que son el fundamento de la
agricultura ecológica y garantizan la
sustentabilidad de los ecosistemas y la soberanía
alimentaria”, concluyó.
Jorge
Irán Vásquez |
En Nicaragua, el Programa Campesino a
Campesino (PCaC) realizó una investigación
sobre semillas criollas de granos básicos en 34 de
los 153 municipios que existen en el país. Se
lograron identificar 114 variedades de maíz, 121 de
frijol, 18 de leguminosas comestibles, 24 variedades
de sorgo y 8 de arroz, lo cual da una idea de la
enorme biodiversidad existente en el país.
Según Jorge Irán Vásquez, del PCaC,
“se trata de un diagnóstico preliminar que ha
involucrado a 144 comunidades, donde las familias
campesinas han desarrollado un trabajo para conocer
la dimensión de nuestra biodiversidad. Los
resultados, además de darnos cifras, nos permitieron
tener una imagen de los conocimientos, de las
prácticas y de los usos que se les estaban dando a
todas estas variedades. Esto –continuó Vásquez–
comenzó a desarrollar un sentimiento de defensa
hacia estas variedades y empezamos, de forma más
organizada, a trabajar una iniciativa para el
rescate, conservación y mejoramiento de las semillas
criollas. Este esfuerzo organizado originó un
intercambio, no solamente de semillas, sino también
de experiencias, de conocimientos, prácticas, hasta
llegar a la creación de Bancos comunitarios de
semillas. Actualmente tenemos ya 70 bancos de
semillas que no sólo sirven a garantizar la
conservación de estas variedades, sino también a
facilitar semillas en épocas de crisis”.
Además del trabajo por el rescate de las semillas
nativas, su preservación, mejoramiento y la
preservación del patrimonio genético, la campaña se
propone sensibilizar a la población nicaragüense e
incidir en los tomadores de decisiones a fin de que
se promuevan medidas concretas a favor de la
soberanía y seguridad alimentaria y nutricional y de
la agricultura sostenible, con lo recursos que ya
existen en el país.
Las amenazas de las transnacionales
Otro aspecto de la campaña tiene que ver con la
sensibilización a productores y consumidores sobre
las amenazas económicas, culturales y sociales que
podrían generar los modelos productivos
implementados por las compañías transnacionales, que
atentan contra la economía campesina y la
biodiversidad.
Lucía Aguirre
recordó como “en las últimas décadas, los recursos
genéticos y especialmente la biodiversidad existente
en nuestros territorios, han adquirido un gran valor
económico y estratégico para la industria
biotecnológica, constituida por las transnacionales
farmacéuticas, de semillas, agrotóxicos y alimentos.
La privatización de las semillas –aclaró Aguirre–
se realiza mediante la aplicación de la propiedad
intelectual y estos recursos y conocimientos son
obtenidos de nuestras comunidades a través de la
biopiratería, es decir el robo de nuestros recursos
genéticos para patentarlos y darles dueño. A esto
hay que añadir que las políticas agrícolas y
ambientales de nuestros países han estado basadas en
la privatización, monopolización y la exportación
irracional de los recursos naturales”.
Otra amenaza señalada por los organizadores de esta
campaña es la posible entrada de semillas
transgénicas producidas por compañías
transnacionales. Éstas representan un peligro por
ser semillas manipuladas genéticamente, por ser
siempre acompañadas por agrotóxicos que venden las
mismas transnacionales y por afectar directamente la
economía campesina, ya que los agricultores tendrán
que pagar derechos para el uso de estas semillas,
encareciendo la producción y creando más pobreza. A
pesar de que en Nicaragua está prohibido el
cultivo con semillas transgénicas, en muchas
ocasiones se ha detectado la presencia de variedades
transgénicas en la ayuda alimentaria del PMA(
Programa Mundial de Alimentación en América Latina
el Caribe) y más recientemente, en una gran cantidad
de marcas comerciales de arroz importado de los
Estados Unidos que se venden en todo el
territorio nacional.
Julio Sánchez |
De acuerdo a lo señalado por Julio Sánchez,
miembro de la Alianza de Protección a la
Biodiversidad, “si el gobierno quiere ser
consecuente con lo que dice y con su programa, no
debe permitir la entrada de empresas transnacionales
que van a instalar un monopolio de semillas. Además,
hay que aplicar el Protocolo de Cartagena que regula
el comercio transfronterizo de productos
transgénicos que provienen del exterior. Ese
protocolo fue ratificado por Nicaragua, pero
hay funcionarios del gobierno que no lo quieren
reconocer y no se están ejecutando controles
fronterizos para detectar la entrada de variedades
de semillas transgénicas”, concluyó Sánchez.
Para reglamentar este sector se presentaron en la
Asamblea Nacional diferentes anteproyectos de leyes,
como por ejemplo la Ley de Prevención de Riesgos
Provenientes de OGM, la Ley de Conservación y
Utilización Sostenible de la Diversidad Biológica y
la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y
Nutricional.
Terminando la actividad de lanzamiento de la
campaña, Lucía Aguirre recordó que “frente a
estos modelos económicos, los campesinos organizados
han implementado propuestas productivas basadas en
la agricultura sustentable y no dependiente. Es muy
importante que los gobiernos nacionales y locales
reconozcan el rol de los pueblos en el mejoramiento
y la conservación del patrimonio genético de las
semillas criollas. Estas semillas y los
conocimientos tradicionales –concluyó Aguirre–
son patrimonios colectivos y elementos fundamentales
para la seguridad y soberanía alimentaria de las
comunidades y no pueden ser privatizados. La defensa
de la semilla está ligada a la defensa de la vida,
de la tierra, de los territorios y de la cultura
campesina, indígena y afro descendiente”.
Es por eso que la campaña pide a las instituciones
que promuevan la producción nacional de semillas
criollas a través de políticas de incentivos, que
reconozcan la producción artesanal de estas semillas
incluyéndolas en los programas gubernamentales y
municipales y rechaza las políticas públicas y leyes
que a nivel nacional e internacional atentan contra
las semillas criollas y la biodiversidad.
En Managua,
Giorgio Trucchi
© Rel-UITA
8 de junio de
2007 |
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Fotos: Giorgio Trucchi
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