Producir sin matar, comer sin morir
Los
agrotóxicos no fueron inventados para la agricultura y no
fueron solicitados por los agricultores. Los agrotóxicos son
un producto de la guerra. Y hoy cuando vemos los problemas
ocasionados en el plano social, político, ambiental y en la
salud, tenemos que decir el nombre cierto: Veneno – Arma
Química – Agrotóxico.
Sebastián Pinheiro
Cuidar la T(t)ierra
El actual
sistema de
agricultura industrial –que a escala mundial
prevalece frente a la agricultura campesina, y se presenta a
sí mismo como perfección de progreso–
es un disparate en términos
sociales, ecológicos, económicos y éticos.
Constituye, en cuanto tal, una parte altamente
representativa del todo aún disparatado que constituye la
actual sociedad industrial, dentro de la cual se sitúa. Creo
que deberíamos juzgarla –de nuevo: en términos sociales,
ecológicos, económicos y éticos– con análoga severidad.
Mientras
sigamos comiéndonos la Tierra en lugar de comer de la
tierra, devorando
petróleo en lugar de alimentarnos con la luz del sol,
produciendo y extrayendo sin preocuparnos de cerrar los
ciclos de materiales, el aceleradísimo declive de la
biosfera que impulsamos en la actualidad se agravará sin
freno.
Jorge Riechmann
Las Transnacionales, hacia el control total
En
los últimos 50 años la industria ha conseguido quitarle al
agricultor todo lo que era seguro y le ha dejado solamente
aquello que tiene riesgos.
El riesgo ante las malas cosechas por las inclemencias del
tiempo, el riesgo de ganar siempre menos porque los insumos
que necesita son cada vez más y más caros, mientras que por
sus productos recibe cada vez menos. Todo lo que es seguro
está del lado de la industria. Entonces, la industria le
quita cada vez más al agricultor –y también al ama de casa–,
todo aquello que podía hacer por sí mismo.
El ideal de la tecnocracia
es que la gente sea totalmente dependiente, y que pague
hasta para cagar... Y lo está logrando.
José Lutzenberger
3 de diciembre de 2004