Según un informe oficial divulgado el 14 por la agencia EFE,
los casos de cáncer en el norte de Argentina coinciden con
el mayor uso de agrotóxicos en el campo. En los niños, el
cáncer se triplicó en los últimos 10 años.
A fines del pasado mes de abril asistimos al 29º Congreso
General Ordinario del Sindicato Argentino de Trabajadores de
la Industria Fideera (SATIF) celebrado en la
localidad de San Jorge, provincia de Santa
Fe. Pese a que el SATIF no afilia trabajadores
rurales, sus autoridades decidieron destinar media jornada
del Congreso a la realización de una serie de conferencias
abiertas a todo público sobre el tema de los agrotóxicos y
la salud, los testimonios de médicos y autoridades de la
mencionada localidad resultaron aterradores. La población de
San Jorge vive bajo el terror de los agrotóxicos.
Ahora se confirma que en los últimos diez años los casos de
niños con cáncer se triplicaron y los nacimientos con
malformaciones se cuadruplicaron en una provincia del norte
de Argentina coincidiendo con el mayor uso de
agrotóxicos en el campo, según un informe oficial divulgado
por la prensa local. "Los valores se encuentran por encima
de lo esperado, incrementándose notablemente en los últimos
diez años, período en el que los casos registrados triplican
la ocurrencia de cáncer en niños menores de diez años",
afirma el trabajo de la Comisión de Investigación de
Contaminantes del Agua de la provincia de Chaco, una de
las más pobres del país.
El estudio de la Comisión, creada en diciembre pasado
por el gobierno provincial, se enfoca en la localidad
chaqueña de La Leonesa, donde entre los años 2000 y
2009 se contabilizaron en promedio 0,6 casos de cáncer en
niños por año, mientras que entre 1990 y 1999 se registraron
0,2 casos anuales. "Respecto de patologías oncológicas
infantiles, leucemia, tumores cerebrales y linfomas, se
observa un mayor número de casos anuales a partir de 2002.
En La Leonesa, en el período 2000-2009 se
comprueba un incremento notable, que triplica la ocurrencia
de cánceres en niños", alerta el trabajo difundido por la
web de noticias Chaco Día por Día. También se señala
que en el lapso de un año, entre 1997 y 1998, hubo en
Chaco 24.030 nacimientos, en los cuales se
contabilizaron 46 malformaciones, mientras que una década
después hubo 21.808, pero las malformaciones se elevaron a
186.
"Este incremento coincide con la expansión de la frontera
agrícola [...] vulnerando la salud de la población, debido a
que las prácticas y técnicas de cultivo incluyen
pulverizaciones aéreas con herbicidas cuyo principio activo
es el glifosato y otros agrotóxicos", advierte la
investigación.
Pobladores de La Leonesa, 1.200 kilómetros al norte de
Buenos Aires, denunciaron este año ante la justicia
el aumento de las enfermedades, asegurando que se debe al
uso de herbicidas y otros agrotóxicos utilizados en la zona
en las plantaciones de arroz y soja, el principal cultivo de
Argentina. Un juzgado de Chaco ordenó el
pasado 29 de abril detener las fumigaciones a menos de mil
metros de un poblado chaqueño y exigió estudios de impacto
ambiental en el plazo de 90 días. Además, solicitó a las
autoridades de Chaco un "informe detallado" de las
aplicaciones aéreas y terrestres de los agrotóxicos que
utilizan las arroceras San Carlos y Cancha Larga,
denunciadas a la justicia por contaminar el ambiente, según
datos del diario Página/12.
El Comité Nacional de Ética en la Ciencia y en la
Tecnología recomendó el año pasado al gobierno argentino
la "urgente creación" de una comisión para analizar los
riesgos sanitarios del glifosato, el herbicida más usado en
el país, después de que un estudio advirtió que puede
producir malformaciones. Por su parte, el investigador del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet)
y también director del Laboratorio de Embriología
Molecular argentino, Andrés Carrasco, encabezó en
2009 una investigación que concluyó que el herbicida
utilizado para la soja transgénica (glifosato) puede
producir malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas.
Oficialmente, en Argentina se utilizan anualmente
entre 180 y 200 millones de litros de glifosato para fumigar
18 millones de hectáreas.
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