El
libro “Uruguay: trabajo y agrotóxicos en la forestación” fue presentado el
pasado 23 de julio por RAP-
AL
Uruguay y por la Secretaría
Regional para América Latina de la Unión Internacional de Trabajadores de la
Alimentación, Agricultura y Afines (Rel-UITA), en las instalaciones de esta
organización en Montevideo, y contó con la participación de diversos
representantes de diferentes organismos estatales, legisladores, ONG
ambientalistas y trabajadores.
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Investigación sobre aplicadores de agrotóxicos en
Forestal Oriental |
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Henry es
trabajador forestal. Se desempeña en el área de la fumigación en las
plantaciones de la compañía Forestal Oriental SA (FOSA), en el norteño
departamento de Paysandú. Es trabajador tercerizado y uno de los testimonios
fundamentales para la realización de la investigación, realizada por María
Isabel Cárcamo. Sirel conversó con este trabajador, que prefirió no
identificarse más que con su nombre de pila debido a la presión social que se
sufre en la localidad de Quebracho, donde la forestación es una de las
principales fuentes de trabajo y las organizaciones sindicales no son vistas con
buenos ojos.
-¿Existe
conciencia por parte de los trabajadores de que el manejo de productos químicos
es altamente riesgoso?
-No hay una
conciencia real del peligro que representan los agrotóxicos en el largo plazo
para nuestra salud. Esto se evidencia a la hora de la comida, cuando nos sacamos
los guantes pero no el traje con el que aplicamos los químicos; es probable que
algún residuo de agrotóxico vaya con la comida que ingerimos.
Por otra
parte, como el trabajo que realizamos es a destajo, para alcanzar un salario
mínimamente decente tenemos que realizar nuestra tarea lo más rápido posible,
casi corriendo entre la maleza, lo que hace que la tarea sea insalubre. A esto
se suma que los días lluviosos no se trabajan, y no nos pagan.
-¿Cómo se
selecciona a los trabajadores que se encargan de aplicar los agrotóxicos?
-La empresa
contratista hace un llamado y quien quiere se presenta y se anota. Luego hacen
una prueba con los inscriptos para ver quienes están aptos para la tarea; si el
trabajador siente mareos, dolor de cabeza o tiene vómitos queda comprobado que
no puede realizar el trabajo.
-¿Qué
análisis te merece el avance descomunal de la forestación en Uruguay?
-A pesar de
que el trabajo en la forestación es la principal fuente laboral en la localidad
de Quebracho, y por consiguiente son muy pocos los habitantes del lugar que no
dependen directa o indirectamente de la actividad forestal, sabemos que algún
daño estamos haciendo.
Con la
forestación se pierden tierras que no van a ser recuperables después de todo el
tratamiento con químicos que se aplica, además de lo que lleva la plantación
propiamente dicha. El monocultivo de eucalipto deja secuelas en el suelo que no
se recuperan más, y si bien los trabajadores somos conscientes de esto, estamos
siempre en la disyuntiva de realizar ese trabajo o no tener ninguno.
-¿Han tenido
problemas con los cursos de agua en la región?
-Todavía no,
pero hay que señalar que hace apenas alrededor de seis años y medio que existen
estas plantaciones de eucalipto en Quebracho. Sabemos que en otras localidades
este monocultivo ha secado todo.
-¿Cómo
analizas este material?
-Este trabajo
viene a brindar información sobre el uso y la aplicación de agrotóxicos en la
forestación. Esto es muy importante para nosotros en tanto trabajadores y
ciudadanos, pues arroja datos sobre un sinfín de productos químicos de los
cuales los aplicadores no tenemos idea de lo dañino que pueden ser. Por otro
lado, haber venido a la presentación del libro ha sido enriquecedor; ya entramos
en contacto con otros trabajadores rurales que, a diferencia de los que
trabajamos en la forestación, sí están organizados.
El compañero
Germán González, de la Unión de Trabajadores Rurales y Afines del Sur del
País (UTRASURPA), me comentó que a través de la negociación colectiva
obtuvieron que les paguen un porcentaje de los jornales perdidos por mal tiempo.
A nosotros no nos pagan si no trabajamos, lo que significa que cuando el tiempo
no acompaña, no llegamos a un salario mínimo.
-¿Cómo es la
situación de los trabajadores con respecto a la organización sindical?
-No existe
organización sindical en Forestadora Oriental. Además de que hay una
presión social muy fuerte en contra de los sindicatos, la propia modalidad de
contratación de los trabajadores, que es a través de empresas subcontratistas,
hace que la tarea de organizarnos sea muy difícil.
De a poco
vamos tomando conciencia de la importancia de estar agrupados para negociar y
pelear por nuestros derechos, pero aún estamos en pañales en ese tema.
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