Lo que se sabe
Varios organismos oficiales de Brasil, entre los
que se cuentan el Ministerio de Salud, el Instituto
Nacional de Cáncer y la Coordinación de Prevención y
Vigilancia del Cáncer, han publicado una investigación
basada en una revisión bibliográfica de estudios sobre
la asociación entre agrotóxicos específicos y cáncer. En
su mayoría se trata de estudios sobre compuestos
organoclorados o herbicidas como el 2,4 D.
Algunos de los estudios encontraron asociaciones entre
agrotóxicos y distintos tipos de cáncer: hematológicos,
respiratorios, gastrointestinales y urinarios entre
otros.
Hay
estudios que asocian grupos químicos como los
organofosforados o los carbamatos, o clases de
agrotóxicos como los funguicidas, con diversos cánceres,
pero sin especificar las sustancias.
Otros estudios sí relacionan tipos de cáncer con
sustancias específicas. Una de ellas es el glifosato.
Para esta sustancia fueron encontradas referencias que
relacionan directamente este ingrediente activo con la
aparición del Linfoma de Hodgkin y el Mieloma múltiple,
un cáncer de médula ósea.
Otros artículos apuntan a una asociación positiva entre
el uso de Carbofurán (metilcarbamato de benzofuranila) y
el desarrollo de cáncer al pulmón y entre el uso del
herbicida Paraquat y tumores en el sistema nervoso
central.
Las
importaciones de sustancias activas de
herbicidas -entre las que se encuentran el glifosato, el 2,4D y el paraquat-
pasaron de casi de 3.000 toneladas en el
2001 a casi 11.000 toneladas en el 2007.
Esto significa un aumento de más del 360 por
ciento |
Lo que se usa
No
tan solo la respuesta es positiva sino que el aumento en
el uso de todas estas sustancias es alarmante. De
acuerdo al organismo que regula la entrada y venta de
estas sustancias, el Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca, las importaciones de sustancias
activas de herbicidas -entre las que se encuentran el
glifosato, el 2,4D y el paraquat- pasaron de casi de
3.000 toneladas en el 2001 a casi 11.000 toneladas en el
2007. Esto significa un aumento de más del 360 por
ciento.
El
total de insecticidas en el 2001 fue de 580 toneladas y
en el 2007 de casi 1.700 toneladas, significando un
aumento del 387 por ciento. Entre los insecticidas más
importados se encuentra el endosulfán, que es
precisamente un organoclorado.
Lo que no se hace
La
realidad muestra entonces que en Uruguay estamos
expuestos constantemente a muchas sustancias
cancerigenas, ya sea directamente o a través de los
alimentos. Por otro lado, según el Ministerio de Salud
Pública,
1.400 mujeres mueren al año de cáncer
genito-mamario y que entre 3 a 4 mujeres son diariamente
diagnosticadas por cáncer de mama. En nuestro país se da
también un alto nivel de incidencia de otros tipos de
cáncer, que resultan en la muerte de muchas personas.
Sería bueno que las autoridades de nuestro país tomaran
en cuenta los hallazgos del trabajo realizado por el
Estado brasileño como punto de partida. Si el objetivo
es proteger la salud de los uruguayos, no queda otro
camino que prohibir el uso de agrotóxicos
comprobadamente cancerígenos.