-¿Como surgió la Asociación?
							
							-Nuestra asociación surgió durante la “Marcha sin 
							Retorno” del año pasado. Salimos de Chinandega el 20 
							de febrero de 2005 rumbo a Managua, donde llegamos 
							el 2 de marzo después de recorerr a pie 140 
							kilómetros. En aquel tiempo formábamos parte de otro 
							movimiento denominado “Chichigalpa por la vida”, y 
							nos habíamos aliado con los bananeros del Nemagón y 
							con los sectores que luchan para que se les 
							reconozca el 25% de la comercialización del banano y 
							de la caña.
							
							 
							
							En la estadía en Managua, muchos de nosotros nos dimos 
							cuenta de que la manera de trabajar de ese grupo no 
							satisfacía nuestras expectativas y decidimos 
							separarnos y crear una nueva entidad, la Asociación 
							Nicaragüense de Afectados de Insuficiencia Renal 
							Crónica “Domingo Téllez” (ANAIRC). Ya estamos 
							constituidos formalmente y nos faltan sólo algunos 
							detalles para tener la personería jurídica.
							
							 
							
							
							
							-¿Quién fue Domingo Téllez?
							
							-Le pusimos el nombre de un compañero que nos acompañó 
							en la lucha en Managua y falleció en el plantón
							(campamento). Fue uno de los compañeros 
							patriotas que dio su vida luchando hasta el final y 
							es un ejemplo para todos nosotros y nosotras.
							
							 
							
							
							
							-¿Por qué crear una estructura para los afectados de 
							IRC?
							
							-En 2000 ya se habían contabilizado más de 900 muertos 
							por IRC y había una gran cantidad de personas 
							enfermas. Nos dimos cuenta de que era necesario 
							unirnos para darle un giro decidido a nuestra vida y 
							para comenzar a denunciar lo que estaba pasando. 
							Nuestra gente moría todos los días y no recibíamos 
							respuesta de parte de la empresa, del gobierno, del 
							Seguro Social (INSS) y de la Asamblea Nacional. Al 
							comienzo existían cuatro organizaciones con el 
							objetivo de mejorar la situación de los enfermos, 
							pero al final decidimos formar nuestra Asociación, 
							porque no compartíamos el trabajo que hacían. Frente 
							a tantos muertos, enfermos y a la condición de 
							abandono de la gente, nos pareció necesario aliarnos 
							con otros sectores que viven nuestra misma 
							situación.
							
							 
							
							
							
							-¿Cómo está estructurada la Asociación?
							
							-Convocamos a todas las personas enfermas de IRC y a 
							las viudas, y dimos a conocer nuestra propuesta. Se 
							realizó una Asamblea en la que se votó para elegir 
							la Junta Directiva. Gustavo (Martínez) salió electo 
							vicepresidente y yo (Carmen Ríos) presidenta. Aún 
							estamos muy tiernos, ya que nuestra Asociación nació 
							en junio del año pasado.
							
							Al comienzo éramos sólo 105 personas, pero en pocos 
							meses llegamos a tener 432 afiliados, entre 
							afectados y viudas y sigue llegando gente que quiere 
							afiliarse. Vamos casa por casa para que nos conozcan 
							y para hablar muy claro de nuestros compromisos y 
							del trabajo que estamos desempeñando. Nos reunimos 
							cada semana y organizamos una Asamblea General cada 
							mes para informar sobre el proceso que llevamos 
							adelante. Además, somos el único grupo de cañeros 
							que está participando en las negociaciones con el 
							gobierno y la Asamblea Nacional, con los cuales 
							hemos firmado acuerdos el año pasado.
							
								
									
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										Gustavo Martínez Manzanares | 
								
							 
							
							 
							
							
							
							-¿Los afiliados pagan algunas cuotas y tienen un 
							carné?
							
							-Nadie paga una cuota fija, y estamos trabajando en lo 
							del carné. No tenemos recursos de ningún tipo y para 
							los gastos pedimos un aporte voluntario. No sería 
							posible pedir un aporte fijo a gente que aún no 
							tiene una pensión o que es muy baja y que no tiene 
							trabajo. Sería una grosería. A veces hay gente no 
							afectada que cree en nuestro trabajo y que nos 
							ayuda.
							
							 
							
							
							
							-¿Cuales son los objetivos más importantes que 
							caracterizan a la Asociación?
							
							-En este momento es primordial llevar adelante la 
							lucha con el INSS para que la gente tenga su pensión 
							vitalicia por riesgo laboral y conseguir la reforma 
							de los Artículos 1 y 6 de la Ley 456.
							
							En un segundo momento vamos a entrar con la demanda 
							contra la empresa, para que indemnice a la gente que 
							salió afectada a causa de la contaminación del agua 
							en el ingenio San Antonio. Hasta ahora, y en menos 
							de un año, hemos conseguido más de 1.800 pensiones.
							
							 
							
							
							
							-¿Se podría decir que ya obtuvieron mucho de lo que 
							se habían propuesto?
							
							-Sí, pero también falta mucho. Firmamos acuerdos con 
							las instituciones nicaragüenses y con el INSS, pero 
							se están presentando varios problemas, sobre todo 
							con esta última institución. Están revocando 
							pensiones ya otorgadas y las nuevas son de montos 
							muy bajas. A veces no llegan ni a los 25 dólares 
							mensuales. ¡¿Cómo puede sobrevivir con eso una 
							persona sin trabajo y con varios hijos? Además, hay 
							varios casos de fraudes por parte del INSS. Cheques 
							falsos o por la mitad del valor, gente a quien se le 
							niega la pensión porque no ha cotizado lo 
							suficiente, cuando la pensión es por riesgo laboral, 
							sin relación con las cotizaciones.
							
							 
							
							
							
							-¿Y con las demandas en contra del ingenio?
							
							-Estamos listos para demandar a los dueños del ingenio 
							y para pedir las indemnizaciones. Pero hablar hoy de 
							indemnizaciones sería mentirle a la gente porque no 
							es el momento apropiado. Primero hay que obligar a 
							la Asamblea Nacional a que reforme la Ley 456, y 
							lograr que el INSS otorgue todas las pensiones. 
							Después podríamos comenzar con la demanda de 
							indemnización. Como asociación hemos crecido mucho 
							en número de afiliados y en credibilidad, porque no 
							andamos con cuentos y la gente mira los resultados, 
							y porque damos respuestas concretas, sin falsas 
							promesas.
							
							 
							
							
							-Aclarame bien cómo es eso de la Ley 456…
							
							-En 2003 hubo una marcha organizada por diferentes 
							grupos de cañeros para lograr una ley específica 
							sobre IRC. Después de varios meses en Managua 
							logramos que los diputados aprobaran la Ley 456 
							-“Ley de Adición de Riesgos y Enfermedades 
							Profesionales a la Ley 185, Código del Trabajo”-, 
							que establece que la insuficiencia renal crónica es 
							una enfermedad profesional, por ser de origen 
							laboral. En el artículo 1 del Proyecto de Ley se 
							mencionaba como sector específico a los “cañeros”, 
							pero los diputados lo cambiaron incluyendo otros 
							sectores.
							
							A consecuencia de ese cambio, el Presidente de la 
							República aplicó un veto parcial a la Ley, 
							considerando que el INSS no iba a poder cubrir 
							tantas pensiones.
							
							El veto fue aceptado por la Asamblea Nacional, dejando 
							la ley en el aire y el INSS se aprovechó de la 
							situación para decir que reconocía como enfermedad 
							profesional sólo a la gente que hubiese trabajado en 
							el campo y no a todas las personas (maquinistas, 
							personal de oficina, albañiles, motoristas, etc.) 
							que se desempeñron en el ingenio y que salieron 
							afectadas, porque la contaminación se originaba del 
							agua contaminada por pesticidas y no en el tipo de 
							trabajo. Nuestra lucha en Managua obligó al 
							presidente Bolaños a quitar el veto parcial y a 
							tramitar en la Asamblea Nacional un Proyecto de Ley 
							de Reforma a la Ley No. 456 “para garantizar que 
							reciban una efectiva atención médica especializada y 
							el otorgamiento de una pensión por riesgos 
							profesionales por parte del Seguro Social” 
							(extracto de la Resolución de la Asamblea Nacional 
							del 28-09-05).
							
							
							Lo que pedimos con la reforma son dos cosas: que en 
							el artículo 1 quede claramente establecido que la 
							IRC es la consecuencia directa que sufren las 
							personas que laboran en todas las actividades 
							agroindustriales de los ingenios azucareros, y que 
							se ponga la expresión “trabajadores de la 
							agroindustria azucarera”, para que todos los 
							trabajadores gocen de la pensión por riesgo laboral, 
							y que el artículo 6 previera la posibilidad de 
							demandar al empleador por daños y perjuicios 
							ocasionados al empleado.
							
							 
							
							
							
							-¿Pero de esa forma quedarían excluidos los enfermos 
							de IRC de otros sectores?
							
							
							-Entendemos que la lucha debe ser para todos, pero 
							para conseguir algo también tenemos que luchar 
							todos. Sabemos perfectamente lo que hubo que luchar 
							para conseguir esta ley. Comenzamos en 1998 y nos 
							costó 1.383 muertos y una gran cantidad de viudas. 
							Nadie nos puede arrebatar lo que nos ha costado 
							tanto, y ahora los políticos quieren montarse a 
							caballo de lo que nos costó sangre y muertes, porque 
							los dirigentes que manejan los otros sectores nunca 
							los hemos visto pelear al lado de nosotros y 
							nosotras. La Ley es nuestra, de los cañeros, pero de 
							todas maneras los otros sectores saldrán 
							beneficiados porque la ley reconoce la IRC como 
							enfermedad profesional por ser una enfermedad de 
							origen laboral y podrán conseguir sus pensiones.
							
							 
							
							-¿Ya tienen los votos en la Asamblea?
							
							-Creemos que sí. Hay un acuerdo con el gobierno y otro 
							con la Asamblea Nacional que conseguimos después de 
							cuatro días de huelga sin comer ni tomar nada, donde 
							ocupamos la sede de la Cruz Roja nicaragüense para 
							que nos escucharan. La “Marcha sin Retorno” no ha 
							terminado; estamos listos para marchar otra vez 
							hacia Managua si no nos cumplen.
							
							 
							
							
							-¿No creen que una nueva marcha sea demasiado 
							peligrosa para la salud de la gente que está 
							enferma?
							
							-Las leyes no salen así como así, hay que empujarlas, 
							porque los diputados no te escuchan. Yo seré el 
							primero en arriesgar la vida (Gustavo Martínez) y 
							esto creo deba ser el espíritu de un dirigente. La 
							gente está ansiosa para ir a Managua, y si hay que 
							morir, moriremos luchando. Tenemos claro que la Ley 
							456 no es para nosotros sino para nuestros hijos e 
							hijas, porque nosotros vamos a morir, pero la ley se 
							va a quedar para las futuras generaciones.
							
							 
							
							
							-¿Cuales son las otras demandas a las instituciones?
							
							-Nosotros tenemos contactos con los trabajadores del 
							ingenio. No son parte de la Asociación, pero hay 
							mucha comunicación y nuestra lucha es también para 
							ellos y para la comunidad en general. En las 
							demandas incluimos varios aspectos que tienen que 
							ver con el ambiente. Queremos que se realicen de 
							forma inmediata y periódica análisis científicos de 
							la calidad del agua, con la participación de 
							entidades independientes, en las cuencas de agua 
							para consumo humano y en las áreas de producción de 
							bienes para el consumo humano en el ingenio y zonas 
							aledañas. Que el gobierno formule un programa 
							urgente de reforestación integral vinculado a las 
							cuencas de agua, para frenar la desertificación de 
							la región del Pacífico. Que se prohiba el uso de 29 
							pesticidas altamente tóxicos, se promueva y estimule 
							el proceso de autorregulación para el manejo 
							integrado de plagas y se apoyen iniciativas que 
							permitan investigaciones conducentes a la búsqueda 
							de alternativas no químicas para el manejo de 
							plagas. Además, pedimos que se efectúen estudios de 
							impacto ambiental y de calidad de vida de las 
							comunidades aledañas en aras de estimular la 
							producción orgánica. Otra demanda muy importante es 
							la prohibición de las quemas en los procesos de 
							producción de caña de azúcar, ya que son muchas las 
							personas que viven cerca de los cañaverales y que 
							son afectadas por el humo y la ceniza que contamina 
							el agua y la comida. En Costa Rica ya se prohibió, y 
							pensamos será posible lograrlo también en Nicaragua.
							
							 
							
							
							-Para finalizar, ¿qué necesita ANAIRC de la 
							solidaridad internaional?
							
							-En los acuerdos con las instituciones ya logramos 
							mucho, ahora se trata de presionarlas para que 
							cumplan. Pero los acuerdos son limitados. Preven 
							ayuda en salud y para conseguir viviendas, pero 
							algunos medicamentos son muy caros y la gente 
							enferma es mucha. Al mundo le pedimos sobre todo que 
							difunda lo que está pasando, y que se solidarice con 
							nosotros.