-¿Qué
es la nanotecnología?
-El
término “nano” se refiere a “tamaño”. Nanotecnología
(NT) es la manipulación de la materia a escala
nanométrica, siendo que un nanómetro es la millonésima
parte de un milímetro. Los actuales microscopios
atómicos pueden escanear y percibir la superficie de los
átomos y las moléculas, y por tanto se hace posible
manipularlos para crear nanopartículas que después se
combinan para formar los productos que luego encontramos
en el mercado.
-¿Y
eso cómo puede influir en la vida de las personas?
-La
novedad es que se pueden crear nuevos materiales
combinando átomos y moléculas, además se puede dotar con
otras cualidades físicas a los materiales ya conocidos;
hablamos de propiedades eléctricas, de elasticidad, de
resistencia, características químicas totalmente
distintas. Para los científicos, esto es una completa
revolución. Por ejemplo: el carbono puede tener diversas
formas, en el grafito de los lápices es extremadamente
blando, pero de carbono también son los diamantes, el
elemento más duro que se conoce. La NT puede recomponer
el mismo material de los diamantes –el carbono- para
hacer algo aún más duro. De la misma forma se pueden
hacer fibras –nanotubos de carbono- con una
superconductividad eléctrica que prácticamente no pierde
energía en el transporte. Cuando hablamos de partículas
tan pequeñas, su superficie en relación con la masa es
mayor, lo que hace que desde el punto de vista químico
en términos de catalizadores o reactivos, sean mucho más
eficientes. Los científicos están redescubriendo las
funciones de la materia, o sea que es como un juguete
nuevo. Esto significa que los productos de la NT
desplazarán completamente a sus competidores clásicos o
convencionales. Todo recomienza de cero.
-¿Ya
existen productos de la NT en el mercado?
-El 90
por ciento de todo esto está todavía en la etapa de
laboratorio. Por ahora los que más difusión tienen son
en general productos suntuarios, por ejemplo los
cosméticos. Una de las compañías que más los utiliza es
L’Oreal, y prácticamente todos sus productos ya
contienen derivados de la NT: ciertos filtros solares
más penetrantes en la piel y mucho más eficientes que
otros, por ejemplo.
–En
esto de las novedades científicas, de la investigación
en ciencias, hay también mucho de lucha de clases, de
juego de poder. Por ejemplo, L’Oreal es una empresa que
pertenece a la mayor corporación del sector alimentación
como es Nestlé. Este tema parece tener muchas cosas
parecidas con los transgénicos; es el ser humano jugando
a dios, creando sin ningún límite más que su propia
imaginación y ambición. Pero en realidad no sabemos bien
qué estamos haciendo y cuáles pueden ser las
consecuencias. Por ejemplo, en Alemania hay en este
momento un escándalo porque se utilizó un producto en
aerosol desinfectante de baños llamado “Mago Nano” cuya
propiedad agregada por la NT era un mayor poder
bactericida residual. El escándalo surgió porque algunas
personas que utilizaron el producto debieron ser
internadas con agua en los pulmones. Parecería que ya
son 70 los internados en esas condiciones. Aunque los
fabricantes de “Mago Nano” aseguran que este desastre no
es causado por ellos, sino por la sustancia volátil
utilizada para lograr el efecto aerosol, se está
investigando el caso muy profundamente. Pero el problema
es que no hay nadie con capacidad de controlar qué
contiene un aerosol de ese tipo, y tampoco existen leyes
en ningún país del mundo que regulen la liberación de
productos de la NT. Es algo muy peligroso, es la ley de
mercado en formas aún más descarnadas que las conocidas.
–Mientras sea el mercado el que comande la
investigación no habrá ninguna seguridad. Hasta 2003 la
mayoría de los fondos de investigación mundial en NT
provenía de subsidios gubernamentales, pero eso no
significa que ese impulso haya sido neutral en relación
con los intereses en juego. En realidad, las grandes
compañías utilizan sus influencias en los gobiernos para
que ellos impulsen esto. El 70 por ciento de las casi 9
mil patentes que existen en el mundo relativas a NT
pertenecen a grandes corporaciones. En el caso de
Estados Unidos, las corporaciones están siendo
abastecidas por las universidades que en este tema,
hasta 2004 recibían financiación para investigación casi
exclusivamente del gobierno. Luego las patentes eran
adquiridas por las corporaciones
Es verdad
que estos nanoproductos no se pueden detectar, son tan
pequeños que se diluyen. Inclusive, uno de los
argumentos más comunes para la investigación en NT es
que a nivel atómico no hay distinción entre materia viva
y no viva, lo que implica que se podrían introducir
partículas inanimadas en organismos vivos que no las
rechazarían porque no las diferenciarían de las de su
propia constitución biológica. Quiere decir que son
indetectables. En el caso del aerosol que menciona
Enildo, justamente, aún están tratando de saber qué fue
lo que envió a esa gente al hospital. No hay pruebas de
que haya sido el componente nano, y quién sabe si algún
día se sabrá. Otro gran problema es la ausencia de
reglamentaciones específicas sobre NT. Algunos dicen que
no se puede reglamentar algo que aún se desconoce, pero
por otro lado se promueve su desarrollo, aplicación y
liberación en el ambiente.
No se
debe pasar por alto que muchas de las grandes
corporaciones que promueven la investigación y
aplicación de la NT, al mismo tiempo están
extremadamente preocupadas de que los productos
obtenidos sean ambientalmente aceptables e inocuos para
la salud humana. Su preocupación deriva de que la gran
velocidad con la que se están desarrollando aplicaciones
de NT pueda generar un movimiento de rechazo de los
consumidores como ya le ocurrió a los transgénicos. Esto
sería un golpe muy duro a los planes de las
corporaciones. De allí su afán de presentar la NT y sus
derivados como totalmente inocuos. La pregunta es: ¿si
no tienen cola de paja, por qué no etiquetan sus
productos? Si la NT es un valor agregado, ¿por qué no
anunciarlo?
Sólo en
Taiwan existe un sello, una etiqueta, que por decisión
gubernamental identifica a los productos con componentes
de la NT. Son apenas un poco más de 20.
–Si no
existe capacidad en el mundo para controlar a la
totalidad de los nuevos productos químicos que se
liberan cada año al mercado, mucho menos podrán hacerlo
con estos, para lo cual no siquiera existe hoy la
tecnología adecuada. Es posible que las empresas apelen
a la asociación de sus productos con “lo ecológico”, “lo
verde”, sacando provecho de que, teóricamente, la NT no
generaría desperdicios, lo que permitiría decir que
estaríamos cerca del desarrollo sustentable. Pero si
esto continúa avanzando a la misma velocidad, implicará
un cambio radical en la educación, en el conocimiento.
¿Cómo podemos los países del Sur enfrentar este nuevo
abismo que nos separará del Norte?
-Esa
misma pregunta se están haciendo los países
desarrollados. En Estados Unidos se está discutiendo
cómo cambiar los planes de estudio desde la Primaria.
Actualmente, el estudio parcelado de las ciencias como
física, química, biología, las ciencias de la
información y el conocimiento, la informática, pierde
completamente su valor. Es necesario integrar estos
conocimientos desde la Primaria. En Europa se debate
cambiar los planes de estudio de Secundaria. Será
necesaria una gran cantidad de profesionales formados de
manera diferente a la actual, y para eso hay que empezar
ya mismo.
-Y en
América Latina, ¿qué posibilidades tendremos de
modificar los planes de estudio de la noche a la mañana?
-Es un
enorme desafío. Por lo que estoy informado, en América
Latina, esta discusión está presente a nivel oficial
sólo en Cuba desde 2002. Se están preguntando cómo
modificar la enseñanza secundaria, aunque no sé si ya
han sacado conclusiones. A nivel de post graduación
existe cierto manejo del tema en Brasil, Argentina y
México. En general se analiza la idea de formar
doctorados específicos para centros de investigación de
elite, pero no crear conocimiento a nivel masivo.
-¿Para
qué se necesita la NT? ¿A quién beneficia su desarrollo?
-Gran
parte del mundo está convencida de que la técnica
solucionará los problemas del desarrollo, o del no
desarrollo, de la innovación y la pobreza.
-¿La
NT vendrá para “acabar con el hambre en el mundo” como
los transgénicos?
-Tal
cual. Y si tomamos el documento del año pasado del
equipo llamado “Task Force” (grupo de tareas en inglés)
de Naciones Unidas, el equipo de asesores encargado de
anticipar el futuro en ciencia y tecnología, allí se
dice con todas las palabras que “la NT vendrá a
solucionar los problemas de pobreza en el mundo”. Para
ellos los problemas de la desigualdad requieren una
solución técnica, por ejemplo los referidos al hambre,
ya que la NT podrá hacer que la agricultura sea
muchísimo más productiva, que los medicamentos sean
mucho más eficaces, entre otras. A nivel de los países
desarrollados, dice este documento, la NT servirá para
conservar la competitividad internacional.
Claro,
han pasado tantas revoluciones tecnológicas que
prometían la misma cosa, como la informática y la
biotecnología, que uno ya está prevenido contra estas
promesas.
-Según
parece con NT se pueden construir robots autoreplicantes.
¿Cómo se controlaría esa capacidad?
-Hay una
novela de Michael Crichton, “Presa”, que plantea
justamente una especie de toma del planeta por robots
autoreplicantes. Eso mismo había planteado ya Eric
Drexler, uno de los científicos más renombrados en este
tema. La verdad es que es imposible saber qué puede
llegar a ocurrir en un caso así, de la llamada “Plaga
Verde”. Saber a quién beneficiará su desarrollo es más
difícil desde nuestros países menos desarrollados con
menos posibilidades de incorporarse a este tren que ya
no se puede frenar, que ya está aquí y tendrá una
presencia creciente en el mercado. Aunque uno no lo
desee, la NT ya está aquí. Brasil, Argentina y México
piensan que pueden pellizcar algunas patentes, pero será
nada en comparación a lo que podrán obtener las grandes
corporaciones. China es uno de los países que más está
invirtiendo en esto ¿Qué influencia puede tener la NT en
el mundo del trabajo? Parecería que allí ocurrirán
transformaciones ahora inimaginables, porque la NT
podría llegara desocupar a una inmensa cantidad de
personas. La automatización llegará a tal extremo que el
trabajo humano como lo conocemos ahora ya no tendrán
razón de ser. ¿Es el fin del trabajo?
–Es
claro que la NT desemboca en esto que planteas, más
desempleo y demás, pero al mismo tiempo aumenta la
capacidad de quienes detentan el poder de disciplinar a
la sociedad, porque la NT también será utilizada por las
Fuerzas Armadas y policiales para vigilar, reprimir y
disciplinar a los perdedores. ¿Se está usando ya en el
mundo a pesar de que no existe la certeza de poder
controlarla, y mucho menos de dirigir su utilización en
bien de las mayorías?
-Conversando con un conocido que tiene una fábrica de
pinturas que contienen nanopartículas, me contó que más
del 60 por ciento de los productos de NT los compra
fuera del país, en Asia y Alemania. No quiso decirme
cómo ingresaba esas partículas al país porque era algo
“confidencial”. Otro empresario me confesó que los
nanocomponentes entran “en un portafolio”. Es demasiado
barato para hacer todo el papeleo que sería necesario, y
además, con una plancheta de diez pequeños tubitos tenía
para la producción de todo un año. Quiere decir que se
trastoca la noción de comercio internacional, porque el
tráfico es incontrolable.
-Si se
trata de algo inocuo no habría problema, sería
democratizador.
-No
cualquiera tiene laboratorios con capacidad de producir
con NT, y además nadie revelará los secretos de
producción protegidos con patentes. Quien quiera hoy
desarrollar NT precisa mucho dinero. Es probable que
haya cambios sustanciales en el ranking de las empresas
más poderosas como consecuencia de los aciertos o
fracasos en las investigaciones esponsorizadas.
Imaginemos la utilización masiva de algo que ya existe,
como los calzados térmicos, que conservan el pie siempre
a la misma temperatura, esté uno en el Polo o en el
Ecuador. El ejército de Estados Unidos ya está usando
esta innovación. Supongamos que alguien se pone a
fabricar calzado deportivo así, mil veces mejor que
todos los demás, ¿quién va a comprar de los “antiguos”?
La eficacia del nuevo calzado es total, absoluta, por
tanto el desplazamiento de sectores industriales enteros
será brutal, y las posibilidades de concentración del
capital crecerán exponencialmente. No habrá competencia.
Y lo mismo ocurrirá con miles y miles de otros
productos.
Estamos
pues ante lo que los economistas llaman una “revolución
disruptiva”, que rompe con todo lo que había antes. En
términos generales, de patentes, publicaciones,
productos introducidos al mercado, Estados Unidos va
claramente a la cabeza, le sigue Japón, y se habla de
que China adelantó mucho en textiles, e Israel en
tecnología militar.
-¿Cómo
puede impactar la NT en el ámbito de la alimentación y
la agricultura?
-Hay que
distinguir entre lo qué se puede hacer y lo que se está
haciendo. Teóricamente lo posible es ilimitado,
imposible de calcular. Se está previendo que los países
desarrollados ya no precisarán importar los alimentos
que por razones de suelos o clima no puedan producir
hoy. Para poner un ejemplo, Inglaterra podría producir
sus propias bananas en un laboratorio. Pero eso tal vez
no le veamos hasta dentro de 20 años. Lo que se está
haciendo ahora es otorgarle características especiales a
productos que ya existen: lechugas que guarden su
frescura durante seis meses, o papas fritas empacadas
hace un años que parecen recién hechas.
-¿Serán realmente papas? ¿Podemos llamarlas así?
-Nadie lo
sabe. En pocos años se podrá consumir muchos productos
hechos en el momento mediante NT, como jugos de frutas,
refrescos, etc., elaborados a gusto exacto del
consumidor y en el tiempo en que se aprieta y se suelta
un botón. Los costos de la empresa fabricante, como es
obvio, bajan e manera abismal. Por otro lado, se piensa
que la productividad agrícola podrá incrementarse
dramáticamente utilizando técnicas de NT en el proceso
productivo.
-¿Estos productos serán verdaderamente iguales a los
naturales, o como con los transgénicos se buscará una
expresión parecida a la “equivalencia”?
-Será muy
difícil saber si serán iguales o no, o equivalentes o
no, porque los componentes de NT son difícilmente
detectables.
-¿No
habría que aplicar el principio de precaución en este
caso?
-Habría
que haberlo aplicado antes, ciertamente. Cualquier
medicamento debe ser probado durante años, siguiendo
estrictos protocolos antes de poder lanzarlo al mercado.
Es un proceso largo y caro. Sin embargo, ante este
proceso de cambio tecnológico que afecta todos los
ámbitos de la actividad humana en el mundo entero, nadie
se preocupa por hacer un test. La humanidad está
montando a un carro sin rumbo, un tren de locos. Los
principales problemas serán para la salud humana, porque
las nanopartículas son indetectables. ¿Cómo sabremos de
qué manera afectan a la salud antes de que estemos
enfermos o disminuidos? Pensemos también en la
redistribución productiva, el desempleo, el abismo entre
quienes estarán “nanoeducados” y quienes no lo estarán.
¿Qué pasará en nuestros países, muchos de los cuales ni
siquiera tienen esta preocupación, ni siquiera lo
discutimos públicamente?
-Ese
es uno de los objetivos de su pasaje por Montevideo…
-Estoy
escribiendo artículos y dando charlas en muchos lugares
para intentar crear conciencia del mundo en el que
estamos ingresando, procurando que esto se coloque en la
mesa de debate. No es que yo aporte una solución, sino
que trato de alertar que viene un tren a toda velocidad.