Remitido institucional

 

 

En ese remitido la Delta&Pine dice solamente dos verdades: que es responsable de la contaminación en Rincon'í, y que las semillas fueron tratadas con plaguicidas. Pero también dice estas mentiras:

 

1) Que el desecho de semillas fue "una demostración de la utilización de semillas de algodón para enriquecimiento de suelos, llevada a cabo de acuerdo con las leyes de la República del Paraguay". ¡Mentira! No hay ninguna ley en Paraguay que permita abandonar cuatro toneladas de agrotóxicos al aire libre, y muchísmo menos en un centro poblado y a 150 metros de una escuela.

 

2) Que "con la aprobación del dueño de la propiedad, empleados de la Delta&Pine dispusieron varias bolsas de semillas de algodón en la compañía de Rincon'í." ¡Mentira! ¿30 mil bolsas pueden ser calificadas como "varias"?

 

3) Que "La técnica de disposición llevada a cabo es común inclusive en Estados Unidos". ¡Mentira! Véase el informe del Technology Sciences Group Inc. y reglamentaciones internacionales de, entre otras, la Organización Mundial de la Salud (OMS); de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), todos ellos reseñados en este libro.

 

4) Que "Los olores no fueron generados por los químicos usados para tratar las semillas. Dichos olores fueron emitidos al aire al pudrirse las semillas. Ese olor, si bien molesto, no causa daño alguno." ¡Mentira! El olor fétido comenzó desde el momento en que se descargó el primer camión. Es obvio que lo que enferma no es el olor, sino lo que lo produce: los pesticidas liberados en gran cantidad en la atmósfera.

 

5) Que la "Delta&Pine es muy susceptible con relación a las preocupaciones e intereses de la comunidad de Ybycuí, por lo tanto está intentando resolver la situación lo más pronto y convenientemente posible." ¡Mentira! Cinismo; subestimación; neocolonialismo.

 

6) Que muestras de las semillas "fueron tomadas por funcionarios de las entidades oficiales pertinentes y fueron enviadas al laboratorio del INTN para ser analizadas. Estos análisis concluyeron que las concentraciones de plaguicidas en las semillas no son peligrosas para la salud humana y no contienen ninguna sustancia dañina." ¡MENTIRA! Es cierto que el INTN informaría POSTERIORMENTE no haber detectado los plaguicidas en las semillas, a pesar de que en las bolsas de la Delta&Pine las etiquetas advierten expresamente lo contrario, lo que constituye un extraño episodio que corresponderá al INTN explicar, así como corresponderá a la Delta&Pine explicar cómo adivinó los resultados a los que arribaría el laboratorio del INTN.

 

7) Que "un laboratorio independiente de los Estados Unidos revisó los plaguicidas en las semillas para evaluar la posibilidad de riesgo para la salud humana de estos químicos." ¡Mentira! ¿Qué laboratorio? ¿Por qué la Delta&Pine no incluyó el nombre de la institución "independiente"? No es necesario el estudio de ningún laboratorio para conocer los riesgos de estos químicos. Ellos están descritos desde hace mucho tiempo por numerosas y variadas instituciones internacionales. Y también en las etiquetas de las bolsas de semillas de la propia Delta&Pine.

 

8) Que "En los Estados Unidos estas semillas tratadas serían aplicadas al suelo como se describió anteriormente, o serían clasificadas como un desperdicio especial antes de ser dispuestas en un basurero." ¡Mentira! Son particularmente cínicos los eufemismos "desperdicio especial" y "basurero". Estas mismas semillas que se desecharon en Rincon'í y Santa Angela serían consideradas SÓLO "basura tóxica", en Estados Unidos y en cualquier parte del mundo. Y deben ser eliminadas en lugares especialmente acondicionados y autorizados para recibir "residuos peligrosos", lo que no es asimilable a un simple "basurero".

 

9) Que "Cualquier químico emitido al aire desapareció durante el primer día de haber sido aplicado al suelo." ¡mentira! Si fuese cierto, sería gravísimo, porque los habitantes de Rincon'í tuvieron que soportar durante más de diez días consecutivos la descarga permanente de 30 mil bolsas de semillas que, obviamente, estuvieron todo ese tiempo "emitiendo químicos al aire" que ellos respiraban. La realidad es peor, porque varios de esos plaguicidas se mezclaron con agua pluvial que luego fue evaporada por el sol integrándose, esa mezcla, a la humedad ambiente. Y los vecinos de Rincon'í, como todo el mundo, deben respirar para vivir. Por lo tanto: otra vez y siempre ¡mentira! 

 

 

 

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