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Arroyo Capiatá |
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El primer accidente se produjo en el kilómetro 20,5 de la
Ruta internacional número II, a la altura de la ciudad de
Capiatá, y ocasionó un derrame de 200 litros de
agroquímicos, que afectó el medio ambiente circundante y la
salud de los vecinos establecidos hasta 300 metros a la
redonda.
En la segunda ocasión, la misma carga era transportada en
guarda por otro vehículo hasta el lugar original de destino,
Minga Pora, en el Alto Paraná, pero a su paso por el
distrito de Fassardi, en el departamento de Caaguazú, el
rodado volvió a volcar, aunque sin que se produjera pérdida
alguna del liquido transportado en recipientes de plástico.
Luego, unos rateros que habían robado unos bidones cargados
del agroquímico derramado en Capiatá, asustados por los
efectos colaterales que el contacto con los mismos podría
tener sobre su salud, arrojaron nuevamente el contenido
sobre el suelo ya contaminado y dentro de las rejillas de
desagüe que conducen al arroyo Capiatá, distante a unos 500
metros del lugar del accidente.
Como si todo esto fuera poco, los datos oficiales sobre la
contaminación de los cauces hídricos y las personas,
divulgados por instituciones gubernamentales, arrojaron,
supuestamente, resultado negativo.
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Diputada Olga
Ferreira de López |
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Pero la polémica sobre el hecho se instaló cuando la diputada
del Partido Patria Querida y presidenta de la Comisión de
Derechos Humanos de la Cámara Baja, Olga Ferreira de López,
refutó los resultados presentados por la Comisión de
Emergencia como falsos y denunció que el gobierno busca
minimizar el impacto causado por el derrame de agrotóxicos en Capiatá y esconde información a la población. Mientras
tanto, los vecinos y el intendente de Capiatá, Derlis
Osorio, siguen clamando por más atención.
Según la información proporcionada por el intendente Osorio,
aunque el camión, que partió desde el puerto de Asunción
rumbo al Alto Paraná, transportaba 20 mil litros de
agroquímicos, el accidente ocasionó el derrame de 200 litros
de tóxicos tales como el Paraquat al 24 por ciento, el
Metadof-Metamidofós al 60 por ciento , el Dubron al 40 por
ciento, Monocrotofof al 40 y el Novafate-Acefato al 75 por
ciento, cantidad que no resulta poca cosa cuando se trata de
elementos altamente tóxicos. A la vez, informó que unas 800
personas fueron directamente afectadas por el olor
nauseabundo desprendido de la carga derramada, que les causó
síntomas tales como dolores de garganta, de cabeza, manchas
en la piel, náuseas y vómitos.
Los trabajos de limpieza inmediatos al accidente incluyeron
la recolección de los recipientes rotos así como la
diseminación sobre los residuos de líquido de hipoclorito de
sodio e hidróxido de sodio.
Actualmente, la comuna capiateña se encuentra censando a los
afectados por el derrame con el objetivo de crear un banco
de datos que permita actuar efectivamente ante eventuales
efectos colaterales que puedan sentir todas aquellas
personas expuestas a los productos derramados.
Osorio manifestó también que ante el nulo control sanitario
de parte del Ministerio de Salud en la zona, el censo
servirá para establecer un sistema de monitoreo ambiental
permanente del lugar afectado.
Resultados oficiales y polémica
Según el informe elaborado por una Comisión de Emergencia,
conformada por representantes de la Secretaría del Ambiente,
la Dirección de Defensa Vegetal del Ministerio de
Agricultura y Ganadería (DDV), de la Secretaría Nacional de
Saneamiento Ambiental (SENASA) y del Ministerio de Salud
Pública, las muestras de agua obtenidas de los puntos
críticos y susceptibles de contaminación del arroyo Capiatá
y del Lago Ypacarai y otros cauces cercanos no detectan
presencia de plaguicidas. En el mismo documento se aclara
que el Ministerio de Salud sólo detectó intoxicados leves
entre los afectados, de acuerdo a lo demostrado por los
exámenes de colinesterasa practicados en muestras de sangre
de 100 personas. Esta cartera informó que los valores
presentados por las personas analizadas se encuentran dentro
de los niveles permitidos, aunque admitió que “se debe
seguir aplicando el principio precautorio para salvaguardar
la salud de la población afectada”.
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Intendente de
Capiatá Derlis Osorio |
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Sin embargo, a pesar de esta recomendación, las tareas de
control, tanto de la salud de los afectados como en los
cauces de agua contaminados no están siendo realizadas,
según denunció el intendente Osorio.
La diputada Olga Ferreira de López, por su parte, subrayó que
los resultados difundidos por la Comisión de Emergencia no
reflejan la verdad y acusó al gobierno nacional de ocultar
información. La legisladora basó su denuncia en un informe
elaborado por el SENASA, no dado a conocer oficialmente, en
el que se asegura que varios recursos hídricos y pozos de
agua potable localizados en la zona de influencia del
derrame se encuentran contaminados y pueden representar un
peligro para la población. Las autoridades del Ministerio de
Agricultura y Ganadería (MAG), dijo Ferreira, no tomaron las
medidas de prevención necesarias y han intentado "minimizar
la situación". "Es una gran irresponsabilidad de parte del
Ejecutivo y por sobre todas las cosas del MAG, por no contar
las verdad; las aguas están contaminadas y no existe ningún
plan para evacuar o proteger a la gente; incluso tenemos
informes de que hay niños que llegan al arroyo Capiatá",
expresó.
Entre los lugares analizados por el SENASA que dieron
"positivo" para plaguicidas, la diputada mencionó a los
arroyos Capiatá, Jukyry-Costa Fleitas y Jukyry-Isla Valle,
además de la boca del río Salado, en las canaletas paralelas
en la Ruta II y en los pozos de las comunidades aledañas al
accidente.
Ferreira expresó que existe una gran contradicción entre el
informe dado a conocer públicamente y el paralelo obtenido
por el SENASA, en el cual los técnicos demuestran que las
sustancias fueron desintegrándose y "formando otras
sustancias igualmente tóxicas". "Sigue la contaminación,
porque los componentes de las sustancias van produciendo
otros que siguen siendo tóxicos; la situación no es para
alarmar a nadie, pero tampoco para minimizarla, como lo está
haciendo el MAG", destacó.
Productos prohibidos, pero no en Paraguay
Con relación a los fosforados derramados en Capiatá, el
experto brasileño Sebastián Pinheiro indicó que tanto el
methamidophos como el acephate y el monocrotophos son
altamente peligrosos y podrían acarrear riegos a la salud
humana, principalmente a los niños en edad de desarrollo,
quienes con el contacto prolongado podrían sufrir daños en
la capacidad intelectual con el bloqueo de la memoria
límbica, la disfunción endócrina y la inmunodepresión.
Indicó que en la Unión Europea el empleo de estos productos
está férreamente limitado por la Directiva Comunitaria
414/91. Antes de las negociaciones comerciales mundiales de
la Ronda Uruguay, agregó, se contaba con suficiente
información difundida sobre los riesgos ocasionados por el
contacto prolongado a estos productos, pero después se vedó
el acceso a la información, y se liberó el transporte y
utilización de estos productos en los países del tercer
mundo o en vías de desarrollo.
Pinheiro destacó que la persistencia de estos productos en
aguas con alto contenido de materia orgánica en solubilidad
y con el PH por debajo del 5,5, como caracteriza a los
recursos hídricos paraguayos y a los de la mayoría de los
países de América Latina, puede ser superior a los 720 días.
Un derrame como el ocurrido en Capiatá no puede constituir
un "escándalo" sólo durante unos pocos días y luego ser
olvidado, dijo. "El gobierno debería tener en cuenta que es
fundamental asistir a las víctimas y tratar de minimizar el
impacto de los tóxicos sobre la naturaleza", enfatizó.
Expresó que las autoridades paraguayas deberían realizarse
una importante autocrítica sobre diferentes aspectos de su
actuación y de su falta total de controles sobre el
transporte de estos productos, pero que no lo hace por
presión de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el
Banco Mundial (BM), las agencias de cooperación de la Unión
Europea y los grandes intereses económicos que rodean a la
comercialización de estos agroquímicos. "Todos sabemos que
ninguno de estos controles se les exige a los funcionarios
públicos encargados de la protección ambiental, agrícola y
sanitaria en Paraguay. Si no se les interroga, nadie
siquiera podrá cuestionar la forma en que fue transportada
la carga compuesta por methamodophos, acephate,
monocrotophos y paraquat", recalcó.
Evitar daños colaterales
La población afectada en Capiatá, compuesta por mujeres
embarazadas, ancianos, niños y adultos, debería contar con
el acompañamiento de las autoridades sanitarias y con un
tratamiento adecuado para evitar los daños endócrinos,
inmunológicos y cognitivos que la exposición a estos
productos podría ocasionar, señaló Pinheiro. Sin embargo, el
propio intendente de la ciudad, Derlis Osorio, denunció la
falta de asistencia sanitaria continua y efectiva en el
lugar de los hechos. Agregó que lo más grave es que estos
productos, que ya no están siendo fabricados en Europa,
sigan siendo producidos en países como China, que lo exporta
masivamente, así como en Brasil y Argentina, limítrofes con
Paraguay, y en México, donde no existe ningún tipo de
control de calidad o de seguridad y se ha comprobado la
presencia de grandes cantidades de impurezas tóxicas.
"Los técnicos paraguayos tal vez dirán que habrá una dilución
de los productos derramados en las aguas que llegan al lago
Ypacarai, pero ¿cuánto de verdad hay en eso? La hidrólisis
de esos productos fosforados y su isomerización potencian en
más de diez mil veces sus residuos al contacto con el agua
transformándolos en Tetra-Methyl-DiThio-PiroPhosphate,
internacionalmente reconocido por la sigla TMDTPP. Esta
sustancia fue registrada como un gas de guerra por los nazis
alemanes y después transformada en metabolito de muchos
agrotóxicos que aún continúan siendo comercializados
libremente en muchas partes del mundo", indicó Pinheiro.
En cuanto al paraquat, el brasileño evaluó que la situación
no es mejor, pues este producto puede introducirse en el
organismo a través de la piel. Dijo que los niños
constituyen la población más susceptible, más aun en el
interior del país, pues viven en contacto con el agua de los
arroyos, lagos y ríos que podrían estar contaminados con
este producto, utilizado normalmente a nivel local en la
fumigación de las plantaciones de soja. El científico señaló
que el paraquat puede ser absorbido por la piel,
introducirse en la sangre y bloquear el transporte de
oxigeno, provocando daños en cadena. "El paraquat fue
condenado por todos los países del mundo hasta la Ronda
Uruguay del GATT (el predecesor de la OMC), pero ahora es
comercializado sin necesidad de cualquier control,
principalmente en América Latina y, por supuesto, en
Paraguay", concluyó Pinheiro.
Corresponsal en Asunción
© Rel-UITA
13 de
enero de 2005