UCC nunca ofreció información completa sobre los gases
vertidos, lo que dificultó desde el principio una asistencia
sanitaria eficaz a las víctimas. En los dos o tres días
siguientes murieron más de 7.000 personas y muchas más
sufrieron lesiones por efecto del escape. A lo largo de los
últimos 20 años, al menos 15.000 personas más han muerto a
consecuencia de enfermedades relacionadas con la exposición
al gas. En la actualidad más de 100.000 personas siguen
sufriendo enfermedades crónicas y debilitantes para las
cuales no se ha encontrado un tratamiento eficaz.
El desastre conmocionó al mundo y planteó cuestiones
fundamentales respecto a la responsabilidad de las empresas
y los gobiernos en los accidentes industriales que aniquilan
la vida humana y devastan el medio ambiente. Sin embargo, 20
años después los supervivientes siguen esperando una
reparación justa, asistencia médica y tratamiento adecuados
y una total rehabilitación social y económica. El lugar
donde se encontraba la planta aún no ha sido limpiado, con
lo que los residuos tóxicos siguen contaminando el medio
ambiente y el agua de que dependen las poblaciones de los
alrededores. Además, por sorprendente que pueda parecer,
nadie ha rendido cuentas ante la justicia de la fuga y de
sus terribles consecuencias.
Aunque hay pasos adelante. El Parlamento Europeo adoptó una
resolución el pasado 6 de diciembre que establece que la
empresa propietaria incumplió sus responsabilidades y
reclama la adopción de medidas de investigación del
accidente, descontaminación, establecimiento de
compensaciones, etc; Naciones Unidas ha designado en la
Oficina del relator especial sobre el Derecho a la
Alimentación a un responsable de la investigación sobre las
consecuencias del accidente; y el tribunal penal de Bhopal,
que trata de juzgar a los responsables del desastre, citó
el pasado 6 de enero por primera vez a la empresa Dow
Chemical (que adquirió Union Carbide en 2001).
La responsabilidad de las empresas ante la sociedad no
prescribe, y las demandas de la sociedad pueden activarse en
cualquier momento, ya que las evasivas, las excusas, las
obstrucciones pueden funcionar hoy pero dejar de hacerlo
mañana; y la sociedad puede demandar lo que en cada momento
considere más oportuno. La única opción para las empresas es
ser responsables de un modo eficaz, completo y transparente.
Es la única garantía de que sus actividades económicas serán
aceptadas y respetadas por la sociedad.
En el caso de Bhopal, Amnistía Internacional ha efectuado
propuestas concretas al Gobierno de India y del Estado de
Madhya Pradesh, al Gobierno de Estados Unidos, a la empresa
Dow Chemical, a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones
Unidas y a la Alta Comisionada en Derechos Humanos del mismo
organismo. Estas recomendaciones contemplan el
establecimiento de responsabilidades, descontaminar la zona,
asegurar el suministro de agua potable, identificar las
sustancias químicas contaminantes y establecer programas
sanitarios eficaces, aplicar indemnizaciones... pero es
fundamental, sobre todo, que estos hechos se prevengan y que
si sucedieran nuevamente en algún lugar del mundo, las
víctimas no tengan que volver a esperar 20 años para empezar
a ser escuchadas.
Amnistía Internacional considera que las ‘Normas sobre las
responsabilidades de las empresas transnacionales y otras
empresas comerciales en la esfera de los derechos humanos’
(Normas ONU), aprobadas por la Subcomisión de las Naciones
Unidas para la Promoción y Protección de los Derechos
Humanos en 2003, constituyen un marco de referencia para el
desarrollo de legislación internacional, de los estados y de
las instituciones supraestatales sobre las responsabilidades
de las empresas ante la sociedad. El pronto desarrollo de
esa legislación es un objetivo importante para todos los que
creemos en un compromiso efectivo y claro de las empresas
con la sociedad.
Bhopal no es solo un caso que sigue reclamando solución y
tampoco es solo un caso para Dow Chemical y el
Gobierno de India, sino que es también una clara referencia
y una advertencia para todas las empresas que desean tener
un compromiso eficaz y creíble con la sociedad a la que
proclaman servir.
Gerardo Ríos *
Agencia de Información Solidaria
5 de mayo de 2005
* Responsable de Relaciones Económicas
de Amnistía Internacional España.