Argentina

1er Encuentro de Médicos de Pueblos Fumigados

El actual sistema agrícola es nocivo

para la salud de millones de personas

 

Durante los pasados 27 y 28 de agosto se realizó en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Argentina, el “1er Encuentro de Médicos de Pueblos Fumigados”. El evento reunió a numerosos profesionales de la salud, investigadores y científicos de la región, quienes se informaron y analizaron las consecuencias sanitarias de la aplicación masiva de agrotóxicos, especialmente del Glifosato, usado en los cultivos de soja transgénica.

 

La apertura del Encuentro estuvo a cargo del decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba, doctor Gustavo Irico, y contó con la presencia de otros profesionales de las provincias de Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, Chaco, Misiones, Catamarca, entre otras.

 

Entre los testimonios y ponencias presentadas durante el Encuentro se destacó la del doctor Rodolfo Páramo, pediatra y neonatólogo de la localidad de Malabrigo, en el centro norte santafesino, quien relató que se percató de las consecuencias de los agrotóxicos cuando vio que mientras los silos de una cooperativa de productores locales estuvieron en el centro de la ciudad, muchas mujeres tenían abortos espontáneos y/o hijos que nacían con malformaciones, y que la situación mejoró relativamente cuando esas instalaciones fueron trasladadas. No obstante, señaló que en la zona se siguen padeciendo graves enfermedades vinculadas al uso del Glifosato y el Endosulfán.

 

Otro expositor, el doctor Raúl Horacio Lucero, jefe de Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad Nacional del Noreste, presentó un listado de malformaciones en niños recién nacidos cuyas madres estuvieron expuestas cotidianamente, especialmente durante los primeras semanas de gestación, a las fumigaciones en los algodonales de la provincia del Chaco.

 

A su vez, la doctora Gladys Trombotto, genetista de la Maternidad de la Universidad Nacional de Córdoba, mostró cómo aumentaron los casos de malformaciones congénitas sin que se hayan registrado modificaciones en los históricos factores de riesgo que las expliquen.

 

Por su parte, el doctor Hugo Gómez Demaio, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital de la ciudad de Posadas, Misiones, además de mostrar estadísticas y casos de malformaciones congénitas en hijos de campesinos de la región, también destacó la interferencia de los agrotóxicos como disruptores endócrinos.

 

Otro expositor fue el doctor Andrés Carrasco, director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires e investigador del CONICET, quien se refirió a los efectos teratogénicos en vertebrados por alteración del desarrollo del acido retinoico, causados por los herbicidas producidos con base en el Glifosato.

Los casos de cáncer y otras enfermedades severas son detectados con más frecuencia ahora, al igual que los abortos espontáneos, trastornos de fertilidad y nacimiento de hijos con malformaciones congénitas

 

Este trabajo, ampliamente difundido en la prensa local e internacional pero ignorado por el gobierno argentino, fue publicado en julio pasado por la prestigiosa revista científica Chemical Research in Toxicology.

 

Del dicho al hecho

 

Al fin del Encuentro, jefes de distintas Cátedras de la Facultad de Medicina de la UNC concluyeron y declararon que existe evidencia más que suficiente para exigir la aplicación inmediata de medidas precautorias hacia la aplicación masiva de agrotóxicos en Argentina.

 

Asimismo, los participantes aprobaron una declaración dirigida a la presidenta de la República, Cristina Fernández, y una carta abierta interpelando a las principales entidades gremiales de los productores de soja, esto es la Sociedad Rural Argentina, las Confederaciones Rurales Argentinas y la Federación Agraria Argentina.

 

Para las gremiales agrícolas

 

Ésta última expresa que “Los miembros de los equipos de salud de los pueblos fumigados de Argentina, junto con los científicos, investigadores y académicos, reunidos en el 1er Encuentro Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados, nos sentimos en la imperiosa necesidad de dirigirnos a ustedes en forma directa y pública para hacerles conocer que la situación de la salud de las poblaciones de los pueblos fumigados en la Argentina es muy mala y se agrava día a día.

 

Los casos de cáncer y otras enfermedades severas son detectados con más frecuencia ahora, al igual que los abortos espontáneos, trastornos de fertilidad y nacimiento de hijos con malformaciones congénitas que encontramos en índices muy elevados –afirma la carta abierta-.

En las 23 millones de hectáreas ocupadas por cultivos transgénicos viven, en o entre sus campos, 12 millones de compatriotas; ellos son nuestros pacientes

 

Los trastornos respiratorios, endócrinos, hematológicos, neurológicos y psíquicos son, también ahora, mucho más frecuentes en las poblaciones que son sistemáticamente fumigadas porque comparten el mismo espacio geográfico que los cultivos agroindustriales y transgénicos que ustedes explotan.

 

En las 23 millones de hectáreas ocupadas por cultivos transgénicos viven, en o entre sus campos, 12 millones de compatriotas; ellos son nuestros pacientes, y por lo tanto tenemos una enorme responsabilidad en el resguardo de su salud y en la defensa de sus derechos a la misma –señala el texto emanado del Encuentro-.

 

Los médicos y demás miembros de los equipos de salud, los investigadores, científicos y académicos que analizamos este problema, estamos seguros de que los crecientes padecimientos en la salud de los habitantes de los pueblos fumigados son generados por las aplicaciones que ustedes realizan. Y esta seguridad nos la da ver cómo viene evolucionando la salud de nuestras comunidades, y cotejar esta observación con la creciente información científica que registra las evidencias disponibles con respecto al daño a la salud que provoca la exposición a pesticidas.

 

Queremos decirles –agregan los galenos- que no tenemos ningún interés mezquino oculto, no tenemos ningún interés económico, ni político partidario, ni religioso, ni de ningún  otro tipo que no sea el resguardo de la salud de nuestros pacientes, para decirles lo que aquí estamos afirmando y exhortarlos a que ¡PAREN DE FUMIGAR!

 

Por último, queremos decirles que sabemos que están aprovechando una coyuntura internacional con precios en alza y demanda sostenida, pero sus ganancias no justifican los cánceres de nuestros pacientes ni las malformaciones de nuestros hijos”, concluye la carta.

 

Para el gobierno y el Congreso

 

En la Declaración de Córdoba dirigida a la presidenta Cristina Fernández, los participantes en el Encuentro señalan también que “Esta situación se comenzó a observar con la instrumentación de la práctica agro-productiva que incluye la utilización masiva de plaguicidas químicos.

 

La utilización de plaguicidas no deja de aumentar año a año –dice la Declaración-, y en 14 años el incremento de su consumo fue de casi un 1.000 por ciento.

 

Los habitantes de los pueblos fumigados (12 millones de personas) reciben en forma directa las aspersiones con estos venenos, porque se realizan sobre sus viviendas por vía aérea o en forma terrestre hasta el limite mismo de sus casas y localidades.

 

El fenómeno que observamos se repite inexorablemente en todas las provincias donde se lleva adelante esta práctica productiva.

 

Los datos de investigaciones publicadas en revistas científicas internacionales, arbitradas en modelos experimentales con diversos plaguicidas, incluyendo el Glifosato, establecen una fuerte plausibilidad que explicaría la causalidad biológica de las manifestaciones clínicas que observamos en nuestros pacientes –afirman los médicos-.

 “Dentro de pocos meses, en la presiembra de soja, se comenzará nuevamente a envenenar masivamente las poblaciones de los Pueblos Fumigados de la Argentina”

 

Es urgente avanzar en las restricciones públicas al uso de los plaguicidas –advierten-, y dentro de pocos meses, en la presiembra de soja, se comenzará nuevamente a envenenar masivamente las poblaciones de los Pueblos Fumigados de la Argentina”.

 

La Declaración reclama que “se aplique el principio precautorio establecido en la Ley General del Ambiente Nº 25.675, Art4º.-, que dice: ‘Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente’”.

 

Y dirigiéndose al gobierno, expresa: “Requerimos de la Presidenta de la Nación, del Ministro de Salud y del Ministro del Interior que se proteja la salud y la vida de la población de los Pueblos Fumigados y se PROHÍBAN  inmediatamente las fumigaciones aéreas en todo el territorio nacional, como ya se hizo en la Unión Europea, y se restrinjan las fumigaciones terrestres alejándolas del limite de las plantas urbanos de los pueblos.

 

Instamos al Congreso de la Nación a que trate y apruebe leyes que prohíban las fumigaciones aéreas en todo el país, se alejen las aplicaciones terrestres de las poblaciones y se considere a las fumigaciones ilegales como delitos que atentan contra la salud y el ambiente –demandan los médicos-.

 

Convocamos a todas las Facultades de Medicina del país y a todas las Universidades Públicas a acompañarnos en la defensa del derecho a la vida, a la salud y al ambiente sano, a exigir que se tomen las medidas urgentes que reclamamos, y les solicitamos que estimulen  programas de investigación y extensión sobre este problema y desarrollen contenidos de salud ambiental en las distintas instancias educativas”, concluye la Declaración.

 

 

 

 

En Montevideo, Carlos Amorín

Rel-UITA

31 de agosto de 2010

 

 

 

 

Con información de cbanoticias, Argentine Beekeepers' Magazine e Indymedia

 

 

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