II FORO SOBRE CONTAMINANTES
QUÍMICOS AMBIENTALES Y PARTICIPACIÓN SOCIAL
Fiscal Viana: las leyes están, pero no se cumplen
Uruguay ex
Natural |
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Mientras se insiste en que Uruguay es el tercer país que más
protege el medio ambiente, el Segundo Foro sobre
Contaminantes Químicos Ambientales y Participación Social,
que se realizó el 3 y 4 de noviembre en la Intendencia de
Montevideo mostró un panorama muy distinto. |
Durante el seminario se denunciaron los riesgos a los que se
exponen los trabajadores que manejan tóxicos, como los que
cultivan naranjas en Salto y los que trabajan en cementeras
en Lavalleja y las curtiembres en Montevideo. También la
forma en que se contaminan y enferman los habitantes que
conviven en estas áreas, expuestos a las fumigaciones, sin
medidas sanitarias ni información. La Comisión Vive Sin
Plomo hizo hincapié en que los casos de plombemia continúan
y que los controles médicos no alcanzan el nivel de
exigencias de la Organización Mundial de la Salud.
Algunas de las críticas más duras a la situación ambiental de
Uruguay las realizó el fiscal Enrique Viana. El funcionario
habló del derecho ambiental uruguayo y de la falta de
cumplimiento de sus normas y cuestionó muy duramente la
actitud del gobierno en el control de las plantas de
celulosa Botnia y Ence, a las que calificó de "monstruos".
La directora nacional de Medio Ambiente, Alicia Torres,
podría haber rebatido los argumentos de Viana, ya que
integraba la siguiente mesa redonda. Pero Torres no asistió,
ni tampoco lo hizo en su lugar ningún otro funcionario de la
Dinama.
Según el fiscal, "el Estado uruguayo camina por una avenida,
por otra camina el Derecho y por una tercera la sociedad".
Viana dijo que las normas sobre medio ambiente que hoy rigen
en Uruguay son contradecidas por las acciones del gobierno.
"Debemos elevar prioritariamente la defensa del medio
ambiente, la defensa de los recursos hídricos a partir de
octubre (aprobación del plebiscito del agua), el concepto de
‘país natural’, pero obviamente ese camino no se
compatibiliza con ciertas políticas de Estado, que van en
sentido contrario. Si un país se autocalifica de ‘país
natural’, obviamente va a tomar un rumbo distinto a ser un
país celulósico", señaló el fiscal.
Además, dijo que existen demasiadas leyes ambientales que
"dan pie a que siempre se encuentre alguna coma, algún
intersticio legal con el cual producir la excepción y de esa
manera violar la regla". Para Viana ese es el caso de la Ley
de Impacto Ambiental, a la que llamó como "una trampa que le
otorga al Estado la posibilidad de decidir la instalación de
determinados emprendimientos industriales y a su vez esa
voluntad pasa a ser intocable".
Según Viana, la situación uruguaya en temas ambientales se
define como "la anarquía de la norma, que está presente,
pero no se aplica". Y agregó que el gran problema que hoy
existe en el país es el de cómo hacer para que se respete el
derecho ambiental.
"Nos enfrentamos a un problema más complicado: su eficacia y
su aplicación. ¿De qué depende su cumplimiento? Depende sólo
de la voluntad de algunos hombres, que han seguido un camino
lleno de traumas y desilusiones", dijo refiriéndose a los
productores y técnicos rurales que denunciaron en el
seminario la desprotección ante el uso de agrotóxicos, la
falta de información y las enfermedades que han adquirido
por la contaminación.
Y agregó: "sigo creyendo en las voluntades espontáneas porque
el Estado ha fracasado en el control ambiental".
Según el fiscal, ese fracaso se da en tres niveles. Primero,
en las situaciones de emergencia ambiental, como en el caso
de la plombemia, que definió como "inercia del Estado".
Segundo, en el control establecido en la Ley de Impacto
Ambiental de los establecimientos ya instalados. En este
nivel dio como ejemplo los problemas de las curtiembres y
los arroyos de Montevideo. El tercer nivel de fracaso está
en la falta de "imposición del máximo rigor frente a los
nuevos emprendimientos industriales de Ence y Botnia".
A continuación Viana realizó un análisis histórico de las
políticas ambientales en Uruguay. Una primera etapa ocurrió
en la década del 90 con la creación del Ministerio de
Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente. Un
segundo momento comenzó en la segunda mitad de los 90 hasta
el año 2000, cuando se sancionó la Ley de Impacto Ambiental,
la ley interpretativa del artículo 47 de la Constitución,
que declaró de interés general la protección del medio
ambiente, y la sanción de la Ley de Protección de Medio
Ambiente.
Para el fiscal la tercera etapa sería la actual, a la que
denomina "la invasión de los monstruos". Según él, podría
pensarse que las etapas anteriores fueron positivas y
generaron un marco legal para prevenir y controlar a las
plantas de celulosa. Pero para Viana la realidad es opuesta:
"yo los invito a pensar al revés: quizá esta situación fue
la preparación de una pista de aterrizaje para que estos
monstruos aterrizaran en Uruguay. Lo que menos pensé es que
nos iban a invadir los vikingos, que podían renacer y venir
por estas tierras".
Y agregó: "la tragedia de nuestra situación es que nos
enfrentamos ante un Ministerio que no tiene capacidad para
evaluar y controlar. Hemos creado una fachada perfecta, que
le permite a estos emprendimientos moverse con total
soltura".
La próxima instancia será la del conflicto, vaticinó, cuando
las plantas de celulosa ya estén instaladas. "¿Será que
teniendo hoy la experiencia de Europa recién reaccionaremos
cuando tengamos el agua hasta el cuello?", preguntó.
Viana finalizó su ponencia sintetizando el problema: "hay
veces que las cosas son blanco o negro. Enfrentadas las vías
del Derecho y la del accionar actual del Estado, cuando la
protección del medio ambiente ha sido elevada al rango
constitucional de interés general, esa protección significa
restricción a otros derechos individuales como el derecho al
trabajo. Si eso no nos gusta, el camino no es ignorar la
norma, el camino es modificarla".
El seminario fue organizado por el instituto Goethe, la
Comisión Vive Sin Plomo y la Unión Internacional de
Trabajadores de la Alimentación y la Agrícolas (UITA). Fue
auspiciado por la Intendencia de Montevideo. La ponencia de
Viana culminó con un fuerte aplauso.
Nausícaa Palomeque
El País
14 de
noviembre de 2005
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