El informe fue motivado por la publicación de uno de los 
                    primeros estudios de este tipo realizados por iniciativa del 
                    Laboratorio de Bromatología de la IMM, la cátedra de 
                    Tecnología de los Alimentos de la Facultad de Agronomía y la 
                    Comisión Administradora del Mercado Modelo, sobre calidad de 
                    las frutas y verduras y sus niveles de contaminación por 
                    agrotóxicos. 
                    
                    
                     
                    
                    
                    Luego de analizar plaguicidas en 200 muestras de las 
                    principales frutas y hortalizas los resultados indican que 
                    el 28% de las muestras no tiene residuos detectables, 65% 
                    tiene residuos por debajo de los Límites Máximos de Residuos 
                    (LMR) establecidos por el CODEX (programa conjunto de la FAO 
                    y la OMS para alimentos) y 7% tiene residuos superiores a 
                    estos límites máximos. 
                    
                    
                     
                    
                    
                    Hasta el momento, las autoridades vinculadas a la salud de 
                    la población, el ambiente o el registro y utilización de 
                    plaguicidas, no realizaban una evaluación sistemática de los 
                    residuos en alimentos que consumimos en el país, a pesar de 
                    que es un procedimiento común en los alimentos que 
                    exportamos. 
                    
                    
                     
                    
                    
                    Como los intereses económicos en juego son muy grandes, ya 
                    que Uruguay importa cada año más de U$S 44 millones en 
                    agrotóxicos producidos básicamente por multinacionales (que 
                    luego de comercializados representan una cifra mucho mayor), 
                    la palabra valor en este contexto también significa 
                    valentía. El hecho de que haya sido el propio Mercado Modelo 
                    el que toma este tema polémico es una buena señal de un 
                    enfoque moderno de responsabilidad social en una empresa que 
                    es municipal pero donde también participan actores privados.
                    
                    
                    
                     
                    
                    
                    A la Dirección General de Servicios Agrícolas (MGAP) el 
                    estudio anterior no parece preocuparle, argumentando que la 
                    probabilidad de que se afecte la salud de los consumidores 
                    es mínima ya que son pocos los productores que aplican en 
                    exceso debido a razones económicas. Estos pocos casos de 
                    residuos altos no serían un problema porque son muy pocos 
                    los vegetales que se consumen crudos y sin lavar. Por lo 
                    tanto, no hay nada para hacer, ninguna acción a tomar, todo 
                    bien. Sin embargo, muchos técnicos concuerdan en que el uso 
                    de agrotóxicos en Uruguay está fuera de control y se ha 
                    vuelto un problema para la salud pública y el ambiente.
                    
                    
                     
                    Los iluminados
                    
                    
                     
                    
                    
                    Hay diferentes opiniones sobre cómo proceder ante esta 
                    situación, en la Facultad de Agronomía predomina la opinión 
                    de que lo mejor es no difundir este problema ante la opinión 
                    pública y por el contrario trabajar sensibilizando a las 
                    autoridades y capacitando a productores y trabajadores 
                    rurales. 
                    
                    
                     
                    
                    
                    Me sumo a los que piensan que la única forma de resolver el 
                    tema supone una tarea permanente y responsable de 
                    información y debate con todos los interesados y que la 
                    función de los técnicos debería ser informar para crear 
                    ciudadanía responsable, más que la de resolver en nombre de 
                    la salud y el ambiente de otros. 
                    
                    
                     
                    
                    
                    No se puede admitir frutas y verduras con residuos 
                    superiores a los límites máximos simplemente por razones 
                    legales. En otras palabras, aunque sólo el 1% de las 
                    muestras tuviera residuos mayores a lo permitido, se 
                    deberían tomar acciones y difundirlas a la población para 
                    dar la tranquilidad de que ninguna fruta o verdura llegue al 
                    hogar de un uruguayo con estos niveles de contaminación.
                    
                    
                    
                     
                    
                    
                    En segundo lugar, este estudio es la punta de un iceberg 
                    cuya tamaño real se conocerá si se continúa investigando. 
                    Por ejemplo, el estudio no analiza residuos de mancozeb o 
                    dithane, el funguicida más utilizado en el país y de uso 
                    común en frutas y verduras. 
                    
                    
                     
                    
                    
                    El mancozeb es un probable cancerígeno según la agencia 
                    ambiental de Estados Unidos, afecta la reproducción y 
                    probablemente afecte el sistema endócrino. Cuando el 
                    mancozeb se degrada da lugar a una sustancia llamada ETU, 
                    que es más tóxica aun. La ETU se produce también al cocinar 
                    los alimentos, por lo que el argumento de que no hay 
                    problemas porque las hortalizas se consumen cocidas no es 
                    aplicable en el fungicida más utilizado en el país. 
                    
                    
                    
                     
                    
                    
                     En una cantidad muy importante de las frutas y verduras se 
                    encontraron residuos de más de un agrotóxico, en algunos 
                    casos más de cinco productos en el mismo alimento. Tenemos 
                    entonces un riesgo adicional: puede ser que considerados los 
                    tóxicos uno por uno no se superen los límites pero al sumar 
                    los efectos de dos o más agrotóxicos el daño a la salud 
                    podría ser significativo. En otras palabras el porcentaje 
                    que supera los límites podría ser mayor al 7 %. 
                    
                    
                     
                    Los más vulnerables
                    
                    
                     
                    
                    
                    Se podría argumentar que en un país con 300.000 personas 
                    registradas en el plan de emergencia lo que importa es comer 
                    y hay que dejar para después la calidad de los alimentos, 
                    convertida en un lujo de ricos. Para el que tiene que 
                    sobrevivir buscando comida en la basura esto es una 
                    lamentable realidad, pero el Estado no puede escudarse en 
                    este argumento para explicar la inacción. Entre otras 
                    razones porque los agrotóxicos afectan más a los niños, a 
                    mujeres embarazadas y a los desnutridos y enfermos. Son los 
                    más vulnerables, los más pobres, los primeros en la lista 
                    para ofrecerles alimentos sin agrotóxicos, saludables y 
                    nutritivos. 
                    
                    
                     
                    
                    
                    Finalmente, se estima que cada vez que se aplica un 
                    agrotóxico menos del 1% queda como residuo en los alimentos, 
                    el resto impacta sobre los trabajadores rurales, los 
                    productores y su familia y el ambiente rural. Desde 1997 a 
                    2003, según datos de la propia Dirección General de 
                    Servicios Agrícolas, la importación de plaguicidas aumentó 
                    un 260%. Por intoxicación por plaguicidas, consultaron 1.500 
                    casos en 2003. Los trabajadores rurales y las familias de 
                    pequeños productores son los que tienen menos información y 
                    están más expuestos a los agrotóxicos, pero no tienen buena 
                    prensa en la capital: Bella Unión, La Charqueada o Joanicó 
                    están igual de lejos de Montevideo, cuando se trata de 
                    problemas de los que nunca pidieron un crédito porque no los 
                    dejan ni entrar al banco. 
                    
                    
                     
                    Reacción 
                    burocrática
                    
                    
                     
                    
                    
                    Las primeras reacciones desde el Ministerio de Ganadería, 
                    Agricultura y Pesca parecen responder a inercias del 
                    gobierno anterior más que a una estrategia definida por las 
                    nuevas autoridades. Estoy seguro de que en el propio MGAP 
                    hay equipos técnicos que tienen propuestas para mejorar la 
                    situación. Tenemos además un Ministerio de Salud Pública de 
                    gran cohesión y legitimidad y una Dirección Nacional de 
                    Medio Ambiente que viene de organizar con éxito la primera 
                    conferencia de Naciones Unidas que se realiza en Uruguay, 
                    sobre los contaminantes orgánicos persistentes. 
                    
                    
                     
                    
                    
                    El Ministerio de Trabajo ha puesto en el primer plano los 
                    derechos de los trabajadores rurales, uno de los grupos más 
                    golpeados por los agrotóxicos. Tenemos un Presidente que 
                    conoce como pocos los efectos del cáncer y su vinculación 
                    con factores ambientales. 
                    
                    
                     
                    
                    
                    Está todo para iniciar también un cambio en las políticas 
                    públicas sobre sustancias químicas peligrosas, en particular 
                    sobre los agrotóxicos. Sólo falta asumir el problema. 
                    
                    
                     
                     
                    
                    
                    
                    Ing. Agr. Alberto Gómez Perazzoli
                    
                    CEUTA
                    
                     3 de  junio de 2005