Cinco ONG europeas –de Italia, Francia, Holanda, Alemania y
Hungría– reunieron sus esfuerzos y realizaron una
investigación sobre el contenido de pesticidas en uvas
compradas en comercios de sus respectivos países. El
resultado fue asombroso: en 99 por ciento de las muestras se
comprobó presencia de agrotóxicos.
Las cinco ONG compraron el mismo día en sus
respectivos países 124 muestras de uvas en 16 diferentes
cadenas de supermercados y las enviaron a analizar a un
reputado laboratorio alemán1. Los
resultados globales fueron los siguientes:
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El 99,2
por ciento de las uvas contenía residuos de agrotóxicos,
o sea 123 de las 124 muestras analizadas.
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En
promedio las muestras contenían 0,65 mg/kg de pesticidas
(principios activos).
-
Un 20
por ciento estaba contaminado con diez o más agrotóxicos
distintos.
-
El 4,8
por ciento superaba los Límites Máximos en Residuos (LMR)
recientemente establecidos por la Unión Europea.
-
Tres de
las muestras exhibían presencia de agrotóxicos
prohibidos en sus países de origen.
-
Una de
ellas superaba la dosis de referencia para intoxicación
aguda establecida por la OMS. La ingesta de esa
dosis puede ser muy dañina para la salud humana,
especialmente para los niños.
-
Entre
todas las sustancias activas identificadas, muchas de
ellas presentan riesgos graves para la salud ya que son
neurotóxicas, cancerígenas o disruptoras hormonales.
Entre las uvas adquiridas en Alemania se encontraron
las dos más contaminadas con 4,3 mg/kg y 3,6 mg/kg.
La presencia de varios agrotóxicos en un mismo producto es
quizás el mayor problema de los detectados, ya que la
combinación de estas sustancias en los alimentos o dentro
del organismo pueden generar nuevos químicos cuyos efectos
son hasta ahora completamente ignorados por la toxicología.
De cualquier forma, es lógico sospechar que ellos son
nefastos para la salud humana. ¡Qué decir cuando se
encuentran más de diez químicos juntos!
En promedio, las uvas contenían 6,5 productos distintos y en
una de las muestras compradas en Francia se detectaron 16
agrotóxicos.
La presencia de
varios agrotóxicos en un mismo producto es
quizás el mayor problema de los detectados, ya
que la combinación de estas sustancias en los
alimentos o dentro del organismo pueden generar
nuevos químicos cuyos efectos son hasta ahora
completamente ignorados por la toxicología |
Como consecuencia de la difusión en Francia de esta
investigación, una de estas ONG, la francesa
Movimiento por el Derecho y el Respeto de las Generaciones
Futuras (MDRGF2) enfrenta actualmente un juicio iniciado por la Federación
Nacional de Productores de Uvas de Mesa.
¿El vino es vida?
El MDRGF junto al Pesticide Network Action (PAN),
realizaron también un estudio similar sobre 40 botellas de
vino provenientes de Francia, Austria,
Alemania, Italia, Portugal, África del
Sur y Chile. De ellas, 34 eran producto de la
agroindustria y seis de la agricultura orgánica.
El análisis mostró que el 100 por ciento de los vinos
convencionales estaba contaminado, en promedio con cuatro
agrotóxicos diferentes.
En cuanto a la cantidad de residuos hallados, ellos fueron
5.800 veces superiores a los límites admitidos para el agua
potable.
Los vinos orgánicos, por su parte, resultaron completamente
limpios de residuos con excepción de uno de ellos que mostró
trazas leves de un agrotóxico, explicado por la deriva aérea
de las aplicaciones de un establecimiento vecino que utiliza
métodos convencionales de cultivo.
Los productores de vino y los fabricantes de agrotóxicos
restaron credibilidad a la investigación señalando que, de
todas formas, las cantidades halladas no superan las máximas
admitidas,
pero no aclararon que para el vino no se ha
fijado un máximo, y por eso se usa como referencia los de la
uva, que son los más altos de todos. Se trata de un
cultivo que consume ingentes cantidades de agrotóxicos. En
Francia, dice el popular periódico Le Canard
Enchaine,
la vid recibe 20 mil de las 80 mil
toneladas de agrotóxicos aplicadas a todos los cultivos del
país en un año.
También en frutas y verduras
El MDRGF realizó la misma prueba sobre las frutas y
legumbres de Europa, y encontró que el 49,5 por
ciento muestran residuos de agrotóxicos. El 4,7 por ciento
con cantidades que superan los máximos admitidos por la ley.
En total, se detectaron 23 químicos en cantidades suficientes
como para significar un riesgo para la salud humana. Cinco
de ellos clasificados como cancerígenos, mutagénicos,
tóxicos para la reproducción o disruptores hormonales.
A raíz de estas constataciones, el MDRGF promueve una
asociación de víctimas de los agrotóxicos donde se reúnen
quienes se sienten damnificados por ellos3.
Consecuencias de un sistema
insustentable y caduco
Una vez más se comprueba que la agricultura industrial
impuesta desde hace décadas por las trasnacionales de los
agrotóxicos y las semillas ha cambiado completamente la
calidad de la alimentación de prácticamente toda la
humanidad.
A pesar de la
enorme abundancia de pruebas e indicios de esta
realidad, América Latina acelera a fondo en la
extensión y en el uso intensivo de la tierra
por parte de la agroindustria |
A pesar de la enorme abundancia de pruebas e indicios de esta
realidad, América Latina acelera a fondo en la
extensión y en el uso intensivo de la tierra por parte
de la agroindustria. Ni siquiera los gobiernos reputados
progresistas que surgieron en varios países de la región en
la última década se han planteado iniciar un proceso de
cambio en el sistema productivo agropecuario.
Los esfuerzos que se realizan para apoyar la agricultura
familiar en alguno de estos países no sólo es netamente
insuficiente y mucho menor que los estímulos que recibe la
agroindustria, sino que tampoco tienen como contrapartida la
promoción y consolidación de los sistemas limpios de
producción.
Éstos se desarrollan y extienden gracias al trabajo incesante
de organizaciones de productores familiares que integran
este ítem junto a otros de sus luchas como la reforma
agraria, el consumo responsable, los precios justos, el uso
de la tierra para producir alimentos antes que commodities o
combustibles, la revaloración de lo local en relación con lo
global, el crecimiento con desarrollo, entre otros.
El sector de la agricultura familiar en América Latina
cuenta con organizaciones que se fortalecen día a día en su
conciencia sobre el riesgo de los agrotóxicos y que van
concretando sus reclamos. Su lucha sería enormemente
potenciada si hubiese similares organizaciones de
consumidores, y entre ellas se generaría, sin duda, una
fuerte sinergia capaz de mover montañas.
Por eso, a la luz de los tristes hallazgos realizados por las
ONG europeas, allí donde se supone que las leyes y
los controles se aplican más y mejor que en otros lados,
sería un buen paso adelante hacerse la pregunta: ¿y por casa
cómo andamos?
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