Ex cañeros de la ANAIRC piden
intensificar el apoyo internacional
“La industria azucarera
es la madre
que ha parido la IRC”
Los miembros de la Asociación
Nicaragüense de Afectados por Insuficiencia Renal Crónica (ANAIRC)
participaron en una vídeo conferencia en la que pidieron intensificar el
respaldo internacional a la lucha que están desarrollando. Piden también
a la empresa Nicaragua Sugar Estates Ltd (NSEL), propietaria del Ingenio
San Antonio e integrante del Grupo Pellas, que acepte sentarse a una
mesa de negociaciones para comenzar un diálogo abierto y responsable.
“Hasta el 14 de marzo de 2005 habían fallecido 1.007 personas
por IRC, y fue en esta fecha que se presentó al gobierno la
situación de las personas afectadas por el uso intensivo e
indiscriminado de agrotóxicos sintéticos en las actividades agrícolas,
particularmente en las labores de la caña de azúcar y el banano -declaró
Denis Meléndez, oficial de Incidencia del Centro de Información y
Servicios de Asesoría en Salud (CISAS), en la vídeo conferencia
que fue vista a nivel mundial-.
Estudios realizados por especialistas sobre la base de
documentos del Ministerio del Trabajo (MITRAB) y el Instituto de
Seguridad Social (INSS) ofrecen hallazgos muy importantes. En los
últimos 40 años -continuó Meléndez- en nuestro país no había
prueba alguna sobre la vinculación entre la IRC y la industria
azucarera, y es indudable que estas investigaciones ponen en evidencia
que la IRC siempre fue ocultada por las autoridades nacionales.
No es que las personas no eran víctimas y no fallecían por
IRC, sino que sencillamente el sistema que existía estaba organizado
para que ese tipo de enfermedad quedara oculta. Las personas fallecían
por la IRC, pero nunca fueron registradas como sujetos que
padecían de esta enfermedad”, explicó el miembro del CISAS.
Especialistas, organizaciones y universidades nacionales y
extranjeras siguieron realizando investigaciones sobre las condiciones
que determinan la calidad de vida de las personas que habitan la región
occidental de Nicaragua, para determinar la presencia de
productos químicos en el agua, suelo, aire, en la leche materna, en
productos perecederos, en la carne de res y en otros seres vivos, y
siempre -según Meléndez- los resultados fueron escalofriantes,
detectando constantemente altos porcentajes de agrotóxicos que fueron
aplicados de forma indiscriminada en las producciones agrícolas.
“De manera especial se estudiaron dos actividades
productivas: el banano y la caña de azúcar. En el caso particular de la
enfermedad renal, debemos reconocer que la industria azucarera es la
madre que parió la IRC, y las personas que han fallecido y que
sufren de esta enfermedad son víctimas de las condiciones en que han
laborado, tal como lo reconoce la Ley 456, la que determina que la
IRC es una enfermedad profesional particularmente vinculada a la
industria azucarera”, sentenció Meléndez.
Los ex
trabajadores siguen muriendo
Según estadísticas de la ANAIRC, entre el 14 de marzo
de 2005 y el 8 de junio de 2009 han fallecido 2.353 ex trabajadores que
se desempeñaron en el Ingenio San Antonio, sumando una cantidad
total de 3.360 fallecidos a partir de 2000.
Sin embargo, esos datos reflejan solo una parte de esa
dramática realidad, ya que no toman en cuenta los familiares de los ex
trabajadores, la gente que vivía en los alrededores de los cañaverales,
y todos aquellos trabajadores originarios de otras zonas del país que
llegaban al lugar solamente para trabajar en las zafras. Todos ellos
también fueron víctimas de la IRC, elevando de manera
impresionante el número de fallecidos.
“Es por eso que a esta altura ya no cabe la discusión sobre
si la IRC es o no una enfermedad profesional, porque existen una
ley y suficientes estudios e investigaciones que lo comprueban. Lo único
que cabe ahora es que los dueños de los cañaverales se responsabilicen
por los daños ocasionados a la salud y a la calidad de vida de las
personas. Es por eso que pedimos a todas las organizaciones
internacionales que han apoyado la lucha de la ANAIRC que
intensifiquen su apoyo y las medidas de presión hacia la empresa”,
concluyó Meléndez en su intervención.
Después de haber enviado un sinnúmero de cartas a las
empresas del Grupo Pellas para buscar un dialogo y una
negociación, los miembros de la ANAIRC decidieron intensificar su
lucha, y el 9 de marzo 2009 llegaron a Managua.
En estos días están cumpliendo tres meses sin haber tenido
ningún tipo de respuesta por parte de la empresa Nicaragua Sugar
Estates Ltd. Por el contrario, tuvieron que aguantar ataques,
amenazas e intentos de enfrentarlos con los trabajadores activos de las
empresas del Grupo Pellas.
La voluntad de aislarlos en medio de un verdadero boicot
mediático de la mayoría de los medios de comunicación nacionales, ha
sido la única respuesta que hasta el momento obtuvieron los ex
trabajadores azucareros y las viudas de la ANAIRC de parte del
Grupo Pellas.
“Nuestra organización viene trabajando desde hace años y
nunca hemos priorizado el dinero, como lo viene diciendo el señor
Carlos Pellas”, aclaró la presidenta de la ANAIRC, Carmen
Ríos, en la vídeo conferencia.
En la zona de Chichigalpa hay miles de afectados por IRC
y la ANAIRC ha trabajado arduamente para buscarles una salida y
algo que pudiera mejorar su vida. En pocos años consiguió que el INSS
otorgara más de 4.500 pensiones por riesgo laboral a ex trabajadores
enfermos y viudas, sin importarle si eran afiliados o no, porque el
drama es el mismo. independientemente de la organización de la cual
forman parte todas estas personas.
“Agradecemos a las organizaciones que nos han apoyado en
estos tres meses. De manera particular a la UITA, a la
Asociación Italia-Nicaragua, a CISAS, al Grupo de Boicot
al ron Flor de Caña, a Pueblos Solidarios que en poco tiempo
envió más de 1.300 postales y más de 2.000 e-mail de protesta a la
Nicaragua Sugar Estates Ltd y al Grupo Pellas.
Cada zafra va dejando más afectados –continuó Ríos–.
En la zafra 2007-2008 tuvimos 91 nuevos afectados, y la que acaba de
terminar dejó 104 trabajadores que salieron con IRC. Esto tiene
que terminar.
Si bien es cierto que la vida no se compra, que nuestros
muertos no van a revivir y que nuestros hijos y hijas no van a volver a
ser felices porque perdieron a sus padres, queremos que se nos indemnice
por los daños ocasionados a nuestra salud, a nuestras vidas.
Es por eso –explicó la presidenta de la ANAIRC– que lo
único que pedimos es podernos sentar a dialogar y buscar una salida a
todo esto. Pedimos que a nivel internacional se nos siga apoyando y que
se intensifique la campaña para que nos escuchen y así poder llegar a
una negociación con la empresa”, concluyó.
La
UITA firme al lado de los ex trabajadores
La vídeo conferencia tuvo la participación de Marcial
Cabrera en representación de la UITA.
“Estamos aquí una vez más para expresar al mundo entero que
nuestra organización respalda incondicionalmente a nuestra afiliada
ANAIRC y a la lucha que ha emprendido en reclamo a la Nicaragua
Sugar Estates y al Grupo Pellas, por una indemnización por
daños y perjuicios a la salud de estos ex trabajadores.
Creemos –continuó Cabrera– que estos empresarios deben
tener prácticas empresariales adecuadas a los seres humanos, tener
principios éticos y morales para desarrollar sus industrias. Ya no
estamos en el siglo pasado cuando la explotación inmisericorde de los
empresarios provocaba la muerte de los trabajadores y nadie decía nada.
Ahora, gracias a la solidaridad internacional, a la comunicación, a la
tecnología, podemos denunciar al mundo entero las atrocidades que sufren
los trabajadores.
La campaña mundial de apoyo a la ANAIRC ha sido fuerte
y ha involucrado a muchas personas. Creemos que ha llegado el momento de
que la empresa reflexione y acepte sentarse a una una mesa de
negociaciones como lo está demandando la ANAIRC”.
Cabrera
informó también que en
los próximos días la UITA va a intensificar su campaña, y pidió
que más grupos y organizaciones se sumen a este esfuerzo de los ex
trabajadores azucareros, al mismo tiempo que auguró una pronta
negociación.
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