Han pasado casi 230 días desde que
los ex trabajadores azucareros y las viudas de la Asociación
Nicaragüense de Afectados por Insuficiencia Renal Crónica (ANAIRC),
organización afiliada a la UITA, llegaron a Managua para exigir a la
Nicaragua Sugar Estates Ltd, propietaria del Ingenio San Antonio e
integrante del Grupo Pellas, una indemnización por los daños ocasionados
a su salud y por la muerte de miles de ex trabajadores por insuficiencia
renal crónica (IRC).
|
|
|
Carlos Sevilla |
Carmen Ríos |
Casi 8 meses de incansable lucha ante una poderosa empresa
que sigue negándose a abrir una mesa de negociaciones, hace caso omiso a
las más de diez cartas enviadas por los ex trabajadores afectados y
busca toda forma de presión para vencer ese ejemplo de resistencia.
Los hombres y las mujeres de la ANAIRC han aguantado
insultos, amenazas, campañas mediáticas denigratorias, provocaciones,
golpes y balas. Han visto como la Nicaragua Sugar Estates Ltd. y
el Grupo Pellas invertían decenas de miles de dólares para llenar
la Web con su campaña de desprestigio y también para limpiarse la cara
ante el mundo, tratando inútilmente de contrarrestar la información que
circula a nivel internacional y el desarrollo de una campaña de boicot a
su “niño mimado”: el ron Flor de Caña.
Una inversión económica que demuestra
cuánto le temen a la verdad.
Han soportado estoicamente el intento de aislamiento, el
boicot mediático de los medios nacionales que temen por sus pautas
publicitarias, la falta de alimento, el sol y la lluvia, las miradas sin
caridad cristiana de los curas que administran la catedral de Managua y
el show mediático montado por la empresa y los dizque sindicatos para
aislarlos de los trabajadores activos.
Muchos de ellos engrosarán pronto las filas de los enfermos
de insuficiencia renal crónica.
Sin embargo, todas esas vejaciones no han podido arrebatarles
la dignidad, porque ya no tienen nada que perder. La vida ya se la
arrebataron hace años en los cañaverales del Ingenio San Antonio.
Es por eso que nadie se sorprendió cuando a 21 miembros de la
ANAIRC, todos jubilados,
la empresa les canceló de manera
definitiva y sin ninguna explicación la mísera cantidad de 347 córdobas
(17 dólares),
que recibían como ayuda alimentaria.
“Pasó una persona de la empresa con un listado donde
aparecíamos todas las personas jubiladas afiliadas a la ANAIRC.
Nos pidió que abandonáramos la lucha y que renunciáramos a la
organización y ante nuestra negativa se fue, no sin antes darnos a
entender que algo nos iba a pasar –contó a Sirel, Carlos
Sevilla–.
Yo me jubilé en 1992 después de 50 años de trabajo en el
Ingenio San Antonio. Hay un Convenio Colectivo en el Ingenio que
establece que al jubilarse, el trabajador va a recibir de manera
indefinida una ayuda para comprar provisiones.
A final de septiembre –continuó Sevilla– me presenté
en la oficina de la empresa para retirar el pago y al dármelo me di
cuenta que en el recibo habían puesto la palabra “liquidación”. No me
dieron ningún tipo de explicación. Solamente me agarraron el carné para
darme el cheque y no me lo devolvieron.
Ni siquiera quise investigar qué estaba pasando porque ya me
lo esperaba y sabía que se trataba de una represión por estar luchando
aquí en Managua.
Cuando me jubilé –recordó Sevilla– la empresa me pagó
la quincena trabajada, mis vacaciones y el treceavo mes, pero nunca me
dieron mi liquidación por los 50 años trabajados. Esta cantidad de
dinero para comprar provisiones no era mucho, pero para nosotros los
pobres es algo que nos ayuda a seguir adelante.
Sin embargo, desde el principio estaba decidido a llegar
hasta el final y esta medida de represión no me va hacer retroceder”,
concluyó.
Según Carmen Ríos, presidenta de la ANAIRC, “Ya
tenemos contabilizado a 21 jubilados en esta situación, y es totalmente
ilegal ya que se trata de un derecho adquirido a través de un
Convenio Colectivo.
Como organización no vamos a quedarnos de brazos cruzados y
ya estamos preparando la denuncia a través de nuestro abogado. Es
evidente que es una forma más para presionar a nuestros afiliados para
que abandonen la lucha”, denunció Ríos.
Según datos de la ANAIRC ya serían
3.509 los ex trabajadores del Ingenio San Antonio fallecidos por IRC y
8.049 los afectados.
Desde el pasado 9 de marzo, fecha de la llegada a Managua,
han muerto 8 ex trabajadores que participaron en la movilización y un
gran número de personas fueron regresadas por su condiciones físicas.
“Actualmente hay un promedio de 90 personas que se mantienen
en el plantón –continuó la presidenta de la ANAIRC– y seguimos
con nuestra lucha. La autoestima de la gente se mantiene alta y pese a
las muchas dificultades y al hostigamiento, vamos implementando nuevas
estrategias de presión hasta lograr lo que nos proponemos.
Ya hicimos un pacto entre todos nosotros y nosotras: no nos
vamos a morir en nuestras casas. Vamos a morir aquí, porque es aquí
nuestro lugar de lucha y es aquí que vamos a lograr el respeto a
nuestras reivindicaciones”, concluyó Ríos.
El próximo 24 de octubre, ANAIRC realizará su Asamblea
General para elegir nuevas autoridades. La actividad se realizará en el
campamento con la presencia de centenares de afiliados que tienen
previsto marchar hasta el Edificio Pellas reivindicando sus derechos.
|