Han pasado 19 meses desde que la Asociación Nicaragüense de Afectados
por Insuficiencia Renal Crónica (ANAIRC), afiliada a la UITA, comenzó su
protesta en Managua para lograr establecer un diálogo constructivo con
la Nicaragua Sugar Estates Ltd (NSEL), propietaria del Ingenio San
Antonio e integrante del Grupo Pellas. Un largo periodo de lucha y
movilizaciones que ha costado la vida a varios ex trabajadores
azucareros, y que, hasta el momento, no ha logrado sacudir la conciencia
del poderoso grupo económico nicaragüense.
Para
conocer lo que ha ocurrido en los últimos meses, Sirel dialogó
con Carmen Ríos, presidenta de la ANAIRC.
-Ya
cumplieron 19 meses de lucha en Managua. ¿Cómo está la ANAIRC después de
todo este tiempo?
-Seguimos de pie y no nos hemos rendido. Acabamos de entregar otra carta
a Carlos Pellas para que se abra una mesa de diálogo. Ya son
demasiados los muertos y los ex trabajadores del Ingenio San Antonio
enfermos de insuficiencia renal crónica (IRC).
La
NSEL sigue con su silencio y con su actitud de no querer reconocer
sus responsabilidades. Continúa con su campaña mediática para
desprestigiarnos y ha logrado, con varias artimañas, que 15 de nosotros
renunciaran a la Asociación.
Sin
embargo, el resto de la gente está motivada. Ha crecido su conciencia
alrededor de la importancia de nuestra lucha y mantenemos una presencia
promedio de más de 100 personas en el campamento.
-¿Siguen movilizándose frente al Edificio BAC del Grupo Pellas?
-Suspendimos las movilizaciones por varios meses, esperando que la
Procuraduría General de la República (PGR) pudiera hacer contacto
con la NSEL y el Grupo Pellas para iniciar una
negociación.
Al
final no hubo ningún resultado y en septiembre volvimos a marchar, y a
bloquear todos los días las entradas del edificio. La reacción de los
Pellas fue violenta.
-¿Qué
pasó?
-Nos
denunciaron ante la Policía por obstaculizar la libre circulación y el
acceso al edificio. El 7 de octubre llegaron más de 20 policías y
trataron de desalojarnos. Nos dijeron que nos atuviéramos a las
consecuencias.
Al
siguiente día nos estaban esperando. Golpearon a algunos compañeros.
Hubo mucha confusión pero al final logramos permanecer en el lugar.
El
Procurador de la República, Hernán Estrada, nos pidió calmar la
situación y parar las movilizaciones, mientras volvía a establecer un
contacto con la empresa y con Carlos Pellas.
-¿Aceptaron la propuesta?
-Decidimos suspender las marchas, pero le advertimos que si el próximo
lunes, 25 de octubre, no hay una respuesta positiva vamos a movilizarnos
nuevamente, con una nueva estrategia de lucha.
Pase lo
que pase no nos van a detener. Y que lo sepan los Pellas, la
PGR, la Policía y el presidente Ortega. Pedimos a la UITA
y a las organizaciones solidarias que estén atentas a lo que pueda
ocurrir.
-La
Universidad de Boston concluyó la primera fase de su estudio para
averiguar las causas de la IRC ¿Qué opinan al respecto?
-Estamos analizando detenidamente ese estudio y sus resultados. Como
siempre lo hace, la NSEL está dando a conocer sólo lo que más le
conviene usando una campaña mediática para confundir a la gente y
defender sus negocios.
Si bien
es cierto que la Universidad de Boston dijo que no encontraron evidencia
de una relación directa entre las prácticas laborales y los químicos
usados en el Ingenio San Antonio y la IRC, los científicos
dijeron que sí existe una relación con el daño renal agudo. Y reconocen
que el daño renal repetido puede conducir a la IRC.
Se
detectó el uso de 36 agroquímicos en el Ingenio San Antonio, y
para seis de ellos hay evidencia cierta de asociación con el daño renal
agudo. La misma evidencia fue detectada por el “golpe de calor” y el
contacto con metales pesados y el sílice.
En
conclusión, queda claro que en el Ingenio San Antonio hay un
problema grave, tal como lo venimos denunciando desde hace muchos años.
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