Desde Chichigalpa
Rescatando el pasado
con la mirada hacia el futuro
Sabina Ríos |
Un proyecto de alfabetización
para los enfermos y viudas por IRC
Sabina Ríos
es una de las tantas viudas que vieron morir a sus maridos
por Insuficiencia Renal Crónica (IRC). Esta
enfermedad ha diezmado a la población que vive en el
occidente de Nicaragua y ha dejado a miles de
enfermos que tuvieron que entrar muy jóvenes en los
cañaverales, zafra tras zafra, para poder sobrevivir con sus
familias. Para Sabina, como para los otros afectados
por IRC que decidieron involucrarse en el programa de
alfabetización “Yo, sí puedo”, esta es una ocasión para
rescatar el pasado con una mirada hacia el futuro, para que
la enfermedad o el dolor de una pérdida no se adueñe de sus
vidas.
Mayela Somarriba
es la coordinadora ejecutiva municipal del Programa de
Educación para Adulto “Yo, sí puedo”. “En Chichigalpa ya
hemos entrado en la segunda etapa de alfabetización. En la
primera logramos alfabetizar a 192 personas, gracias a la
presencia de la Asociación de Educación Popular Carlos
Fonseca Amador (AEPCFA) y ahora se trata de un
esfuerzo conjunto entre gobierno, alcaldía, los directores y
estudiantes de diferentes colegios y organizaciones de la
sociedad civil. Sabemos perfectamente –continuó Somarriba–
que en Chichigalpa hay muchas personas que fueron explotadas
y engañadas por mucho tiempo por no saber leer ni escribir.
Ahora queremos que aprendan a defender sus derechos.
Organizamos un censo por barrio y buscamos a líderes
comunales que nos ayudaran. Contactamos a Carmen Ríos,
que es presidenta de ANAIRC y ella se entusiasmó por
el proyecto, porque quería que la gente aprendiera y
sobresaliera en algo tan importante como es poder leer y
escribir”.
Mayela
Somarriba |
A Mayela Somarriba se le humedecen los ojos cuando
habla del esfuerzo que este grupo de afectados y viudas está
haciendo para alfabetizarse y de esa manera, salir adelante.
“Esta gente está en un proceso de lucha contra la compañía
azucarera que todavía no ha podido darle respuesta a este
problema. Sabemos que poder leer y escribir puede ser un
instrumento muy importante para enfrentarse a esta
situación, poder hablar, dialogar y expresarse con claridad
hacia las personas que los han dañado física y moralmente”.
Actualmente se han involucrado nueve personas que reciben
clases de dos horas, tres días a la semana y se están
preparando las condiciones para que se agregue otro grupo de
19 afectados y viudas.
Actualmente en Chichigalpa hay 56 puntos de alfabetización a
nivel urbano y rural, que funcionan con 56 facilitadores
capacitados para utilizar el método de origen cubano. La
población se ha involucrado en el esfuerzo y ha prestado sus
casas y sus televisores para desarrollar las clases. El
censo arrojó un número de 620 iletrados y la mayoría ya
entró en el programa. El objetivo es declarar Chichigalpa
libre de analfabetismo el próximo 19 de julio, día en que
arrancará la Gran Campaña de Alfabetización a nivel
nacional.
“La pobreza de mis padres me impidió
estudiar. Trabajaban en los
algodonales y desde que era niña
tuve que entrar a trabajar con
ellos, no había alternativa. Siempre
me dio vergüenza tener que poner mi
huella digital en lugar de mi firma,
pero ahora ya puedo escribir mi
nombre y me siento orgullosa de lo
que estoy aprendiendo”.
Sabina Ríos |
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Carmen Ríos,
presidenta de ANAIRC, está muy entusiasmada de esta
experiencia. “Entre los afectados y las viudas hay índices
de analfabetismo bastantes altos y esto los expone
continuamente al engaño. Tomamos la decisión de proponer a
nuestros afiliados un proceso de alfabetización aprovechando
el proyecto que está impulsando la alcaldía de Chichigalpa
con el método “Yo, sí puedo”. Nuestra organización –continuó
Ríos– se preocupa de sus afiliados de una forma
integral y no sólo mirando a la enfermedad. Es importante
que sigan adelante, que no renuncien a cosas que pueden ser
vitales para ellos y ellas y no podemos permitir que, sólo
por el hecho de estar enfermos, se queden recostados en una
cama esperando que se les acabe la vida.
Es primordial –enfatizó la presidenta de ANAIRC– que,
a pesar de la enfermedad o de la tristeza de haberse quedado
solas, se sientan importantes, que perciban que todavía
pueden hacer cosas y pueden experimentarlas, que su vida
tiene sentido”.
Humberto
Castro |
Pero hay también un significado mucho más profundo que
Carmen Ríos expresó muy bien. “Para nuestra asociación
es importante que la gente se alfabetice para que crezca su
nivel de conciencia y percepción de lo que está pasando en
esta lucha que estamos llevando adelante. Un día puede ser
que ya no estemos nosotros y es importante que nuestros
afiliados tengan la capacidad de tomar nuestro lugar y
seguir adelante con la lucha”.
Sabina Ríos
no tiene dudas. “A mi me encanta lo que estoy haciendo y lo
siento como un gran adelanto para mi. Puedo leer, comienzo a
expresarme por escrito y hacer cálculos matemáticos. Ojalá
pudiera recibir clase todos los días, porque ahora sí
buscaría el tiempo para aprovechar esta oportunidad que me
está dando ANAIRC y la alcaldía. Ya nadie me va a
engañar”.
También para Humberto Castro esta experiencia es un
éxito. “Nunca pude estudiar porque mi familia era muy pobre.
Mis padres no tenían recursos y me sacaron de la escuela
para que les ayudara a trabajar. Me quedé así por tantos
años y ahora, a pesar de estar viejo y enfermo, voy a tener
otra posibilidad y la voy a aprovechar”.
En Chichigalpa,
Giorgio Trucchi
© Rel-UITA
29
de mayo de 2007 |
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