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                          Nicaragua 
  
  
    
      | 
Con 
Marcial Cabrera 
Porfiadamente sindicalista 
             |  
        
      
Marcial 
Cabrera (47) trabajó durante 13 años
en el restaurante “Los 
Ranchos”, en Managua. En 1979 participó
en la insurrección final que 
provocó el derrocamiento de Anastasio
Somoza y ese mismo año fundó el 
sindicato de trabajadores del citado restaurante. En 1983 permaneció 11 meses en 
Río San Juan, al sureste del país, movilizado en la guerra a los “contras”,
armados y financiados por 
Estados Unidos. El pasado domingo 18 fue electo secretario
general de una organización 
que aglutina toda la cadena alimentaria. Un espacio unitario, que
si bien se nutre de antiguos 
ideales, tiene un fuerte aroma a cosa nueva. 
             
        
              
            
            - El 18 de mayo se 
            realizó el congreso fundacional de la Federación de Trabajadores de 
            la Alimentación, Agroindustria, Turismo, Servicio/Comercio y 
            Conexos de Nicaragua (FUTATSCON), ¿cuáles son sus propósitos?  
             
              
              
              
                
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                        Marcial 
                        Cabrera |  |  
            - Se trata de un 
            esfuerzo que no tiene marcha atrás, esto funciona o funciona. Para 
            conformar esta organización se disolvieron dos 
             federaciones: la de 
            los trabajadores hoteleros y del turismo, de la cual yo era su 
            secretario general, y otra que representaba a los trabajadores del 
            comercio. No fue una labor sencilla, la gente con los años y la 
            lucha arraiga un sentido de pertenencia muy fuerte con su 
            organización. La responsabilidad que tenemos es muy grande, pero 
            todos estamos de acuerdo en la necesidad del cambio para ir  
            
            a 
            más, y no sólo permanecer mirándonos unos a otros mientras a nuestro 
            alrededor la crisis golpea brutalmente a los trabajadores.  
             
              
            Aspiramos a 
            desarrollar una tarea que responda a la defensa efectiva de los 
            trabajadores, para ello debemos rescatar la militancia, la mística y 
            la capacidad de indignación. Apuntamos hacia un sindicalismo 
            diferente, pues el actual, partidarizado, obsoleto, dividido, 
            disperso y de espaldas a la dramática situación que vive la mayoría 
            de nuestro pueblo, no tiene futuro. Entre otras acciones 
            imprescindibles, es necesario formar nuevos cuadros, desempolvar 
            libros, volver a las fuentes.   
            
              
            - La Federación 
            nace y su primera acción solidaria está dirigida a los compañeros 
            damnificados por el    
            
            Nemagón 
            y el  
            Paraquat
            acampados frente al Parlamento.    
              
            - En buena medida 
            FUTATSCON es fruto de la solidaridad internacional, y estas acciones 
            es nuestra forma de retribuirla. Los compañeros que trabajaban en el 
            ingenio San Antonio, que fueron expuestos al agrotóxico Paraquat, se 
            encuentran en Managua desde abril. Ya han muerto más de 400 
            trabajadores, en su mayoría por insuficiencia renal. Ahora otros 
            mil, perjudicados en su salud, están luchando para que la empresa 
            -la misma que produce el ron Flor de Caña- los indemnice y el 
            gobierno les brinde la posibilidad de una asistencia médica.  
             
              
            Sobre el Nemagón, 
            hace algunas semanas estuvimos en Chinandega y nos reunimos con un 
            grupo de damnificados. Trabajadores, hombres y mujeres muy pobres y 
            muy enfermos como consecuencia de la acción irresponsable y criminal 
            de las empresas transnacionales que llegaron a esa zona dejando un 
            legado de muerte y dolor. Allí también vimos a muchos niños que, sin 
            trabajar en las bananeras, heredaron de sus padres el veneno al que 
            fueron expuestos. Conocimos a Robertito, un niño de 10 años que mide 
            50 centímetros y pesa tan sólo 10 quilos, y que a pesar de sus 
            limitaciones físicas está estudiando, proyecta ser ingeniero y se 
            imagina que un día llegará a ser diputado de la nación. Frente a 
            este cuadro, si hay alguien que no se conmueve, que no se interesa 
            por ayudar, esa persona no tiene alma ni corazón. La situación de 
            los ancianos abandonados y enfermos -que se preguntan por qué tanta 
            desgracia y crueldad- y el caso de Robertito y otros niños, es 
            indignante y nos anima a luchar contra la deshumanización de los 
            políticos, la indiferencia de muchos dirigentes sindicales, el 
            autismo del gobierno, y a denunciar la actuación criminal de las 
            transnacionales. Por otro lado, debemos trabajar en la promoción de 
            un modelo agrícola diferente, libre de agrotóxicos para evitar así y 
            de una vez por todas, que haya nuevos damnificados.   
              
            
            - Entre otras 
            resoluciones, la Federación resolvió afiliarse a la UITA. 
              
            - Todo el mundo 
            estuvo de acuerdo. Sucede que la UITA goza de mucho prestigio y 
            respeto y ha estado desde la revolución sandinista con el movimiento 
            obrero y el pueblo nicaragüense. Ella brindó muchísima solidaridad 
            cuando nuestro país era agredido por los Estados Unidos por medio 
            del bloqueo económico, diplomático y la intervención militar que 
            contó con su respaldo. En la actualidad, cuando los afectados por 
            los agrotóxicos necesitan de la solidaridad internacional, la UITA 
            dice presente; es una mano amiga.   
              
            - Bueno, espero 
            que no pase lo mismo que cuando la federación hotelera decidió su 
            incorporación a nuestra Internacional, ¿quieres contar lo sucedido? 
              
            - (Risas) Ha 
            pasado mucho tiempo y ahora causa gracia, sin embargo fue un parto 
            difícil. La Central Sandinista de Trabajadores (CST) se fundó el 26 
            de julio de 1979, es decir a siete días del triunfo de la 
            Revolución, y de forma inmediata se afilió a la Federación Sindical 
            Mundial (FSM).   
              
            Yo tomé contacto 
            con la UITA en 1985, cuando participé en una conferencia mundial de 
            hotelería y turismo realizada en Estoril, Portugal. Allí conocí a 
            Dan Gallin (secretario general de la UITA hasta 1997), quien me 
            habló de la posibilidad de nuestra afiliación. En 1986, Enildo 
            Iglesias (secretario regional latinoamericano hasta 2000), viajó a 
            Managua, invitándome a participar de la IX Conferencia Regional 
            Latinoamericana de la UITA que se realizaría en Montevideo, Uruguay. 
            Esa conferencia me marcó. Recuerdo que fui recibido por el comité 
            central del Partido Socialista, donde conocí a José Pedro Cardoso, 
            presidente del Partido y presidente del Comité Uruguayo de 
            Solidaridad con Nicaragua, del cual UITA hacía parte. También me 
            entreviste con Raúl Sendic, del Movimiento de Liberación Nacional; 
            con Jair Krischke, del Movimiento de Derechos Humanos de Brasil, una 
            bella persona que salvó la vida a cientos de exiliados y perseguidos 
            políticos y muy solidario con nuestro pueblo, por cierto. Recuerdo 
            que también me reuní con integrantes del Comité de Solidaridad con 
            el Frente Farabundo Martí de El Salvador, que funcionaba en la 
            propia sede de la UITA, que también tenía la representación de la 
            Unión General de Trabajadores (UGT) de España. 
              
            Así pues, al 
            regresar a Nicaragua tenía claro que nuestra federación debía 
            afiliarse a la UITA y así lo comuniqué al   
            
            Comité 
            Ejecutivo de la 
            CST. Pasó el tiempo y la Central me envió a Praga,
            
            Checoslovaquia, 
            para representar a la CST en el Departamento América de la FSM. Creo 
            que esa fue la respuesta de la central a nuestras inquietudes con la 
            UITA. Bueno, en Praga estuve ocho meses y cuando regresé me 
            preguntaron si todavía insistía en la afiliación a la UITA, a lo 
            cual respondí que luego de ver por dentro la FSM, ahora estaba más 
            convencido que antes de que nuestro lugar estaba en esa 
            Internacional y nos afiliamos. El tiempo nos daría la razón, la CST 
            se desafilió de la FSM y hoy muchas otras federaciones de la central 
            son miembros de las federaciones sindicales globales. Pero en aquel 
            momento a mí casi me expulsan. 
              
              
             Gerardo 
            Iglesias 
            © 
            Rel-UITA 
21 de mayo de 2003  
  
  
                      
                      
                        
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                        Gustavo Porras 
                        Coordinador Nacional del FNT |  |  
              
              
                
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                        Emilio Irías 
                        Secretario Organización
                        
            FUTATSCON |  |  
              
              
                
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                        Edgardo García 
                        Secretario General de la ATC |  |  |  
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