El 3 de
diciembre fue establecido como el Día Mundial del No Uso de
Plaguicidas por las 400 organizaciones miembros de PAN (Pesticide
Action Network) en 60 países, recordando a las miles de
personas fallecidas y otras miles que quedaron con secuelas,
a consecuencia del accidente de Bophal (India) en 1984,
donde fue liberado un componente químico utilizado en la
elaboración de un plaguicida de la Corporación Unión Carbide.
Recordar
esta fecha es recordar todas las muertes y enfermedades que
son causadas tanto por la producción como por el uso de
estas sustancias desde que se impuso la agricultura basada
en el uso intensivo de agrotóxicos. El resultado ha sido que
se ha contaminado aire, suelos, aguas y alimentos, causando
graves desequilibrios en los ecosistemas y grave pérdida de
la fertilidad de nuestros suelos.
En América
Latina, el uso de plaguicidas ha causado la intoxicación de
millones de personas y ha cobrado miles de víctimas, muchos
de ellos niños. Los mayores daños causados en la salud por
la aplicación masiva e indiscriminada de plaguicidas en el
campo y en los hogares son las muertes y las intoxicaciones
agudas y crónicas que frecuentemente afectan a
trabajadores/as agrícolas, como también a los consumidores,
debido a los residuos de plaguicidas en los alimentos.
Los
alimentos que deberían ser la base para mantenernos
saludables, muchas veces contienen residuos de agrotóxicos
que han sido usados en los cultivos. Si los niveles de estos
residuos son elevados pueden causar intoxicaciones agudas e
incluso muertes. Los niños son los más susceptibles a los
afectos nocivos de los agrotóxicos, porque consumen mayor
cantidad de comida y agua que un adulto en proporción a su
peso corporal y son más vulnerables porque su sistema
nervioso central, inmunológico, reproductivo y digestivo
todavía se encuentran en desarrollo.
En Uruguay
en los últimos años se han realizado estudios para detectar
residuos de agrotóxicos en frutas y verduras. En estos
estudios han participado el Laboratorio de Bromatología de
la Intendencia de Montevideo y la Unidad de Tecnología
Alimentaria de la Facultad de Agronomía, habiendo
constatando un porcentaje importante de tales residuos,
especialmente en tomates y manzanas. (más
información)
Estos
residuos son el resultado de las aplicaciones que realizan
los productores para combatir plagas o enfermedades causadas
tanto por insectos u hongos en los cultivos hortifrutícolas.
Las aplicaciones son múltiples y además se utilizan varios
agrotóxicos distintos, por lo que el consumidor no tan solo
se ve afectado por los efectos de cada uno de los
agrotóxicos, sino además por la suma y combinación de estos.
Sabemos que
existen ciertas normas y que éstas no se cumplen y que
además debería de haber un mayor control, tanto por parte
del ámbito privado como del público, ya que el mal uso de
agrotóxicos y la violación de las normas vigentes aumentan
las probabilidades de que haya residuos de agrotóxicos en
los alimentos. Pero los perjuicios para la salud y para el
medio ambiente son inherentes al uso de los agrotóxicos. En
efecto, estos son venenos y mientras sigan siendo utilizados
continuaremos padeciendo los resultados de la ingestión de
ellos y sus efectos tanto en la salud de las personas como
en el medio ambiente.
La
situación se agrava aún más, ya que con la introducción a
nuestro país de las semillas transgénicas (soja y maíz) el
aumento del uso de los plaguicidas ha crecido en forma
sustancial, ya que estas semillas han sido diseñadas para
ser utilizadas con el paquete tecnológico de los
agrotóxicos.
En las
últimas décadas nuestro país ha impulsado el modelo de
producción tanto forestal como agrícola de grandes
monocultivos, dejando como resultado el uso de agrotóxicos
que están restringidos o prohibidos incluso en países
vecinos, como es el caso del fipronil (que fue el sustituto
que promocionó el MGAP al eliminar el hormiguicida mirex),
por ser una sustancia muy tóxica.
(más
información)
Dentro de
la lista de los agrotóxicos cuyo uso se ha visto
considerablemente incrementado se encuentran:
Herbicidas: Glifosato, 2,4, D sal dimetilamina,
Paraquat, Atrazina entre otros tantos.
Insecticidas: Endosulfan, Paration etil, Malatión,
Cipermetrina, Clorpirifos etil, Fipronil,
Metamidofos
Funguicidas: Arsenito de sodio, Mancozeb
Desinfectante del suelo: Bromuro de metilo
Evolución en
toneladas de las importaciones de agrotóxicos 1999 - 2005
Evolución en
Kgs. de las importaciones de agrotóxicos 1999 - 2005
Fuente: Departamento de control de insumos. DGSA. MGAP
Las últimas
noticias han dado a conocer el deseo del gobierno de
impulsar los cultivos de sorgo y remolacha con el objetivo
de obtener etanol en tierras que han estado destinadas para
la producción de alimentos como son los departamentos de San
José, Canelones y Montevideo. A esto se le suma el impulso
dado a la caña de azúcar para el mismo uso. Con la promoción
de este tipo de cultivo se acentúa aún más el modelo que
tiende a un aumento aún mayor de agrotóxicos.
Conmemorar
el 3 de diciembre como el Día Mundial del No Uso de
Plaguicidas, tiene por finalidad hacer un llamado a la
reflexión y toma de conciencia de la población mundial,
sobre la grave crisis ambiental generada por el uso de los
agrotóxicos a nivel global y en particular en nuestro país.
Como complemento, es una buena ocasión para hacer saber a la
gente de que existen alternativas viables para lograr un
ambiente limpio y una alimentación sana para todos, a través
de la adopción de la Agricultura Agroecológica.
RAPAL Uruguay
3 de diciembre 2006
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