Uruguay no se encuentra aislado del problema. En zonas 
                    productivas del país el uso de agrotóxicos es 
                    indiscriminado, con las consecuencias previsibles sobre 
                    personas y ambiente. Quienes están más expuestos a los 
                    agrotóxicos son los que laboran en la horticultura 
                    protegida, la citricultura y la fruticultura, afirman las 
                    organizaciones. A su vez, - indicaron - recientemente, el 
                    decano de la Facultad de Agronomía, Gonzalo Pereira, señaló 
                    que "en los últimos siete años la importación de herbicidas 
                    se había incrementado en 417 % y la de insecticidas en 52 %, 
                    mientras que se habían acumulado cada año 400 toneladas de 
                    envases plásticos de agroquímicos en el campo".
                    
                    
                     
                    
                    
                    Asimismo, expresaron que "hasta el momento, las autoridades 
                    vinculadas a la salud de la población, el ambiente o el 
                    registro y utilización de plaguicidas, no realizaban una 
                    evaluación sistemática de los residuos en alimentos que 
                    consumimos en el país, a pesar de que es un procedimiento 
                    común en los alimentos que exportamos". 
                    
                    
                     
                    
                    
                    Los efectos negativos de los agrotóxicos comenzaron a ser 
                    denunciados en Uruguay desde 1992, año en que se detectó por 
                    primera vez en el país la presencia de agrotóxicos clorados 
                    en bebés recién nacidos y en leche materna de mujeres que no 
                    trabajaban en la agricultura, suponiéndose que se habían 
                    contaminado por los alimentos ingeridos. En tal sentido, en 
                    el 2000, un estudio indicaba que en el Uruguay se 
                    comercializaban 43 plaguicidas prohibidos, no aprobados por 
                    diferentes gobiernos; entre ellos se encontraban: Aldicarb, 
                    Bromuro de Metilo, Carbofuran, Metamidofos y Parquat, entre 
                    otros. Además, cabe señalar que la principal causa de muerte 
                    de personas intoxicadas, según el Centro de Información y 
                    Asesoramiento Toxicológico (CIAT) de la Facultad de 
                    Medicina, es la contaminación por agrotóxicos, que a su vez 
                    ocupa el segundo lugar en las estadística general de 
                    intoxicaciones. 
                    
                    
                     
                    
                    
                    Se manejó el concepto de que así como ocurre en Artigas este 
                    tipo de contaminación sucede en otros puntos del país, donde 
                    se produce el arroz o existen invernáculos, como Treinta y 
                    Tres, Rocha y Cerro Largo. Por otra parte, en la red fluvial 
                    del Uruguay, fundamentalmente en los departamentos de 
                    Montevideo y Canelones, se han detectado contaminantes por 
                    agroquímicos, que es donde se concentra el grueso de la 
                    industria y de la población del país. En el Río de la Plata 
                    se han detectado residuos de insecticidas clorados (Aldrin, 
                    Dieldrin y DDT), los cuales seguramente provienen de tierras 
                    agrícolas que, a través del agua de lluvia, son depositados 
                    en ríos y arroyos.
                    
                    
                     
                    
                    La voz de los productores
                    
                    
                     
                    
                    
                    En Bella Unión y localidades cercanas como Cainsa, Pueblo 
                    Cuareim, Portón de Fierro, Campodónico sufren las 
                    consecuencias del uso de agroquímicos. LA REPUBLICA dialogó 
                    con algunos de los productores presentes en el momento que 
                    se hizo pública la investigación. Omar Farias, apicultor y 
                    presidente de la Coordinadora Barrial de Bella Unión expresó 
                    cuáles son las zonas más afectadas: Cainsa y Calpica, 
                    localidades de Artigas". Tanto en Bella Unión como a seis 
                    kilómetros se visualizan las consecuencias en los árboles 
                    quemados. Sabemos que no se respeta la distancia 
                    reglamentaria que establece un decreto del Ministerio de 
                    Ganadería, Agricultura y Pesca de mayo de 2004, el cual 
                    exige 500 metros de distancia de cualquier centro urbano o 
                    suburbano para los cultivos de pulverización aérea y 300 
                    metros para la pulverización terrestre".
                    
                    
                    
                     
                    
                    
                    Javier Soria, productor hortícola agroecológico, recordó que 
                    al comenzar el trabajo "la gente no contaba la dificultad en 
                    la que se encontraba. Hace poco que empe-zamos a concientizarnos del daño que realizan los agrotóxicos".
                    
                    
                     
                    
                    
                    Leonardo De León, de la Unión Internacional de Trabajadores 
                    de la Alimentación y Afines, añadió que el costo de la 
                    investigación fue de 20.000 dólares y ésta "permite salir 
                    del misterio y el secreto, todos sabían que era un problema 
                    pero nadie se animaba a denunciarlo por razones de 
                    implicancias y también en algunos casos desconocimiento; por 
                    eso se empezaron con talleres que permitieron detectar el 
                    público afectado y luego se produjeron los estudios 
                    clínicos". 
                    
                    
                     
                    
                    Propuestas
                    
                    
                     
                    
                    
                    En Uruguay se inicia un período nuevo, en el cual se deben 
                    incorporar estos temas a la agenda del sistema político para 
                    impulsar, junto a éste y a las organizaciones de la sociedad 
                    civil que han venido denunciando estas situaciones, 
                    políticas agrarias alternativas como la agricultura 
                    ecológica.
                    
                    
                     
                    
                    
                    María Cárcamo, miembro de Rapal manifestó: "Esperamos 
                    divulgarlo a la población y a los políticos y apuntamos a 
                    eliminarlos totalmente por otro tipo de agricultura". 
                    
                    
                    
                     
                    
                    
                    Karina Nansen de Redes Amigos de la Tierra, justificó el 
                    porqué asumieron realizar la investigación a pesar de ser un 
                    asunto de todos. "La iniciamos por estar involucrados en las 
                    zonas afectadas y en la producción agroecológica a nivel 
                    nacional. Creemos que hay un gran impacto por el uso 
                    desmedido de agroquímicos. Por eso estamos aquí, para 
                    concientizar a la sociedad y lograr que las autoridades se 
                    hagan cargo de sus responsabilidades. El siguiente paso es 
                    analizar el tema para tratar de disminuir los impactos y 
                    apuntar a una agricultura ecológica, que ha dado buenos 
                    resultados". 
                    
                    
                     
                    
                    
                    Ana Mendoza y Trinidad Rodríguez
                    
                    La República
                    
                    7 de junio de 2005