El proyecto iniciado en el año 2003, tiene como objetivos
fundamentales, comprobar el daño que causan los agrotóxicos
en la salud humana, estudiando las razones de la prevalencia
de distintas enfermeda-des agudas y crónicas en la ciudad y
alrededores de Bella Unión.
La primera etapa con una muestra mayor a 200 personas,
consistió en determinar franjas de la población afectada por
los agroquímicos como ser los trabajadores rurales de los
cultivos, a pesar de que todos los habitantes de Bella Unión
están expuestos a esta situación.
Apostando a un trabajo integral, desde la investigación y
hacia la promoción de salud se abrió un espacio de diálogo
en siete lugares de Bella Unión dónde se efectivizaron
talleres por parte del equipo multidisciplinario, integrado
por la doctora María Liria Martínez especializada en
neumopediatría, la psicólogas sociales Sylvia Peyrou, y
Sonia Mosquera, la doctora Amalia Laborde, especialista en
toxicología, y el doctor en genética Wilner Martínez. La
convocatoria se extendió a toda la población considerando
que los 7.000 habitantes de la localidad están expuestos.
Bella Unión: bajo el microscopio
El proyecto se realizó en Bella Unión donde la doctora María
Liria Martínez tiene una clínica allí, además de trabajar en
la Policlínica del lugar. La profesional registró en la
localidad, un nivel de enfermedades encontradas en forma
desmedida con relación a otras poblaciones semejantes del
interior dónde ella también trabaja. Considerando todas las
fumigaciones que existen, más la quema de la caña que
desprende una cantidad importante de carbono, más lo que
ella sabe que se utiliza para los cultivos en la tierra,
empezó a suponer que todas las enfermedades fundamentalmente
respiratorias, junto a la gran cantidad de personas con
malformaciones, podían tener una relación con los
agroquímicos.
Patologías
Se detectan muchas enfermedades de la piel, ojos,
enfermedades de huesos en general, reumas muy precoces,
cáncer y nacidos mal formados en una alta proporción.
Bella Unión sufre no solamente la contaminación que está en
el aire en la misma localidad, sino que hay una deriva de la
fumigación de Brasil que recorre muchos kilómetros y que les
llega y contamina, "no quiere decir que en Treinta y Tres,
Salto y otros lugares no haya problemas semejantes" dijo a
LA REPUBLICA la psicóloga social Sylvia Peyrou, "el problema
es lo que comen, lo que beben, la tierra y el aire" agregó.
La investigación clínica explicita que la patología más
común, es la respiratoria, fundamentalmente en niños. Lo
respiratorio, lo cutáneo, los trastornos endócrinos, y de
estos últimos los ginecológicos son los más frecuentes. La
doctora Martínez indicó que se trabajó con porcentajes
obtenidos estadísticamente, achicando la muestra, en una
población que fue totalmente estudiada de Portón de Fierro y
Campodónico. De la misma el 63 por ciento de los niños
menores de 5 años padecen patologías respiratorias. Dicha
enfermedad es alta también en los adultos, aunque estos no
le dan la debida importancia, ya que para la mayoría el
cuerpo es un instrumento de trabajo. La patología cutánea es
muy frecuente, así como los abortos espontáneos, del 40 por
ciento que sufre una patología con alteraciones
reproductivas, el 60 por ciento tiene abortos espontáneos.
Con respecto a la intoxicación aguda, se observa que la
misma no está bien registrada, y de la crónica no se tiene
aún un buen banco de datos.
Los biomarcadores de gerotoxicidad muestran que el daño
mayor aparece en los niños y no en los adultos expuestos a
los agroquímicos, lo cual demuestra que el sitio está
contaminado.
Ana Mendoza y Trinidad Rodríguez
La República
7 de junio de 2005