Seguridad y soberanía alimentaria II
Alimentación, Agricultura
y Desarrollo
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Las estrategias para alcanzar la seguridad alimentaria se vinculan directamente
con el modelo de desarrollo en general y con el modelo agrícola en particular.
Jacques Diouf, senegalés, director general de la FAO, plantea que
“No es
posible hablar de seguridad ambiental sin remitirse a la seguridad alimentaria.
Tenemos un solo planeta y debemos cuidarlo tanto para los habitantes de hoy como
para los del futuro. De este mandato ético surge el desafío de buscar nuevas
formas de producir más alimentos y distribuirlos mejor conservando la
naturaleza.”
Del 3 al 7 de septiembre del año 2001, se reunieron en La Habana, Cuba, 400
delegadas y delegados de organizaciones campesinas, indígenas, asociaciones de
pescadores, organizaciones no gubernamentales, organismos sociales, académicos e
investigadores de 60 países de todos los continentes en el Foro Mundial sobre
Soberanía Alimentaria. En su declaración final plantean cuál fue el
objetivo del foro:
“Nos reunimos para analizar por qué cada día aumenta el hambre y la
malnutrición en el mundo, por qué se ha profundizado la crisis de la
agricultura campesina, indígena, la pesca artesanal, los sistemas alimentarios
sustentables, por qué los pueblos pierden soberanía sobre sus recursos. Asimismo
nos reunimos para construir colectivamente, desde la perspectiva de los
pueblos y no de las corporaciones alimentarias transnacionales, propuestas y
alternativas viables y estrategias de acción a escala local, nacional y mundial
que reviertan las tendencias actuales y permitan impulsar nuevos enfoques,
políticas e iniciativas capaces de asegurar un presente y un futuro digno y sin
hambre para todos las mujeres y hombres del mundo”.1
A cinco años de la Cumbre Mundial
de la Alimentación y a siete años de aplicación de los acuerdos de la ronda
Uruguay del GATT (hoy OMC), se ha profundizado la desigualdad tanto entre países
como dentro de ellos, y se han agravado las condiciones de producción de
alimentos y las dificultades para producir y acceder a alimentos sanos y
suficientes, aún en los países desarrollados.
La
sustentabilidad de los
sistemas alimentarios no es una cuestión solamente técnica,
constituye un desafío eminentemente político.
En la visión del mercado los alimentos no deben ser "buenos para comer" sino
"buenos para vender", se producen y se comercian con la expectativa de una
ganancia rápida no de salud a largo plazo2.
Dejando la regulación al mercado, el Estado, es decir todos nosotros, debemos
asumir después el costo de la ganancia del otro. A este respecto el Foro
Mundial sobre Soberanía Alimentaria, (La Habana 7/9/2001) declara:
-
“Rechazamos toda injerencia de la OMC en la alimentación, agricultura y pesca y
su pretensión de determinar las políticas nacionales de alimentación. Nos
oponemos categóricamente a sus acuerdos sobre propiedad intelectual de
organismos vegetales y otros seres vivos así como su intención de llevar a cabo
una nueva ronda de negociaciones (la llamada Ronda del Milenio), incluyendo
nuevos temas de negociación. Fuera la OMC de la alimentación.”
Se puede resumir el concepto de desarrollo sustentable como el
proceso mediante el cual se cubrirían de manera permanente las necesidades
materiales y espirituales de todos los habitantes del planeta sin
deterioro o incluso mejora de las condiciones socio-ambientales que le dan
sustento. Sus objetivos generales son3:
1.Asegurar la satisfacción de las necesidades humanas esenciales,
comenzando por las necesidades de los más pobres.
2.Promover la diversidad cultural y el pluralismo.
3.Reducir las desigualdades entre individuos, regiones y naciones.
4.Conservar y aumentar los recursos básicos existentes.
5.Aumentar las posibilidades de adaptación a las perturbaciones
naturales y antropogénicas (causadas por el hombre).
6.Desarrollar tecnologías eficientes y de bajo consumo de recursos,
adaptadas a las circunstancias socio-ecológicas locales y que no
signifiquen riesgos importantes para las generaciones presentes y futuras.
7.Generar
estructuras productivas, de distribución y consumo que brinden los
servicios y bienes necesarios, propicien el empleo total y el trabajo con
sentido, con la finalidad de mejorar las capacidades de desarrollo de los
seres humanos.
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Entre estos objetivos, los últimos dos son centrales a los efectos de definir
una agricultura sustentable, que Altieri4
define como: “un modo de agricultura que intenta proporcionar rendimientos
sostenidos a largo plazo, mediante el uso de tecnologías y prácticas de manejo
que mejoren la eficiencia biológica del sistema, los esfuerzos se orientan a
la optimización del agroecosistema en su conjunto en lugar de concentrarse en
maximizar los rendimientos de corto plazo de un determinado rubro".
Se percibe claramente que según este concepto de agricultura sustentable son
muchas las variables a considerar, tanto las propias del agroecosistema como las
externas que lo afectan. La CEPAL destaca la importancia de las últimas,
señalando a las políticas sectoriales, de precios y subsidios, los impuestos a
la tierra y factores de producción, y a las políticas crediticias como elementos
decisivos que, por “afectar el costo de oportunidad de los recursos naturales
propician muchas veces el descuido o la sobreexplotación” en su gestión, y
pone de relieve la necesidad de que “el fenómeno de la sustentabilidad no
puede ser entendido sólo a nivel microeconómico. Se ha podido comprobar en estas
dos últimas décadas que la sustentabilidad depende en gran medida de factores
sectoriales y macroeconómicos”.5
Hay que considerar entonces factores que están más allá del
manejo técnico de la agricultura e implican definiciones de la sociedad y el
sistema político. En este aspecto la Declaración
del Foro Mundial sobre soberanía Alimentaria de La Habana declara:
-
“La soberanía
alimentaria es la vía para erradicar el hambre y la malnutrición y garantizar la
seguridad alimentaria duradera y sustentable para todos los pueblos Entendemos
por soberanía alimentaria el derecho de los pueblos a definir sus propias
políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de
alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población,
con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y
la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción
agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales, en los
cuales la mujer desempeña un papel fundamental.”
-
“La soberanía
alimentaria de los pueblos reconoce una agricultura con campesinos, indígenas y
comunidades pesqueras, vinculada al territorio; prioritariamente orientada a la
satisfacción de las necesidades de los mercados locales y nacionales; una
agricultura que tome como preocupación central al ser humano; que preserve,
valore y fomente la multifuncionalidad de los modos campesinos e indígenas de
producción y gestión del territorio rural. Asimismo, la soberanía alimentaria
supone el reconocimiento y valorización de las ventajas económicas, sociales,
ambientales y culturales para los países de la agricultura en pequeña escala, de
las agriculturas familiares, de las agriculturas campesinas e indígenas”.
-
“La soberanía
alimentaria implica la puesta en marcha de procesos radicales de reforma agraria
integral adaptados a las condiciones de cada país y región, que permitan a los
campesinos e indígenas -considerando a las mujeres en igual de oportunidades- un
acceso equitativo a los recursos productivos, principalmente tierra, agua y
bosque, así como a los medios de producción, financiamiento, capacitación y
fortalecimiento de sus capacidades de gestión e interlocución. La Reforma
Agraria, en primer lugar, debe ser reconocida como una obligación de los Estados
Nacionales donde este proceso es necesario en el marco de los derechos humanos y
como una eficiente política pública de combate a la pobreza. Dichos procesos de
reforma agraria deben estar controlados por las organizaciones campesinas
-incluyendo el mercado de los arriendos-, garantizar los derechos individuales
de los productores con los colectivos sobre los terrenos de uso común y
articulados con políticas agrícolas y comerciales coherentes. Nos oponemos a las
políticas y programas de mercantilización de la tierra promovidas por el Banco
Mundial en sustitución de verdaderas reformas agrarias y aceptadas por los
gobiernos”.
-
“Es necesario emprender una profunda difusión y valoración de la historia
agrícola y de la cultura alimentaria en cada país, denunciando al mismo tiempo
las imposiciones de patrones alimentarios extraños a las culturas alimentarias
de los pueblos.”
La
agricultura es una actividad humana multifuncional, es una forma de producir
alimentos, es también una forma de apropiarse y usar el territorio, es una
actividad humana que implica y expresa formas específicas de relacionamiento
entre la sociedad y la naturaleza y entre los distintos grupos al interior de la
sociedad, genera modos y estilos de vida que acompañan estas formas específicas
de relacionamiento. Esta multifuncionalidad le confiere potencialidades para
desarrollar sistemas alternativos no solamente tecnológicos sino también de
relacionamiento social y con la naturaleza; esto es, impacta globalmente el
modelo de producción-distribución.
La agricultura es mucho más que una actividad productiva:
-
es una fuente de alimentos que no sólo está operando en la
producción sino también en la distribución, cuantitativamente y
cualitativamente, y apunta directamente a una mayor equidad o menor
inequidad, y a la autogestión de grupos;
-
fuente de empleo productivo y con potenciales buenas condiciones de
trabajo, en función de las prácticas que se instrumenten;
-
es una oportunidad de incursionar en nuevas formas de relacionamiento
con la naturaleza, apostando a mejorar los aprovechamientos y
articular las prácticas agrícolas a la dinámica de los ecosistemas,
cuidando la salud del ecosistema, del trabajador, del consumidor y de la
comunidad en él asentada;
-
es también una forma de apropiación del territorio que de por sí
cuestiona el modelo urbano y centralista imperante, y en particular en
Uruguay, revirtiendo la polarización y la subordinación del campo a la
ciudad,
-
es fuente de modelos de comportamiento, y de pautas culturales propias;
-
es además un uso del territorio y sus componentes ambientales y
paisajísticos, que puede y debe articularse con otros usos como el
desarrollo urbano, la recreación y la conservación de áreas naturales y
actuar como uso articulador.
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Estas son potencialidades de la agricultura encarada como actividad
multifuncional alternativa a la agricultura productivista predominante, uno de
cuyos rasgos sobresalientes es el grado en que el capital ha llegado a
penetrarla, y cómo esa penetración ha contribuido a intensificar las dimensiones
sociales, económicas y ambientales de la crisis.6
AGRICULTURA MUNDIAL: MODELO PREPONDERANTE
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Desde 1980 según UN-WRI-BM (2000):
- Economía Mundial creció 300%
- Población creció un 30%:
- el 20% más rico : 86% PBI mundial
- el 20% más pobre: 1% del PBI mundial
- Los agroecosistemas cubren más de 1/4 del área terrestre total
- Juntas la agricultura, la forestación y la pesca generan 50% empleos
- Desde1970 la producción agrícola se duplicó, ganadera se triplicó
- El 65 % tierras agrícolas degradadas
- El riego agrícola es el 70% del consumo humano total agua dulce
- Entre 1966-1996 el área regada aumentó el 72%
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La agricultura es uno de los tres sectores más peligrosos en todo el mundo
desde el punto de vista de los riesgos laborales,
según la OIT un mínimo de 170.000 trabajadores agrícolas muere cada año.
"La salud ocupacional en la agricultura debería aplicarse con una
estrategia bien definida, integrándola en una política de desarrollo
rural, que debería ser consecuente con la prevención de riesgos y la
protección del medio ambiente, y debería aplicarse tanto a nivel nacional
como internacional.” OIT, 2000.
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Según la FAO existen 80.000 especies de plantas comestibles, a lo largo de
la historia humana se han utilizado solamente una 10.000 y hoy en día se
cultivan solamente unas 150. Y 80% de los habitantes del mundo se
alimentan con 15 productos: arroz, papa, maíz, trigo, batata dulce,
remolacha azucarera, caña de azúcar, centeno, cebada ,frijol ñame,
mandioca, soja y tomate, y 60% de ellos con sólo 4 productos: arroz, papa,
maíz y trigo.7
modelo agrícola predominante:
monocultivo homogeneidad,
ineficiencia energética,
altamente dependiente de insumos
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ES
INSUSTENTABLE |
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Para
superar esta crisis de la agricultura convencional se hace necesario encarar el
desarrollo agrícola con un marco teórico y metodológico que supere los niveles
más superficiales de integración del agroecosistema tomando en cuenta un solo
factor limitante “ley del mínimo” y poniendo de relieve los más altos niveles de
integración del ecosistema incluyendo interacciones positivas y negativas entre
variables, y a su vez ubique la actividad agrícola en el modelo de desarrollo
global.
Una
visión integral y contextualizada de la agricultura permitiría pensar
estrategias agrícolas adecuadas a las necesidades, preferencias y recursos de
grupos específicos de agricultores y agroecosistemas regionales, integrándola a
un modelo de desarrollo que apueste al uso múltiple del territorio, considerando
tanto sus valores de uso (actividades productivas, residenciales y recreativas)
como de no uso (conservación e investigación). Esto permitiría articular
actividades para promover interacciones favorables y complementarias
disminuyendo los conflictos ambientales y tendiendo a una distribución más
equitativa de los costos y beneficios generados por el desarrollo.
Esta
fuerte vinculación entre alimentación, salud, cultura, gestión territorial,
democracia, soberanía participación ciudadana y nuevos modelos de desarrollo
implica incorporar y valorar la diversidad y la multiplicidad en todas sus
dimensiones. A este respecto el Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria de
La Habana (7/9/2001) declara:
-
“La
soberanía alimentaria debe asentarse en sistemas diversificados de producción,
basados en tecnologías ecológicamente sustentables. Es necesario articular las
iniciativas de producción y consumo sustentables de alimentos generadas en los
niveles locales por los pequeños productores con el establecimiento de políticas
públicas que contribuyan a la construcción de sistemas alimentarios sustentables
en el mundo”
-
“Manifestamos la
decisión de integrar los objetivos de bienestar nutricional las políticas y
programas alimentarios nacionales, incluyendo los sistemas productivos locales,
promoviendo su diversificación hacia alimentos ricos en micronutrientes;
defender la calidad e inocuidad de los alimentos consumidos por las poblaciones
y la decisión de luchar por el derecho a la información para todas las personas,
sobre los alimentos que consume, reforzando la reglamentación del etiquetado de
los alimentos y el contenido de la publicidad alimentaria, ejerciendo el
principio de precaución.”
Patricia Acosta Cassinelli
Ingeniera
Agrónoma M. Sc.
© Rel-UITA
NOTAS
Declaración del Foro Mundial de Soberanía Alimentaria. La Habana,
7/9/2001.
2
-
AGUIRRE P. Antropóloga. Instituto de Altos Estudios
Sociales-Centro Interdisciplinario de Estudios de Políticas Públicas. Buenos
Aires. Argentina.
3
- ALTIERI, M.A. 1994.
Agricultura técnica vol. 54 no4 P 371- 386.
-
ALTIERI, M.A. Op. Cit.
- CEPAL. 1991. Desarrollo Sustentable, Equidad y Medio Ambiente.
Santiago de Chile.
- Rosset P. 1998. La crisis de la agricultura convencional, la
sustitución de insumos y el enfoque agroecológico.
Institute for food and development policy. Oakland.
7 - Citado por Iglesias E. 2000.
Frente a la vieja
injusticia en el nuevo milenio “Bienestar para todos”.Rel-UITA.
Montevideo.
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