Un
marco jurídico para garantizar el derecho humano a la
alimentación. La sociedad civil celebra ese histórico
resultado
En junio de
2007 el Parlamento de Nicaragua aprobó en lo general la Ley
de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (SSAN).
No obstante, la votación artículo por artículo se trabó y la
ley fue reenviada a una Comisión especial para ser
nuevamente estudiada, en búsqueda de un consenso entre las
diferentes fuerzas políticas. Después de dos años, y gracias
también al esfuerzo de las organizaciones de la sociedad
civil comprometidas con esta temática, una leve mayoría de
diputados logró aprobar una ley que pretende garantizar el
derecho de los nicaragüenses a tener alimentos suficientes
para sus necesidades vitales.
Sobre este histórico resultado que constituye una gran avance
para la construcción de un marco jurídico para el derecho a
la alimentación en Nicaragua, Sirel dialogó
con Eduardo Vallecillo, coordinador del Grupo de
Interés por la Soberanía y Seguridad Alimentaria y
Nutricional (GISSAN).
-¿Cómo
se llegó a la aprobación de la Ley SSAN?
-Después de que el proyecto de ley fue reenviado a una
Comisión especial, tratamos de seguir incidiendo en los
diferentes actores políticos y económicos, en las
organizaciones gremiales y en las instituciones
internacionales, como la FAO, para dar a conocer
nuestro punto de vista y no dejar que ese proyecto cayera en
el olvido.
Por otro lado, el actual gobierno tiene un compromiso en
materia de soberanía y seguridad alimentaria y en este
sentido trabajó una propuesta que fue presentada durante la
XXVI reunión del Foro de Presidentes de Poderes Legislativos
de Centroamérica y la Cuenca del Caribe (Foprel), que
se realizó en Managua, donde se iban a debatir propuestas
sobre la soberanía y seguridad alimentaria.
En la resolución final de la reunión, los legisladores
decidieron iniciar un estudio para crear una Ley Marco sobre
soberanía y seguridad alimentaria para la región, y el marco
jurídico que va servir de ejemplo va a ser la ley SSAN
de Nicaragua. Esto aceleró el compromiso de los
diputados nicaragüenses con la aprobación de la ley.
-El
GISSAN siempre expresó temor a que se disvirtuaran los
contenidos más importantes del proyecto de ley original ¿Qué
cambios hubo en el texto que fue aprobado?
-Siempre dijimos que no queríamos que se aprobara nuestra
ley, sino la mejor ley posible, y haber tenido un proyecto
muy exigente ha contribuido a que se lograra aprobar una ley
SSAN que considero muy buena.
Hay elementos muy importantes, como crear una Comisión
Nacional de Soberanía y Seguridad Alimentaria y una
Secretaría Técnica SSAN que administrará la relación
entre la Comisión Nacional y la Comisión Técnica (COTESSAN).
Se crean también varias comisiones técnicas con un enfoque
sectorial en salud, educación, género, etc.
Otro elemento que nos interesaba era que la construcción de
una verdadera soberanía y seguridad alimentaria fuera a
partir de los poderes locales, con la creación de Consejos
Municipales de SSAN presididos por los Alcaldes, con
el compromiso de empujar ese tema en los municipios,
destinando los fondos necesarios.
Se logró también que la ley contemple sanciones
administrativas para los funcionarios que no cumplan con lo
que ella exige, y se van a priorizar programas específicos
para las mujeres. Además, se va a nombrar un Procurador de
Soberanía Alimentaria que va a velar por el cumplimiento del
derecho humano a la alimentación.
Ahora, el verdadero reto será hacerla funcionar y que se
destinen recursos del Presupuesto General de la República
como la misma ley prevé. En este sentido será imprescindible
la aprobación del Reglamento de la ley.
-Un
punto muy crítico que de hecho paralizó la aprobación de la
ley en 2007 fue el tema de los transgénicos. ¿Cómo quedó en
la nueva ley?
-Evidentemente fue una ley de consenso, con 52 mociones que
fueron aprobadas en el Plenario. Con respecto al tema de los
transgénicos se logró que en el texto quedara establecido
que “los alimentos deben ser inocuos, nutritivos, libres de
contaminantes, teniendo presente el principio de
precaución”. El tema específico de los transgénicos tendrá
que ser debatido y empujado en las leyes de Bioseguridad y
Biodiversidad, que todavía están pendientes de discusión y
aprobación.
-¿Qué es
lo que cambia para Nicaragua al tener una ley de Soberanía y
Seguridad Alimentaria?
-Evidentemente el proceso de construcción del marco jurídico
aporta mayores elementos para poder exigir. Una cosa es
reclamar con base en la razón y otra cosa en el derecho de
todos los nicaragüenses a tener programas que aseguren una
adecuada disponibilidad de alimentos y una distribución
equitativa de los mismos. Con esta ley podemos, por ejemplo,
exigirles a todas las Alcaldías que se conformen de
inmediato las Comisiones Municipales SSAN, que
destinen parte del presupuesto para los programas y que las
organizaciones de la sociedad civil participen en todo ese
proceso.
La sociedad civil tendrá acceso también a las diferentes
comisiones técnicas sectoriales a nivel nacional, y esto es
muy importante.
-¿Hay
elementos que no se pudieron consensuar y que GISSAN
consideraba importantes?
-Hubiésemos querido que la ley se referiera más a la pequeña
y mediana producción y no solamente al término de
“producción” en general. Además que se incluyera el término
“transgénicos” para un mayor cuido a la diversidad
biológica, y el tema de la ayuda alimentaria que tanto daño
ha hecho a la población nicaragüense por ser una navaja de
doble filo: te da de comer pero al mismo tiempo destruye tu
autoestima. En muchos de estos elementos hubo la oposición
decidida de la empresa privada.
-¿Qué
opina de las declaraciones del representante de la FAO en
Nicaragua, Gero Vaagt, quien ha reconocido públicamente los
esfuerzos del gobierno de Nicaragua para mejorar la
situación alimentaria y nutricional de la población a través
de sus programas?
-En los últimos 16 años ningún gobierno invirtió un centavo
en la pequeña y mediana producción. Este gobierno invirtió
17 millones de dólares en 2007, 38 millones en 2008 y este
año va a invertir 44,4 millones. Escuché a una persona en un
foro riéndose de estas cantidades, pero es algo, antes no
había nada. Creo que actualmente la gente al menos tiene
esperanza. Claro que hay problemas y que en programas como
Hambre Cero estamos esperando tener elementos suficientes
para hacer un análisis exaustivo, pero actualmente a nivel
regional ningún gobierno está haciendo lo que hace
Nicaragua.
-¿Cómo
va a trabajar ahora el GISSAN?
-En principio vamos a trabajar para que la gente conozca la
ley, la sepa interpretar y asumir. Luego vamos a tratar de
que se agilice la conformación de las Comisiones Municipales
SSAN para trabajar un plan estratégico de Soberanía y
Seguridad Alimentaria. Ojalá que la aprobación de la Ley
SSAN agilice la de otras leyes importantes como la de
Biodiversidad y de Bioseguridad, ya que son temas
transversales para nuestra organización, y vamos a trabajar
para que se aprueben.
|