Exigen al Estado creación de una reserva de comestibles
y
moratoria a biocombustibles
Grupos
civiles, encabezados por la red Información y Acción por el
Derecho Humano a Alimentarse (FIAN, por sus siglas en
inglés), sección México, advirtieron que el país
presenta signos de crisis alimentaria como la que padecen al
menos 37 naciones más, de acuerdo con parámetros de la
Organización de Naciones Unidas (ONU).
Aquí, la
situación adversa se evidencia con la creciente importación
de granos, el aumento de precios de productos de consumo
generalizado -respecto al poder de compra del salario
mínimo- y la caída en la capacidad de producción en el
campo.
Por ello,
exigieron al Estado crear de manera urgente una reserva
alimentaria, aplicar control efectivo de importaciones y
exportaciones, y reglamentar con mayor precisión la
comercialización de biocombustibles, para cuya elaboración
se usan granos como materia prima.
Según los parámetros de la ONU, aquí el fenómeno
se manifiesta en alza de cotizaciones y
creciente importación de granos |
“En
México, las autoridades responsables de garantizar el
acceso a los alimentos no han anunciado ninguna política
para frenar el aumento de los precios de la canasta básica,
que golpea de manera creciente la alimentación de los
sectores populares”, señala el comunicado conjunto de
FIAN México, la Coalición de Organizaciones
Mexicanas por el Derecho al Agua y Espacio DESC.
De acuerdo
con cifras oficiales,
45
millones de mexicanos viven en condición de pobreza, y en
los estratos de ingreso hasta de dos veces el salario mínimo
(menos de 300 dólares al mes) gastan entre 70 y 80 por
ciento de sus percepciones en la compra de alimentos básicos.
Nivel amplio si se considera el 16 por ciento registrado en
Estados Unidos.
“Frente a
la crisis, los funcionarios no pueden emitir declaraciones
optimistas; se requiere reorientación del consumo y, sobre
todo, integrar una amplia reserva alimentaria”, señaló
Alejandro Villamar, de la Red Mexicana de Acción Frente
al Libre Comercio.
Posible, un estallido social
En
coordinación con Leticia Correa y Alicia
Cariguiliborde, representantes de la organización civil
internacional FIAN, y Carlos Ríos, de la Unión
Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas,
entre otros, esos grupos no gubernamentales advirtieron que
el estallido social, derivado de una crisis alimentaria, es
un fenómeno posible.
Advierten
que una situación de crisis lleva a la población a buscar
otros alimentos, los cuales frecuentemente son de bajo
contenido nutricional (chatarra),
y provoca mayor migración interna y hacia el extranjero.
En
conferencia de prensa distribuyeron también una carta
abierta de la FIAN a los gobiernos, precisamente para
alertar acerca de la crisis alimentaria mundial y la
sugerencia de “imponer una moratoria inmediata a las metas
de producción de agrocombustibles”.
Los más pobres gastan en comida hasta 80% de sus
ingresos |
Frente al
peligro internacional de una crisis alimentaria (confirmada
por Ban Ki Moon, secretario general de la ONU;
Jacques Diouf, director de la Organización Mundial para
la Alimentación y la Agricultura, y Roberto Zoellick,
presidente del Banco Mundial), las autoridades mexicanas
sólo han hecho referencia a que el abasto está garantizado y
que hay mayor presupuesto para el campo (204 mil millones de
pesos para este año), pero no han podido garantizar un
precio estable para el kilogramo de la tortilla.
Los grupos
civiles mexicanos exigieron al gobierno federal frenar la
escalada de precios en los alimentos; proteger a la
población de las prácticas monopólicas de las empresas
trasnacionales y nacionales (acaparamiento de comestibles);
asignar recursos al campo para la producción de maíz
destinado a consumo nacional, y decretar una moratoria en la
generación de agrocombustibles, por su inminente impacto en
el derecho a la alimentación y el agua.
De este
último punto, Arcelia González Merino, investigadora
de la Universidad Autónoma Metropolitana, se refirió al
impacto social de los biocombustibles y sugirió que se
excluyan de este proceso (ya hay una planta para este fin en
Sinaloa) los granos que son base de la alimentación de los
mexicanos, y advirtió sobre la necesidad de impulsar una
política de reserva estratégica de petróleo. Cabe precisar
que de 2007 a la fecha, el valor de los granos básicos
registra alzas hasta de 47 por ciento.
Villamar
precisó que en años recientes, México ha perdido 80
por ciento de su capacidad para producir arroz, mientras que
la comercialización de los granos se encuentra sujeta a una
“mafia financiera internacional” que estimula la
especulación de los precios de las materias primas.
Fabiola
Martínez
La
Jornada, México
29 de
abril de 2008
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