China e India, potencias orgánicas |
China e India se perfilan como potencias productoras de
alimentos orgánicos, cuyo auge permitiría salir de la
pobreza a millones de campesinos del Sur en desarrollo,
según la agencia especializada de la ONU en materia agrícola
A medida que los agricultores de la Unión Europea (UE) se
vuelcan hacia los alimentos orgánicos por su elevado valor
agregado, los dos grandes países en desarrollo, junto con
otros de América Latina, comienzan a ponerse al día con esta
tendencia.
Pero puede ser demasiado pronto para temer una guerra
comercial agrícola en torno de la agricultura orgánica,
modalidad que prescinde de productos químicos como
fertilizantes y pesticidas y que implica un regreso a
métodos naturales y tradicionales de cultivo.
"China e India tienen un enorme potencial de cultivo, pero
para el mercado interno", dijo a IPS Mattia Prayer-Galletti,
gerente del programa para Asia del Fondo Internacional de
Desarrollo de la Agricultura (FIDA), agencia de la ONU
(Organización de las Naciones Unidas) dedicada a la lucha
contra la pobreza rural en el Sur.
En este momento, el FIDA intenta "aumentar todo lo posible el
espacio para los cultivos orgánicos", dijo Prayer-Galletti.
Dada la creciente demanda de alimentos orgánicos en los
mercados del Norte, esos alimentos, habitualmente vendidos a
un precio entre 20 y 40 por ciento superior al resto,
representan una nueva oportunidad para pequeños
agricultores, pues la falta de recursos para comprar
fertilizantes y pesticidas ahora puede volverse una ventaja.
Las dificultades se suscitan, sin embargo, al certificar esos
productos y comercializarlos, incluso dentro de los países
en desarrollo.
Una manera de promover los cultivos orgánicos es "integrar
cuidadosamente al sector privado para brindar servicios de
mercadotecnia", según un informe de FIDA sobre la situación
en Asia.
"Los cultivos orgánicos chocan con barreras tecnológicas,
intelectuales y culturales", dijo Prayer-Galletti. "Por un
lado, actúa la biotecnología, y por el otro los gobiernos
procuran aumentar la producción sin atender el interés de
los pequeños agricultores.".
"Muchas comunidades agrícolas están produciendo alimentos
orgánicos sin ser conscientes de que lo son", agregó el
experto.
Los cultivos orgánicos también podrían crear nuevos trabajos
en áreas rurales y ayudar a reducir la migración urbana,
afirmó FIDA.
Esa práctica se vuelve más organizada en India y China, "que
juntas albergan más de la mitad de los hogares campesinos
del mundo", según un informe de FIDA.
Aparte de los agricultores más pequeños, que no pueden
afrontar económicamente los métodos intensivos de cultivo,
los que tienen sentido comercial perciben nuevas
oportunidades de mercado en los productos orgánicos
certificados.
El valor de las exportaciones chinas del sector creció de
menos de un millón de dólares a mediados de los años 90 a
142 millones en 2003, con estimaciones para 2004 de casi 200
millones de dólares y más de 1.000 compañías y
establecimientos agrícolas certificados, dijo el FIDA.
"En China, los cultivos orgánicos ofrecen potencial para una
sustentable reducción de la pobreza", anotó el gerente del
programa del FIDA para China, Thomas Rath. "FIDA apoyará
programas piloto en China para refinar su enfoque con vistas
a una mayor ampliación en el futuro."
En India también hubo un notable crecimiento, pero
principalmente en los mercados internos, con unas 2,5
millones de hectáreas ahora bajo certificación orgánica y
332 nuevas certificaciones emitidas en 2004.
Actualmente, más de 26 millones de hectáreas de tierras
cultivadas producen cultivos orgánicos en todo el mundo,
pero se calcula que representan apenas entre uno y dos por
ciento de toda la producción agrícola.
Es un negocio creciente. Las ventas orgánicas lograron un
incremento anual de dos dígitos durante más de un decenio, y
en varios países europeos los establecimientos orgánicos se
están acercando o incluso exceden 10 por ciento del total de
tierra cultivada, dijo FIDA.
En 2005, el valor estimado del mercado de los productos
orgánicos en todo el mundo rondaba los 30.000 millones de
dólares. La mayor parte fue comercializada en América del
Norte y Europa.
Impulsar comunidades agrícolas será vital para desarrollar el
mercado de productos orgánicos, afirmaron los expertos del
FIDA. Esto ayudará a reducir el costo de la certificación y
mejorará las perspectivas de mercadotecnia, dijeron.
El FIDA realizó en 2001 y 2002 un estudio similar entre en
seis países de América Latina (Argentina, Costa Rica,
República Dominicana, El Salvador, Guatemala y México).
Ahora FIDA está apoyando nuevos programas para la población
rural pobre en las islas del Pacífico, y espera ampliar
estas actividades.
ipsnoticias.net
3 de
febrero de 2006
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