Nestlé y el activismo
El pasado día 12 en la reunión de diálogo entre la FAO
y el sector privado, en Milán, generó algunas delegaciones
que no podemos obviar. En concreto el presidente de Nestlé,
la compañía de alimentos más grande del mundo, Sr. Peter
Brabeck-Letmathe, denunció que "es desalentador ver con
qué facilidad un grupo de bien intencionados y bien
alimentados activistas pueden decidir sobre las nuevas
tecnologías en detrimento de los que están muriendo de
hambre".
Antonio
Onorati,
del Comité Internacional de Pilotaje, co responsable de la
organización del Foro de los Pueblos por la Soberanía
Alimentaria que se está celebrando en Roma en paralelo a la
Cumbre de la FAO, explica que "si los
más de 600 representantes de
la sociedad civil que aquí estamos reunidos se incluyen en
esta estrambótica definición de activistas queremos
expresar al Sr. Brabeck-Letmathe nuestro total desacuerdo. En
tres décadas de aplicación de las nuevas tecnologías
junto con las medidas neoliberales, de las que tan ufano
está Nestlé se han demostrado -y lo decimos las
gentes del campo y del mar- alejarse de las verdaderas
necesidades para la agricultura campesina y la pesca
artesanal, que puede alimentar al mundo y permitir un vida
digna para los mil quinientos millones de personas que los
producen."
"Si hay que señalar actores que han influido con facilidad
en detrimento de las y los pequeños campesinos del
Planeta -concluye Antonio- seguramente podremos
pensar en grandes
corporaciones como Nestlé que entre otras cosas, se han
permitido marcar el precio de la compra de productos
agrarios como la leche, el café y el cacao a precios que
arruinan a sus productores"
La juventud del mundo rural
En una de las carpas sembradas en los campos del antiguo
matadero de Roma, se han reunido jóvenes de todos los
continentes para debatir sobre su futuro en el mundo rural.
En el marco del Foro de los Pueblos por la Soberanía
Alimentaria sus debates se centran en las dificultades para
acceder a los recursos productivos (muy pocos jóvenes
disponen de tierras) y en cómo producir alimentos para sus
comunidades.
La conciencia de las mentes menos desgastadas es clara, los
medios de producción deben de estar en manos campesinas para
producir respetando los ritmos y leyes de la naturaleza.
Clara y enérgica pues como dice Yeko Etienne Seder de
la organización Concertation Nationale des Organsations
Paysannes en Producteurs Agricoles del Congo Brazzaville,
"discutimos hoy para ser capaces de imponer el cambio
mañana”
En Roma se consolidan las
alianzas
"En este Foro de los Pueblos por la Soberanía Alimentaria
-explica Paul Nicholson - estoy palpando un clima y
una voluntad de alianzas de la sociedad civil, realmente
estremecedor". Más de 140 personas de los cinco continentes
de muy diferentes colectivos están trabajando durante dos
días en un espacio de debates y reflexión sobre el
entretejer redes y alianzas.
El paradigma de la Soberanía Alimentaria ha tenido la
capacidad de aglutinar a movimientos muy
diversos: organizaciones campesinas, de consumidores, de
mujeres rurales, de pastores, de pescadores,
de jóvenes rurales, de desarrollo, etc. lo que Paul define
como "la biodiversidad de las alianzas". Todas
estas organizaciones tienen claro qué les une, la lucha por
la soberanía alimentaria como propuesta para un mundo rural
vivo, y aquí en Roma se están dando pasos en el cómo se
articulan. Algunas premisas están claras: se construye poco
a poco, horizontalmente y respetando procesos particulares.
Para tener así un edificio sostenible y durable que no viene
a homogeneizar ni a sustituir los movimientos y sus luchas
específicas.
Como una buena cocinera, mezclar condimentos para enriquecer
los sabores de unos buenos ingredientes
El desierto
Al norte de Chile hay un desierto enorme. Atacama, el
más árido del Planeta. Aquí en Roma se encuentra una de sus
pobladoras, Florencia Arostica, representando a la
organización ANAMURI, la Asociación Nacional de
Mujeres Rurales e Indígenas. Me dice que en sus tierras o
llueve cada diez años o no llueve nunca. Pero aún así, las
aguas que bajan por las quebradas del deshielo de los cerros
andinos, permite en sus veredas excelentes (y suficientes)
cultivos de todo tipo de hortalizas. Al Sur del Atacama ya
llegaron las corporaciones de la uva y el vino para
exportación, que acaparan buena parte del agua que esperan
las familias locales. Sin ella sus cultivos se apagan. Junto
a Florencia, Julia Marlene Cconojhuilla
de la Confederación Nacional Agraria del Perú asiente con la
mirada. Ella conoce de muchas compañeras que salen para
Chile en los picos de las cosechas. Indocumentadas
trabajan más horas que las muchas horas de faena que se les
exige a las mujeres chilenas, y cobran pagas más bajas que
los bajos salarios que por este trabajo reciben las mujeres
chilenas.
Con el resto de Asamblea de Mujeres del Foro se afanan en
construir caminos de Soberanía Alimentaria. Para recuperar
el control de su vida, como mujeres y como campesinas.
Dicen algunos arqueólogos de las palabras que el nombre de
Atacama bien podría provenir del quechua Tercuman, algo así
como hasta donde alcanza la vista, en este caso la frontera
dónde lo verde se desviste para hacerse desierto. O cuando
los desiertos dejan de serlo.
No somos piratas
El mar se calienta. Eso dicen los expertos en el cambio
climático. Y seguro que es cierto. Aquí en Roma, aún sin
costa a la vista, se detectan las tensiones y dificultades
que en los últimos años dificultan, y mucho, el vivir de las
comunidades de pescadores. Son muchas las intervenciones en
todos los espacios del Foro de los Pueblos por la Soberanía
Alimentaria de los representantes de la pesca artesanal que
hasta aquí llegaron. Herman Kumara resume que “el desarrollo
de la pesca artesanal es posible si se respetan sus
Derechos”, con mayúsculas, para sumar a los derechos
humanos, lo derechos económicos, sociales, culturales y
ambientales. Por eso reclaman a los gobiernos reunidos estos
días en el edificio de la FAO que se prohíba la pesca
industrial y de arrastre en las costas que a ellos y ellas
alimenta. Que se regule o frene la expansión de la
acuicultura, el turismo y las industrias conserveras que
monopolizan territorios que dan acceso al mar. Y que se
tomen las medidas necesarias para prohibir la pesca ilegal.
Que por eso se le llama así.
A toda velocidad
Al salir
del metro Pirámide para ir hacia los edificios de la FAO,
dónde se celebra la Cumbre Mundial de la Alimentación vi
pasar a varios Jefes de Estado en sus coches oficiales y con
la escolta correspondiente. Con las sirenas puestas y a una
velocidad de vértigo. Excelente –pensé- es urgente tomar
medidas contra el hambre en el mundo. Cada 6 segundos muere
un niño o niña de hambre. No hay tiempo que perder.
50
representantes del Foro también han llegado frente a la
FAO. Si la reforma del Comité de Seguridad Alimentaria
sale adelante, tendrán la posibilidad de trasladar sus
propuestas en el interior del Edificio. Por el momento, los
sistemas del mundo, marginan a las personas del mundo. Como
si fuera un gran puzzle gigante han construido frases que
explican muy sencillo las claves a tener en cuenta, para
combatir la crisis alimentaria y climática:
en el mundo el 75 por ciento
de los alimentos son producidos por 1.500 millones de
pequeños productores.
Si se potenciara su modelo de agricultura local, sostenible
y ecológica se podría combatir muchas emisiones de CO2 que
genera la agricultura industrializada, petroinómana y
kilométrica. Tantas como el 50 por ciento del total de gases
que nuestra civilización irradia en estos momentos.
Al acabar
la acción, y atender a los medios de comunicación, ya
volvían a salir los coches de fórmula 1. Qué rápido han
encontrado las respuestas acertadas. Sería por las prisas
que se olvidaron de preguntar a los interesados y, a su vez,
afectados. Un último dato:
de entre todos y todas las
gentes que sufren desnutrición, el 80 por ciento son
productores y productoras de alimentos.
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