Según Miguel Altieri, presidente
de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA),
el modelo de agricultura industrial que hoy en día domina
la producción de alimentos, ya no es sostenible ni son
válidas las premisas sobre las cuales se creó.
“La Revolución Verde fracasó como modelo
porque tenemos casi mil millones de hambrientos en el mundo
y una cantidad impresionante de problemas ambientales.
Necesitamos de un nuevo paradigma que es la agroecología.
Con ella -continuó el científico-
recuperamos el conocimiento tradicional milenario de
América Latina e introducimos los elementos de la
ciencia moderna de la ecología y agronomía. De esa manera
fomentamos un diálogo de saberes para crear una nueva
agricultura”, dijo Altieri.
En este sentido, la agroecología se ve
como la herramienta fundamental para alcanzar la soberanía
alimentaria y la resiliencia ante el cambio climático,
chocando de modo frontal con los intereses de las grandes
empresas transnacionales de semillas.
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En el mundo hay 180 millones de hectáreas
sembradas con transgénicos y ninguna de ellas
está alimentando a las personas que padecen de
hambre en el planeta, sino que sirven para
producir agrocombustibles y el ganado de China y
Europa |
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“Se trata de una ciencia militante que se
compromete con una causa política y social y es inevitable
que choque con los grandes intereses de las transnacionales.
Un lobby que controla el sistema alimentario y que sigue
proponiendo un modelo que ya está agotado.
Necesitamos algo totalmente diferente,
porque la crisis global que está enfrentando la humanidad es
producto del sistema capitalista, y no podemos pensar
resolver los problemas con las mismas herramientas del
capitalismo y el mercado”, sugirió Altieri.
El experto animó al gobierno nicaragüense
a aprovechar de ese momento histórico para impulsar la
agroecología en el páis, “pero no como un simple nicho, sino
como el camino a recorrer, invirtiendo los recursos
necesarios para ese cambio de modelo de producción”, dijo.
A ese propósito, Miguel Obando,
sub director general del Instituto Nicaragüense de
Tecnología Agropecuaria (INTA) aseguró que
Nicaragua ha iniciado un proceso que apunta al cambio de
modelo productivo, “aunque se trata de algo gradual por el
atraso en que se encontraba el país”.
Transgénicos
Durante las actividades del seminario, al
que participaron más de 100 delegados y expertos de
México, Costa Rica, El Salvador y
Nicaragua, el debate se enfocó en el tema de los
transgénicos.
“Queremos dejar firmemente sentado
nuestro rechazo a los transgénicos. No los necesitamos
porque en Nicaragua y en toda la región hay una gran
variedad de semillas criollas y acriolladas que está siendo
rescatadas por la población campesina”, dijo Harold Calvo,
coordinador de la Campaña “Semillas de Identidad”.
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Estamos trabajando con 35 mil familias
campesinas de casi todo el país que producen sus
propias semillas y que las están mejorando. |
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Según Altieri, los transgénicos no
sirven para alimentar al pueblo, ni para garantizar la
seguridad alimentaria. “En el mundo hay 180 millones de
hectáreas sembradas con transgénicos y ninguna de ellas está
alimentando a las personas que padecen de hambre en el
planeta, sino que sirven para producir agrocombustibles y el
ganado de China y Europa”, aseguró.
Campaña
“Semillas de Identidad”
Entrando en su quinto año de trabajo, la
Campaña “Semillas de Identidad” analizó los
resultados logrados.
“Estamos trabajando con 35 mil familias
campesinas de casi todo el país que producen sus propias
semillas y que las están mejorando. Igualmente, hemos
identificado más de 300 variedades de semillas criollas de
frijol, maíz, sorgo, leguminosas, arroz y trigo y se han
creado más de 250 bancos de semillas”, explicó Calvo.
El coordinador de la Campaña
explicó también que contribuyeron a la creación y aprobación
de la Ley de Bioseguridad y a la Ley de Fomento a la
Agroecología, así como a impulsar la Ley de Biodiversidad
-que aún está pendiente de aprobación-, y a promover
ordenanzas municipales, logrando que cinco municipios
declararan sus territorios libres de transgénicos.