Brasil
Consulta de la FAO a las
organizaciones sociales
Nada
debemos esperar que no
venga de nosotros mismos (II)
Julio Falla,
presidente de la
Confederación
General de Trabajadores
del Perú Sector Alimentos,
Bebidas y Afines (CGTP-ABA).
La FAO
está dando un gran paso adelante al realizar esta consulta a
las organizaciones sociales, pero no veo que mencione la
violencia y las violaciones a los derechos humanos que están
sufriendo los campesinos en el Perú por el simple
hecho de reclamar su derecho a la tierra.
Se dice que
la FAO no tiene potestades para dictarles políticas a
los gobiernos, y es cierto, pero vemos que el Banco
Mundial sí tiene el poder de manejar esos países donde
se está concentrando la tierra cada vez en menos manos.
Por eso
debemos plantear estas cosas en estos ámbitos donde nos
reunimos latinoamericanos de todos los sectores relacionados
con la soberanía alimentaria y el acceso a la tierra y a los
recursos naturales.
Espero que
estas recomendaciones logren llegar al Banco
Mundial a través de la FAO y tome nota de que la
tierra no puede obtenerse asesinando gente. Esto genera
procesos de polarización que lamentablemente ya conocimos en
Perú.
Las
organizaciones sociales, los sindicatos, no estamos en
contra de firmar estos convenios que otorgan concesiones de
tierra a grupos inversores, siempre y cuando se genere
empleo digno y desarrollo sustentable.
Pero
teniendo en cuenta entre quiénes se firman y cómo se hace
–entre cuatro paredes- no podemos sino oponernos.
Germán González,
secretario general
de la Unión de
Trabajadores Rurales Asalariados
del Sur del País (UTRASURPA),
de Uruguay.
Los
asalariados rurales pudimos impulsar algunas de nuestras
propuestas como la ratificación del Convenio 184 de la
OIT sobre salud y seguridad, la regulación del trabajo
migrante y transfronterizo, inclusión de los asalariados
rurales en los espacios de debate y de creación de políticas
públicas para el sector, entre otros.
Con
respecto a la reforma agraria, reconocemos que nuestro
sindicato no ha debatido el tema. Los dirigentes debemos
impulsar esta discusión hasta alcanzar un consenso interno
que aún no tenemos.
No tenemos
muchas expectativas acerca de la capacidad de la FAO
para defender estas directivas e impulsarlas en el seno de
la ONU. Ya lo hemos visto con el Convenio 184 de la
OIT que recién ha sido ratificado por siete países en
el mundo, dos de ellos el
Latinoamérica:
Argentina
y Uruguay.
En nuestro país, incluso, ha sido ampliado por el decreto
321 que agregó pautas no previstas en el Convenio.
No obstante
cierto escepticismo, nos interesa participar en todos los
espacios que se nos abran para plantear nuestra posición,
nuestra realidad y bregar por los intereses de nuestros
afiliados y afiliadas. También enriquecernos para discutir
nuevos temas en nuestro próximo plenario, entre ellos el de
la reforma agraria.
Alberto Broch,
presidente de la
Confederación Nacional de
Trabajadores
en la Agricultura (CONTAG),
de Brasil.
Hacía casi
30 años que una institución como la FAO, que es
responsable de la agricultura y la alimentación en las
Naciones Unidas, no se dedicaba a un tema exclusivo como es
el de la tierra, la reforma agraria y el acceso a los
recursos naturales.
En 2006 se
realizó en Porto Alegre una gran conferencia mundial de la
FAO sobre este tema. Alabamos esa iniciativa y la de
los gobiernos que participaron, de las organizaciones de la
sociedad civil, y se produjo un documento muy importante
que, desgraciadamente, cuatro años después no salió aún del
papel.
Por una
iniciativa de la FAO de América Latina,
con apoyo de Roma, se hace una primera consulta social sobre
este tema. El CIP, que es una articulación de la
sociedad civil que congrega sectores como trabajadores
rurales, campesinos, jóvenes, mujeres, indígenas, ONG,
etc, levantó la posibilidad de hacer una gran conferencia
antes de la consulta oficial de la FAO a las
organizaciones sociales, para preparar las propuestas a
presentar ante la FAO.
Pero creo
que esta iniciativa es mucho más amplia que este objetivo
puntual, y se trata de una articulación de la sociedad
latinoamericana para poner este tema de la tenencia de la
tierra, de la soberanía alimentaria, del hambre, del
desarrollo sustentable en la agenda política y social de los
movimientos sociales latinoamericanos.
Por eso es
muy importante lo que está ocurriendo aquí, porque esta
visión va mucho más allá de la consulta que realiza la
FAO que, si bien es importante, sabemos que no podemos
confiar solamente en ella, pues tiene las limitaciones
propias de un órgano que obedece a los gobiernos y no todos
ellos están comprometidos con este tema.
|