¿Qué futuro le espera
a la Argentina?
Damos por
descontado que nuestros lectores tienen suficientemente claro temas como la producción de alimentos,
soberanía alimentaria, monocultivos, y la industrialización
de la agricultura. Por lo tanto nos limitaremos a
transcribir algunos datos, dejándoles a ustedes el cometido
de responder la interrogante del título, por supuesto que
mucho nos interesa recibir vuestras conclusiones.
Se acaba de informar que
Argentina,
tercer productor mundial de soja,
alcanzará este año una cosecha récord de 55 millones de
toneladas del grano. Según la Bolsa de Cereales de Buenos
Aires, con el 99,7 por ciento de la cosecha efectuada,
se recogieron más de 54,8 millones de toneladas de la
oleaginosa.
Se trata de la
cosecha más grande desde que se introdujo el poroto de soja
al país, hace poco más de 40 años.
Las plantaciones de soja ocupan alrededor de 20 millones de
hectáreas, equivalentes a dos tercios de toda la superficie
sembrada en Argentina. En 2009, el 70 por ciento de
lo invertido en el campo se destinó a este cultivo.
El destino inmediato para tanta soja es permanecer
almacenada, pues los productores que pueden hacerlo la
retendrán, a la espera que suban los precios
internacionales. Argentina debe exportar más del 98
por ciento de su producción, ya que el consumo interno de la
oleaginosa es casi inexistente.
En opinión de algunos especialistas, el crecimiento de la
soja tiene como contraparte una fuerte caída en la
producción de otros granos, especialmente trigo, maíz y
girasol. También las entidades agrarias pronostican un
fuerte deterioro en la producción ganadera y según la
Sociedad Rural Argentina, en el futuro cercano el país
deberá importar carne vacuna.
Si a la actual tendencia de crecimiento de la soja en
Argentina en detrimento de otros cultivos, le sumamos el
riesgo que para estos últimos representan el ataque de
plagas o la ocurrencia de factores climáticos adversos, no
resulta arriesgado pronosticar que en el futuro el país se
vea obligado a importar alguno de los granos y alimentos
básicos que actualmente produce.
El problema es que el panorama anteriormente descripto se
presenta en momentos en que la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y
la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)
acaban de presentar un informe donde pronostican que los
precios de los productos agrícolas y ganaderos seguirán
subiendo en los próximos 10 años.
Hecho el planteo, esperamos sus comentarios a
uita@rel-uita.org .
|