¿Sabía
que…?
Hechos
y cifras sobre agua e infancia |
Cada año, cerca de 10,8
millones de niños mueren antes de cumplir los cinco años de edad, y 4
millones de ellos mueren antes de alcanzar el primer mes de vida
Los niños menores de 5 años
son los más afectados por la falta de abastecimiento de agua y de
saneamiento.
La mortalidad infantil es
el resultado de un complejo entramado de determinantes a múltiples niveles.
El principal determinante es la pobreza, y uno de los determinantes
subyacentes es la desnutrición.
Durante los 6 primeros
meses de vida los niños están, en cierta medida, protegidos contra la
diarrea (si reciben lactancia materna) y el paludismo. Al final del primer
año de vida es cuando las enfermedades infecciosas se cobran un alto tributo
en la salud infantil debido a la falta de agua potable, saneamiento e
higiene.
En los países más pobres,
uno de cada 5 niños no llega a cumplir los 5 años de edad, sobre todo debido
a enfermedades infecciosas y ambientales derivadas de la mala calidad del
agua.
El paludismo mata a un niño
africano cada 30 segundos.
Cerca del 92% del total de
muertes de niños menores de 5 años se producen solamente en 42 países, todos
ellos de bajos ingresos.
Las enfermedades diarreicas
siguen siendo, en los niños, la principal causa de muerte debido a
enfermedades relacionadas con el agua. En los países en vías de desarrollo
los decesos por enfermedades diarreicas representan el 21% de todas las
muertes de niños menores de 5 años.
Si se enseña a los niños
una higiene adecuada, la educación primaria puede convertirlos en educadores
en salud para sus familias, transmitiendo de este modo información y
aptitudes vitales susceptibles de reducir al menos en un 40% la
vulnerabilidad del hogar a contraer enfermedades diarreicas mortales.
Las niñas constituyen la
mayoría de los 115 millones de menores que actualmente no asisten a escuela.
El 80% de los niños que no asisten a la escuela primaria en África
occidental y central, Asia meridional y África del norte y centroriental
tienen madres que no han recibido ninguna educación formal. Esto se debe,
entre otras razones, a que muchas mujeres y niñas deben recorrer largas
distancias para llevar agua a sus hogares y/o la falta de instalaciones
sanitarias en las escuelas, lo que obliga a las niñas a buscar refugio en
los bosques donde pueden correr el riesgo de sufrir ataques sexuales,
enfrentándose al ridículo y a la vergüenza.
Se estima que el 63% de
todas las muertes de niños menores de 5 años se pueden prevenir aplicando
los conocimientos y métodos actuales, entre ellos la rehidratación oral para
tratar la diarrea, antibióticos contra la pulmonía, mosquiteros y medicinas
antipalúdicas contra el paludismo, mejores sistemas de abastecimiento de
agua, saneamiento e higiene doméstica.
Existen suficientes evidencias de que las mejoras en el
abastecimiento de agua, saneamiento e higiene reducen los casos de diarrea y
disminuyen la mortalidad infantil. Sin embargo, para lograr la máxima
reducción posible de la mortalidad infantil, estas mejoras deberían ir
acompañadas de otras intervenciones preventivas (lactancia materna,
suplemento de vitamina A) y tratamientos (terapia oral de rehidratación y
zinc). Esta combinación de intervenciones podría salvar la vida de más de
1,8 millones de niños menores de 5 años, lo que corresponde al 88% de la
mortalidad anual de niños menores de 5 años debida a enfermedades
diarreicas.
Portal del agua UNESCO
23 de noviembre de 2006
Información
extraída del 2º Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los
Recursos Hídricos en el Mundo, “El agua, una responsabilidad compartida”
FOTO: protestantedigital.com
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