La ex
primera dama de Francia Danielle Mitterrand respaldó
en Montevideo la decisión de la gran mayoría del
electorado uruguayo de rechazar la privatización de
la gestión del agua potable. |
Mitterrand, viuda del ex presidente socialista
francés François Mitterrand y responsable de la
fundación France Libertés, permaneció este miércoles
21 durante unas horas en la capital uruguaya
encabezando una delegación que se reunió con las
autoridades de la Comisión Nacional en Defensa del
Agua y de la Vida (CNDAV), que promoviera con éxito
una reforma de la Constitución uruguaya para
asegurar el dominio público sobre la distribución
del agua potable y el saneamiento.
Esa reforma fue aprobada el 31 de octubre pasado por
60 por ciento de los electores en un referéndum que
se realizó en simultáneo con las elecciones
nacionales que llevaron al poder, por primera vez en
la historia de este país, a una coalición de
izquierda, el Encuentro Progresista-Frente Amplio.
Además de Mitterrand, la delegación francesa estuvo
integrada por Jean Luc Touly (presidente de la
Asociación para el Contrato Mundial del Agua-France),
Anne Le Strat (presidenta de la Entidad Pública
Aguas de París y miembro del Consejo Municipal de
París) y Raymond Avrillier (vicepresidente de la
municipalidad de Grenoble y responsable del
abastecimiento de Agua de la Comunidad Urbana de
Grenoble).
La gira de los europeos abarca, aparte de Uruguay, a
Argentina, donde ya estuvieron, Bolivia y Brasil, y
se enmarca en una campaña internacional de
“reconocimiento del agua como bien público y en
apoyo a la Coalición para una Gestión Social del
Agua en América del Sur”.
En una conferencia de prensa realizada en
Montevideo, Mitterrand dijo que varias
municipalidades de Francia están decididas a volver
a la gestión pública del agua potable.
Por su parte, Avrillier expresó que los convenios
entre el Estado y las empresas privadas que
pretenden gestionar el agua son firmados por plazos
que llegan hasta los 30 años. Muy a menudo, esas
firmas “no cumplen los contratos que firman, por
ejemplo en lo que tiene que ver con el mantenimiento
de los alcantarillados, y si los cumplen se los
facturan a los usuarios”. Las privatizaciones,
manifestó, implican un “sistema con un lobby
importante que en Grenoble terminó en corrupción.
Delegar el servicio público a manos privadas fue una
práctica que se ha extendido a países de América
Latina como Argentina, Bolivia y Uruguay”, destacó.
Avrillier felicitó al pueblo uruguayo y a la CNDAV
por su determinación de no permitir la gestión del
agua por parte de multinacionales y afirmó que la
guerra del petróleo comenzó a sustituirse por la
guerra por el agua.
Touly recordó a su vez que fue en su país que
nacieron estas multinacionales que consideran al
agua como una mercancía y montaron operaciones
financieras en contra de los valores democráticos y
de la soberanía de los pueblos. “En Francia, la
privatización de la gestión del agua a favor de la
empresa Suez implicó menor calidad del agua y
mayores precios para los ciudadanos”, concluyó.
Anne Le Strat afirmó por su lado que “sólo el
servicio público puede garantizar el buen uso de los
recursos naturales”, y manifestó la solidaridad de
la delegación con “todos los movimientos populares
en defensa de la soberanía”.
En Uruguay, la CNDAV está enfrascada en un debate
con el gobierno de izquierda, luego que el 20 de
mayo el Poder Ejecutivo decretara que la reforma
constitucional no tiene efecto retroactivo y
permitiera que las empresas que tenían contratos
vigentes con el Estado los conservaran hasta la
finalización de los mismos.
En esa situación sólo hay una empresa, Aguas de la
Costa, dependiente de la francesa Suez Lyonnaise des
Eaux, ya que a la otra firma con contrato vigente,
Uragua, de capitales españoles, el Estado se lo
revocó por diversos incumplimientos. Uragua enjuició
al Estado uruguayo por esa decisión y aún permanece
en el país.
La CNDAV interpuso un recurso revocatorio al decreto
del 20 de mayo, al tiempo que no reconoce como
“autoridades válidas, ni le otorga legitimidad
alguna para asesorar, ni gestionar los recursos
hídricos a nivel local, regional o mundial a Uragua
ni a Aguas de la Costa”.
La Comisión rechaza igualmente las directivas de los
organismos multilaterales de crédito como el Banco
Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, que
“impulsan y condicionan a los gobiernos para la
privatización de los recursos naturales”, y de la
comisión “que investiga el Sistema Acuífero Guaraní,
que está siendo gerenciada por el Banco Mundial”.
texto y foto:
Carlos Caillabet
© Rel-UITA
22 de setiembre de 2005