Sindicatos uruguayos creen que no se privatizará el
agua
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Los funcionarios de la empresa estatal de agua potable
de Uruguay están convencidos de que los ciudadanos
respaldarán la modificación de la Constitución para
impedir la privatización del suministro del servicio.
"Logramos una primera victoria y ahora vamos por otra
definitiva", dijo a EFE Adriana Marquisio,
vicepresidenta de la Federación de Funcionarios de
Obras Sanitarias del Estado -FFOSE-, al comentar la
resolución de la Corte Electoral que el jueves 3 de
junio validó 247.141 firmas y habilitó un plebiscito
para definir el futuro del suministro de agua.
La Comisión de Defensa del Patrimonio Nacional,
integrada por el gremio de los funcionarios de OSE y
otras organizaciones sindicales defensoras del medio
ambiente, impulsa el referéndum para modificar un
artículo de la Constitución y lograr que el servicio
de agua potable y el de saneamiento sea prestado
exclusivamente por el Estado.
"El agua es fundamental para la vida, y muchas
empresas internacionales llevan adelante una búsqueda
voraz por hacerse con el suministro en varias partes
del mundo", destacó la dirigente sindical.
La Comisión pretende que el suministro de agua potable
siga siendo monopolio oficial y "que el Parlamento y
la ciudadanía mantengan un control estricto de cómo se
maneja ese recurso clave para el país", agregó.
Según la sindicalista, la experiencia de privatización
del servicio en parte del departamento de Maldonado,
uno de los principales del país, "ha sido muy
negativa" porque se han aumentado las tarifas y no se
ha cumplido el cronograma de obras de saneamiento.
El anuncio de la realización del plebiscito causó
preocupación entre los empresarios próximos al sector,
señaló la prensa local.
El presidente de la Cámara de Industria, Diego
Balestra, afirmó que la gremial aún no se ha
pronunciado sobre el tema, pero que lo analizará a la
brevedad.
El referéndum, que tiene el apoyo de la coalición de
izquierdas Frente Amplio y de un sector del Partido
Nacional, se realizará el 31 de octubre, en forma
paralela a la primera vuelta de las elecciones
presidenciales y parlamentarias.
Para que la iniciativa sea aprobada deberá obtener
mayoría simple de los votantes. En Uruguay el voto es
obligatorio.
Quienes apoyen la reforma de la Constitución deberán
incorporar una papeleta por el "Sí", junto a su voto
por el candidato presidencial.
"Ahora se inicia otra etapa que es convencer a 1,3
millones de uruguayos para que se den cuenta de la
trascendencia del tema y voten la modificación",
agregó Marquisio.
EFE
8 de junio de 2004