-¿En qué consiste el proyecto del puerto Puntas de Sayago?
-En 1997 el gobierno nacional, en el marco de sus políticas
de privatización y remate de los bienes estatales, puso en
subasta internacional un muelle y un ex frigorífico en la
costa oeste de Montevideo. Las instalaciones fueron
compradas por la empresa ATENIL S.A., perteneciente al Grupo
de la Unificación, es decir la secta Moon, en una cifra
irrisoria, ya que se trata de 80 hectáreas con un muelle y
una decena de miles de metros edificados de galpones,
construcciones y cámaras frigoríficas, muchas de valor
histórico. Ese frigorífico tenía un muelle que permitía el
atraque de barcos de poco calado, y contiene algunos valores
naturales interesantes, como un monte de ombúes y la punta
más externa de la bahía de Montevideo. La secta Moon
adquirió igualmente el astillero Tsakos, del otro lado de la
bahía de Montevideo, y propagandeó toda su operación como un
emprendimiento múltiple de desarrollo industrial en la zona
oeste de Montevideo. En el astillero dijeron que iban a
fabricar barcos de tipo turístico, deportivos, y
planificaban facturar, para 2001, unos 40 millones de
dólares, y contar con 300 empleados.
Hoy el astillero continúa en el mismo estado que cuando lo
compraron, pero siguen con la idea de construir un puerto
donde antes estaba el frigorífico. Ya hicieron un estudio de
prefactibilidad, que les entregó en el año 2000 una
consultora uruguaya, y este año comunicaron a la Intendencia
su voluntad de comenzar con los trabajos.
La idea inicial era de un puerto libre, privado,
fundamentalmente dedicado al tema de la madera, pero luego
incluyeron nuevos ingredientes. La secta ya compró varios
puertos a lo largo de la hidrovía Uruguay-Paraná. En
Paraguay, por ejemplo, tienen Puerto Casado, famoso porque
adquirieron hasta el pueblo. En el caso de Puntas de Sayago,
necesitan ganarle 40 hectáreas al mar para hacer los diques
de amarre y un canal de 5 kilómetros que conecte con el
canal principal de acceso al puerto de Montevideo. Es decir
que usarán en parte la infraestructura del Estado y ellos
sólo se harán cargo de la construcción de los 5 kilómetros
que lleven al puerto privado.
-¿El objetivo es sumar otro puerto a la hidrovía?
-Ellos plantean fundamentalmente otro puerto de servicios.
En un comienzo no estaban interesados en el puerto, pero al
iniciar los trámites ante el gobierno nacional le cambiaron
el dominio a la concesión del puerto y pasaron a llamarse
Cerro Free Port. Ese cambio de dominio lo hicieron a través
de una venta en 8 millones de dólares con títulos del Banco
de Crédito, otra de las instituciones propiedad del Grupo
Moon en Uruguay que después se fundió.
Después obtuvieron permisos de la Administración de
Ferrocarriles del Estado, de la Administración Nacional de
Puertos, del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, para
la construcción de las vías de acceso, y también de la
Dirección Nacional de Medio Ambiente. Pero los estudios de
impacto ambiental que presentaron ante esa última son muy
superficiales. De todas maneras, las autorizaciones que han
recibido hasta ahora no son definitivas.
-Y la Intendencia de Montevideo, que desde hace muchos años
está en manos del izquierdista Frente Amplio, ¿qué ha hecho?
-La Intendencia como tal no ha otorgado permisos de ningún
tipo. Lo que sí hubo fueron pronunciamientos de técnicos de
la Intendencia en favor del proyecto, que han hecho
indicaciones con respecto a los posibles trazados. La Junta
Departamental no ha considerado aún el tema. El problema es
que el gobierno nacional ya otorgó todos los permisos
necesarios como para llamar a licitación pública
internacional para la construcción del puerto.
-¿Este emprendimiento va en contra del Plan de Ordenamiento
Territorial definido por la Intendencia de Montevideo?
-Claro. El Plan de Ordenamiento Territorial definido en 1998
incluye al área en que se va a instalar el puerto entre las
zonas rurales de valor ecológico significativo a recuperar.
En un principio se prohibía que se construyeran puertos en
esas zonas protegidas, pero luego esa disposición se
eliminó.
Unos 300 productores de la zona protestaron porque la
población local no fue consultada y la construcción va a
atravesar un área agrícola productiva (montes de frutales,
viñas, horticultura). Además, la empresa ya demolió
construcciones sin permiso municipal. Hoy el asunto está a
estudio de la Unidad Central de Planificación de la
Intendencia, que probablemente pida a la empresa un estudio
de impacto territorial y le plantee ajustarse a las normas
vigentes. Por otra parte, este emprendimiento requeriría una
modificación del Plan de Ordenamiento Territorial, cosa que
no se puede hacer sin pasar por la Intendencia, por la Junta
Departamental y sin ser sometida a consulta pública.
Hay que tener en cuenta, además, que la costa oeste de
Montevideo tiene 25 arcos de playa y puntas rocosas, una
formación geológica que se llama Montevideo y valores muy
interesantes desde el punto de vista ambiental. Existe, por
ejemplo, pesca artesanal. Aquí están las mejores playas de
Montevideo, quizás las únicas del país cuyo entorno no está
urbanizado. Es un área rural. Donde los suelos lo permiten
se la dedica a uso agrícola, y donde no la Intendencia
pretende desarrollar un plan especial que defina usos
recreativos y turísticos regulados.
De llevarse a cabo el proyecto, la Playa del Cerro, que
acaba de ser remodelada y reconstruida, desaparecería como
playa para uso recreativo, y se verían afectadas las de
Puntas de Sayago, la Playa del Nacional, Santa Catalina y
Punta Yeguas, que es el arco de playa más usado por todos
los pobladores de esta zona pobre de la ciudad.
-¿Cuántos puestos de trabajo ocuparía el proyecto del
puerto?
-Se dijo que, directa e indirectamente, unos 2.000. Son
muchos, sobre todo para una zona de Montevideo que antes fue
industrial, con 4 frigoríficos, y donde ahora no hay nada.
En el área se generó una expectativa enorme, se formaron
colas ante la empresa para solicitar trabajo, diversos
operadores políticos anotaron gente para conseguir un
empleo. Pero pronto se vio que era un disparate.
Considerando todas las empresas que allí operan el puerto de
Montevideo no llega a ocupar 2.000 trabajadores. En general
este tipo de puertos trabaja con 3 operadores de grandes
grúas y los acopios son graneleros o madereros, y todo eso
ocupa muy poca mano de obra. Hoy la gente se ha dado cuenta
de que se trataba de una gran operación de marketing.
Desde el arranque todo este proyecto es poco serio. No creo
que tengan dinero suficiente para construir el puerto, salvo
que lo enganchen con otros de la Hidrovía, pero el Grupo de
la Unificación ya ha tenido problemas en Paraguay, Brasil.
De todas maneras, van a intentar conseguir todos los
permisos posibles antes de las elecciones nacionales del 31
de octubre, en las cuales es probable que gane la izquierda,
contraria a este proyecto. Tendrán también que enfrentar la
resistencia de la población local, de los productores...
Leonardo de León
© Rel-UITA
20 de setiembre de 2004
* Presidente de la Unidad Rural de la
Intendencia Municipal de Montevideo.