El Movimiento de Damnificados por Represas
inició una campaña contra la construcción del
Complejo Río Madeira
A pesar de poseer una de las fuentes más baratas
de energía (energía hídrica), Brasil enfrenta
una serie de problemas en el sector eléctrico y
la amenaza constante de "apagones". La
privatización del sector, realizada bajo el
argumento de que el servicio sería mejor y más
barato, terminó transformándose en un desastre
para el pueblo brasilero. Es lo que concluye el
coordinador nacional del Movimiento de
Damnificados por Represas (MAB), Gilberto
Cervinski.
En los últimos años, el MAB viene realizando una
serie de acciones contra el modelo energético
implantado en Brasil, que implica cuestiones
como privatización, control privado del agua y
de la energía, precios abusivos de tarifas,
entre otras. La iniciativa más reciente es la
campaña contra la construcción, en el norte del
país, del Complejo Río Madeira, que va a contar
con hidroeléctricas, esclusas, hidrovías y una
línea de transmisión que irá de Porto Velho
hasta San Pablo. La estimación es que, si fuere
construido, el proyecto va a inundar un área de
más de 500 kilómetros cuadrados y a desplazar a
más de 10 mil personas que viven en aquella
región.
Al colocarse en contra de la construcción del
complejo, Cervinski se pregunta a quién va a
beneficiar este proyecto. "Construir las usinas
en el Madeira representa la apertura para la
construcción de decenas de otras hidroeléctricas
dentro de la Amazonia, sin siquiera discutir una
cuestión que entendemos es fundamental: ¿energía
para qué? ¿Y para quién?". Según él, el discurso
del riesgo de apagones es utilizado para imponer
los aumentos en las tarifas de energía y el
financiamiento de esos emprendimientos, pero que
al final terminan beneficiando a unos pocos.
El modelo energético actual está organizado
alrededor de dos grupos: en el primero, los
"consumidores cautivos", del cual es parte la
población y gran parte del comercio y de la
industria de pequeño y mediano porte. Son ellos
los que pagan las tarifas más altas sin, muchas
veces, recibir un servicio de calidad. El
segundo grupo son los llamados "consumidores
libres", del cual es parte la industria
electrointensiva y grandes comercios como los
shopping centers. Este grupo recibe energía a
precio de costo, a pesar de consumir casi el 30%
de la electricidad producida en Brasil. "No se
trata de estar a favor o en contra de las
hidroeléctricas, sino de entender que la lucha
debe ser contra este modelo energético perverso,
que penaliza al pueblo y beneficia a las
multinacionales", explica.
Al pasar a ser controlada por empresas
multinacionales, las tarifas del sector
energético tuvieron un aumento del orden del
400%. Además, el 50% de los trabajadores del
sector eléctrico fueron despedidos. Y como si
eso fuera poco, la construcción de
emprendimientos como las hidroeléctricas
provocan impactos de orden ambiental y social.
Un gran número de familias es retirada de sus
casas, del lugar donde nacieron y crecieron, y
son obligadas a cambiar su modo de vida para dar
espacio a las hidroeléctricas.
En todo Brasil, las represas ya expulsaron a más
de un millón de personas. "En los años 70,
período de construcción de mega proyectos
hidroeléctricos, los damnificados no tenían
ningún tipo de derecho, eran considerados los
‘ahogados’ o los ‘expropiados’. Todo lo que
conseguimos a lo largo de estos treinta años fue
a través de mucha lucha. Sin embargo, con la
privatización, estos derechos (que no son
muchos) están siendo retirados cada día",
resalta Cervinski. En relación con el impacto
ambiental, el coordinador cita la destrucción de
6 mil hectáreas de araucaria brasilera para la
construcción de la hidroeléctrica de Barra
Grande, además de otros problemas como la
desaparición de especies, aumento de
enfermedades, etc.
La campaña contra la construcción del Complejo
Río Madeira será realizada por tiempo
indeterminado. Cervinski resalta que todos
pueden ayudar. "La campaña es un llamamiento a
toda la sociedad a juntarse con nosotros en este
levantamiento contra la venta del Río Madeira.
Hay diferentes formas de participar, sea a
través de luchas, de distribución de materiales,
de organización de debates, seminarios, grupos
de estudio, entre otros. Con esto queremos que
la lucha contra las hidroeléctricas en el Río
Madeira se transforme en una gran lucha popular
nacional y hasta internacional".
Adital
14 de diciembre de 2007