22 de abril Día de la Tierra 2006

En el Día de la Tierra, hablemos de celulosa, dioxinas y furanos

 

En 1970 se instauró el Día de la Tierra y año a año más organizaciones en el mundo se incorporan a esta conmemoración con el objetivo de informar y crear una mayor conciencia de los problemas ambientales en que nos vemos enfrentados y proteger nuestro Planeta.

 

A nivel mundial la Tierra sufre constantes agresiones que erosionan cada vez más la vida del planeta: desaparición de especies vegetales y animales, erosión de suelos, desertificación, deforestación, contaminación de agua y aire, cambio climático y la lista cada vez se hace más larga.

 

Con el objetivo de proteger la Tierra, legalmente se han conseguido triunfos como leyes que prohíben la emisión de contaminantes al ambiente o la caza y pesca de especies en peligro de extinción. Para ello se han firmado convenios internacionales con el objetivo de que los países se comprometan a proteger su propio ambiente y el de los vecinos.

 

Uruguay es país Parte de varios convenios internacionales que se han creado con el objetivo de proteger la Tierra. Uno de ellos es el Convenio de Estocolmo. En este Convenio los países Partes se comprometen a disminuir y en un futuro a eliminar los llamados “Contaminantes Orgánicos Persistentes” (COPs), dentro de los cuales se encuentran las dioxinas y furanos, nueve plaguicidas, PCBs y hexaclorobenceno.

 

Las dioxinas y furanos son compuestos químicos tóxicos que son producidos como resultado de procesos industriales, principalmente como subproductos en procesos en los que interviene el cloro.

 

La principal fuente de emisión atmosférica de dioxinas son los incineradores de residuos peligrosos, domésticos, hospitalarios o el uso de residuos peligrosos como combustible alterno en los hornos de cemento.

 

La principal fuente de emisión de dioxinas en el agua son las descargas de la industria de la celulosa que usa cloro para blanquear la pulpa para papel.

 

Las dioxinas y furanos tienen varias características comunes: son muy tóxicos, son activos fisiológicamente en dosis extremadamente pequeñas; son persistentes, es decir no se degradan fácilmente y pueden durar años en el medio ambiente; son bioacumulables en los tejidos grasos de los organismos y se biomagnifican, es decir, que aumentan su concentración  progresivamente a lo largo de las cadenas alimenticias. Por su persistencia pueden viajar grandes distancias siendo arrastrados por las corrientes atmosféricas, marinas o de agua dulce, y mediante la migración a larga distancia de los organismos que los han bioacumulado.

 

El tema que ha estado en la prensa en estos últimos tiempos ha sido la instalación de dos plantas de celulosa sobre el río Uruguay. Una de las razones a la oposición de estas plantas ha sido la contaminación por dioxinas y furanos que emitirán estas plantas de celulosa y que  contaminarán ambas riberas del río Uruguay, tanto a la argentina como a la uruguaya.

 

Hasta ahora, tanto las empresas, como el gobierno y los consultores del Banco Mundial habían asegurado que las plantas de Ence y Botnia no emitirían estas sustancias tóxicas. Sin embargo, acaba de hacerse público un nuevo informe que dice lo contrario.

 

En efecto, con fecha 27 de marzo 2006, dos expertos independientes (Wayne Dwernychuk y Neil McCubbin) de la consultora canadiense Hatfield contratada por la Corporación Financiera Internacional para hacer un análisis crítico del Estudio de Impacto Acumulativo de las plantas de celulosa en Uruguay, han presentado su informe, en el que hacen numerosos comentarios críticos y recomendaciones al borrador de la empresa consultora responsable del estudio ahora cuestionado.

 

En lo que respecta a las emisiones de dioxinas y furanos el informe dice: “Las referencias a dioxinas/furanos en los vertidos de las plantas parecen haber sido manejadas algo a la ligera. Estos compuestos son de significativa preocupación para el público en general y deben ser plenamente analizados. Dejar de lado el tema mediante la conclusión de que las dioxinas/furanos estarán en ‘niveles indetectables’ es inaceptable”.

 

En las recomendaciones los consultores agregan que el informe “debe brindar prueba de que se producirán ‘niveles indetectables’ de dioxinas/furanos”.

 

Tomando en cuenta estas observaciones, entendemos que lo que ahora corresponde es que las autoridades de gobierno competentes en este tema, analicen seriamente las conclusiones y recomendaciones de este nuevo informe y que lleven a cabo un estudio exhaustivo de las emisiones de dioxinas y furanos que emitirían estas dos plantas de celulosa.

 

Esperamos que este Día de la Tierra sea el último y que en el futuro todos los días del año sean una demostración de que tanto los gobiernos como los ciudadanos somos celosos custodias de la salud de nuestra Tierra hoy tan enferma. El desarrollo no puede hacerse a expensas del ambiente, del que todas y todos dependemos, porque a la larga todos saldremos perdiendo.

 

María Isabel Cárcamo

RAP-AL Uruguay

21 de abril de 2006

 


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