5 de junio Día Internacional del Medio
Ambiente
El derecho a un ambiente
sano:
De las
palabras a la acción
El lema de este año
para
celebrar el Día del Medio Ambiente es
"Muchas Especies. Un
Planeta. Un Futuro". Este lema encierra
claramente la protección de todos los ecosistemas que
existen en la Tierra, mensaje que también está en
concordancia con el Año Internacional de la
Biodiversidad, que enfatiza aun más el valor a la
diversidad biológica y el cuidado de la misma.
Tanto el día del medio ambiente como el año internacional de
la biodiversidad son oportunidades para hacer un llamado
a los gobernantes, autoridades y tomadores de decisiones
a proteger la biodiversidad de nuestro país y por ende
el presente y el futuro de nuestras generaciones.
En este sentido recordamos que la semana pasada
en nuestro país se llevó a cabo la asamblea
internacional del
Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).
En esa instancia el vicepresidente de la República
contador Danilo Astori se dirigió a la asamblea y
en su discurso enfatizó que “En
Uruguay incorporamos a la protección ambiental
como eje estratégico transversal fundamental del
Gabinete productivo del presidente José Mujica”.
También manifestó que “Uruguay está firmemente
comprometido con la protección del medio ambiente y que
ha reconocido internacionalmente el derecho a un medio
ambiente sano como un derecho humano fundamental para
todos y todas y muy especialmente, para los sectores mas
vulnerables de nuestras sociedades a los impactos del
cambio climático, la contaminación y la degradación
ambiental en general.”
Sin embargo, en los hechos, el país productivo que se
está promoviendo desde el gobierno está en clara
contradicción con la protección ambiental a la que el
país se ha comprometido.
En ese sentido, importa señalar que se está promoviendo
un modelo de agricultura industrial basado en grandes
monocultivos forestales, transgénicos y convencionales,
acompañados del uso masivo de agrotóxicos, sustancias
químicas que eliminan la diversidad de la flora y la
fauna.
Impactos de los agrotóxicos en el
ambiente
- Destruyen la flora que provee protección y alimentos a
la fauna que vive en la diversidad de ecosistemas que
existen en nuestro país.
- Eliminan una amplia variedad de insectos, peces y
animales provocando un desequilibrio en las cadenas
alimenticias.
- Eliminan abejas y peces, que son el sustento de muchas
familias. Apicultores y pescadores artesanales ven sus
medios de vida y de trabajo amenazados.
- Contaminan el agua y matan la diversidad de especies
acuáticas.
- Aparecen nuevas plagas, y para eliminarlas se utilizan
mayores cantidades agrotóxicos aún más potentes.
También este modelo:
- Destruye monte indígena y ecosistemas de pradera, que
son sustituidos por soja transgénica y otros
monocultivos agrícolas y forestales.
- Utiliza grandes cantidades de fertilizantes químicos,
provocando eutrofización en el agua, fenómeno que impide
que el agua se oxigene por el aumento de algas u otro
tipo de vegetación y que termina matando a los
organismos acuáticos tanto de agua dulce como marina.
- Utiliza
fertilizantes nitrogenados, y una cantidad significativa
de los mismos termina como amonio y óxidos de nitrógeno
en el aire, donde además de deteriorar la capa de ozono,
contribuyen al incremento del efecto invernadero. Parte
de los óxidos, además, disueltos en el vapor de agua,
producen ácido nítrico que cae al suelo como lluvia
ácida, afectando la diversidad de los suelos.
La necesidad del cambio
Los monocultivos agrícolas y forestales generan menos
empleo que el existente antes de su llegada, y además
están socavando el futuro de otras fuentes de trabajo
rural. En los últimos años ha habido un descenso
importantísimo en la apicultura debido a que las abejas
se mueren por falta de alimento (pérdida de
biodiversidad) y por el uso masivo de agrotóxicos. Una
situación similar ocurre con la pesca artesanal,
afectada por la mortandad de peces causada por los
agrotóxicos.
También este modelo expulsa a los productores de sus
tierras, impidiendo la producción de alimentos y
dificulta aún más la producción orgánica, que se ve
rodeada de monocultivos y afectada por los agrotóxicos
que allí se aplican.
Si como dice el vicepresidente, el gobierno está
“comprometido con la protección del medio ambiente” y si
reconoce que “el derecho a un medio ambiente sano” es
“un derecho humano fundamental para todos y todas y muy
especialmente, para los sectores más vulnerables de
nuestras sociedades”, entonces es tiempo
de pasar de las palabras a la acción y de empezar a
cambiar este modelo agroindustrial por otro que
realmente respete el derecho de los uruguayos y
uruguayas a un ambiente sano.