Anuncian el traslado de la
planta de ENCE con aval de la
Argentina |
Lo informaron ayer en
la Casa Rosada el titular de la empresa,
Juan Luis Arregui, y el jefe de Gabinete,
Alberto Fernández, tras un encuentro con
Kirchner. El gobierno uruguayo se excusó de
hacer comentarios
Mientras el Gobierno espera un gesto de la
finlandesa Botnia, la pastera española ENCE
confirmó ayer oficialmente que relocalizará
su futura planta en el Uruguay. El anuncio
se hizo en la Casa Rosada: la mudanza será
desde Fray Bentos —frente a las costas de
Gualeguaychú— hasta Punta Pereyra, justo
donde comienza el Río de la Plata.
El presidente de ENCE, Juan Luis Arregui,
había estado el lunes en Montevideo. Como
adelantó ayer Clarín, se reunió con el
presidente Néstor Kirchner y, sentado al
lado del jefe de Gabinete, Alberto
Fernández, dijo en conferencia de prensa que
se sentía "satisfecho" por "terminar el
problema" que se había presentado con
Argentina.
Según Arregui, Tabaré Vázquez ya estaba al
tanto de este traslado. En el Gobierno se
empecinaron en exhibirlo como un triunfo
propio que vendría a revelar la efectividad
de la conciliación en contraposición a la
"intransigencia" uruguaya. Arregui, además,
remitió a la preocupación del rey Juan
Carlos I por la crisis en la región.
La planta de ENCE, entonces, se instalará a
la altura del Delta, al sur de la isla
Martín García y próxima al muelle de
Conchillas. Este cambio de marcha ya había
sido anticipado por este diario.
El gobierno uruguayo no se pronunció al
respecto. Consultado por este diario, el
canciller Reynaldo Gargano anoche prefirió
no hacer comentarios. Difícil que en
Montevideo haya caído bien el anuncio y su
marco.
Frente al optimismo del que hablan los
funcionarios argentinos a partir de la
gestión del enviado de la corona española,
Uruguay asume una postura cada vez más dura.
Los ambientalistas de Gualeguaychú,
defraudados, ayer se expresaron en Buenos
Aires.
Viento y papel
El millonario español Luis
Arregui, titular de ENCE, es
conocido en España como "El
empresario del viento". Es por
su fortuna amasada con la
energía eólica. Y con las
empresas de electricidad. Nunca
pensó ni en papeleras ni en
forestación, dicen quienes lo
conocen. En agosto pasado se
hizo con la mayoría efectiva de
las acciones de ENCE, que compró
a un promedio de 30 euros. Hoy
se cotizan a 39. Un éxito
financiero para el señor del
viento. Y del papel. |
Para los entrerrianos, el anunció de ayer no
cambia el escenario. Botnia no dio señales
de mover un pie de Fray Bentos. La gestión
del facilitador Juan Antonio Yáñez se centra
en sacarles a los finlandeses al menos la
decisión de sentarse a conversar.
Esta planta ya está construida en un 70 por
ciento. Tiene su propio puerto y su
producción de celulosa va a ser una de las
más importantes del mundo.
Con las particularidades de cada caso, el
último fin de semana estuvieron bloqueados
los puentes internacionales de Gualeguaychú,
Colón y Concordia. Los manifestantes de las
dos primeras ciudades —sobre todo— ya
informaron que el único modo de que se
relocalicen ellos es que Botnia se vaya de
Fray Bentos.
El acuerdo cerrado ayer en Buenos Aires
incluyó dos detalles adicionales. Por un
lado, Arregui puntualizó que ENCE abandonará
el puerto que ya tenía levantado frente a
Gualeguaychú, lo que le significará una
pérdida de 80 millones de dólares. Y por
otro, adelantó que su compañía comprará
madera argentina.
"Esto es bueno porque a todos nos va a caer
algo de beneficio. Más al norte de Uruguay
hubiera sido un pelín mejor, pero queremos
seguir conviviendo bien con los dos países",
resumió Arregui, que tiene nuera y nieto
argentinos. La relocalización es de
exactamente 250 kilómetros al sudoeste del
trazado original.
Alberto Fernández le acercó más el micrófono
al ejecutivo español cuando éste mencionó la
voluntad de diálogo entre el Gobierno
argentino y ENCE. "Encontramos (en esta
empresa) la comprensión y las ganas de
querer comprender", completó el jefe de
Gabinete, en alusión tácita a la posición
dura de Botnia.
Para los voceros oficiales, el logro del
Gobierno fue bajar a ENCE del río Uruguay a
una zona en la que —suponen— nadie podría
quejarse de contaminación ambiental. Aunque
ése es otro aspecto controvertido, porque
los españoles —igual que los finlandeses—
juran que sus industrias son limpias,
mientras que los entrerrianos dan por seguro
lo contrario y la Casa Rosada pide un nuevo
estudio técnico.
Independientemente de todo esto, Uruguay
mantiene su estrategia de reclamos
diplomáticos. El próximo lunes pedirá en La
Haya que el tribunal de las Naciones Unidas
mande a la Argentina hacer algo con los
bloqueos en las rutas. Y mañana presentará
una queja formal ante la Organización
Mundial del Turismo por las pérdidas
económicas provocadas por los cortes.
Pablo Abiad
Clarin.com
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