La
actividad forestal que se lleva a cabo en el país, basada en
el monocultivo a gran escala de especies exóticas, genera
impactos ambientales negativos en suelos, agua, flora y
fauna y agrava la crisis económica y social que se vive en
el país.
Paradójicamente este tipo de actividad sigue siendo
subsidiada (en particular a través de exoneraciones
impositivas), mientras el país vive una profunda crisis
social y económica. Por lo tanto entendemos que es el
momento de revisar esa política de promoción de una
actividad ambientalmente negativa y socialmente injusta, y
dirigir los esfuerzos económicos del Estado a prácticas
agropecuarias en armonía con el medio ambiente y que
reviertan el empobrecimiento y el vaciamiento rural.
Entendemos también que aún estamos a tiempo de evitar la
instalación de las proyectadas gigantescas plantas de
celulosa, que no harían más que terminar definitivamente con
el Uruguay Natural productivo y sustentable al consolidar el
modelo forestal de monocultivos a gran escala y al exponer
al río Uruguay a procesos de contaminación resultantes de la
producción de celulosa. Los escasos puestos de trabajo en el
sector industrial no compensarían los que se perderían en
otros sectores (turismo, producción melífera, pesca), en
tanto que los empleos en las plantaciones (caracterizados
por la informalidad, la zafralidad y las malas condiciones
de trabajo) desplazarían a más trabajadores rurales,
empujándolos a la marginación social.
Al
mismo tiempo, resulta triste constatar que, pese a que el
monte indígena constituye nuestro único sistema forestal
nativo, el Estado uruguayo prácticamente no destina recursos
para asegurar su protección, uso sustentable y
rehabilitación. Numerosas áreas de monte han desaparecido y
las que aún perduran se continúan degradando, sin que se
adopten medidas eficaces para revertir ese proceso de
deterioro.
Por todo ello, el Grupo Guayubira hace un llamamiento para
que se modifique sustancialmente la legislación forestal
vigente y que pase a centrarse en nuestro único recurso
forestal nativo: el monte indígena.
Al
mismo tiempo
proponemos un gran diálogo nacional
para elaborar una política de aprovechamiento
de la madera existente en las plantaciones, centrada en la
generación del mayor número de empleos posibles y en la
protección ambiental.
¡Queremos un Uruguay Natural, pero no solamente en los
anuncios publicitarios!
Grupo Guayubira
4 de junio de 2004