Fue reafirmada la necesidad de:
                          
                           
                          
                          Oponerse, con luchas, movilizaciones, articulaciones 
                          nacionales e internacionales, al actual modelo de 
                          desarrollo, al proyecto agro-exportador, y a la 
                          transgénesis, que afectan trágicamente a los pueblos 
                          del Cono Sur, agrediendo con los monocultivos al medio 
                          ambiente y a los campesinos;
                          
                           
                          
                          A la mentira de la sustentabilidad de la soja, afirmada 
                          oficialmente en la Mesa Redonda de
                          
                          Soja Sustentable en Foz de Iguazú, a partir de los intereses 
                          de los países del norte y de los empresarios de los 
                          agronegocios con el apoyo escandaloso de grandes ONGs 
                          internacionales y nacionales.
                          
                           
                          
                          
                          
                           
                          
                          Denunciar la relación entre agronegocios e hidronegocios que, 
                          junto a la destrucción planificada de las mayores 
                          cuencas hidrográficas de América Latina, se encaminan 
                          a la privatización de las aguas;
                          
                           
                          
                          Defender el agua como derecho de todos los seres vivos, bien 
                          común, contra la lógica de las empresas 
                          transnacionales que la consideren mera mercadería;
                          
                           
                          
                          Denunciar a los agronegocios como responsables por la 
                          mercantilización de la vida y de la tierra;
                          
                           
                          
                          Denunciar a los gobiernos por la exclusión de la Reforma 
                          Agraria de las políticas de Estado;
                          
                           
                          
                          Resistir como pueblos indígenas y campesinos en la defensa de 
                          las culturas, de los territorios y de las economías 
                          tradicionales, construyendo una indispensable unidad 
                          en las luchas con los movimientos sociales urbanos;
                          
                           
                          
                          Incentivar y difundir experiencias agroecológicas campesinas, 
                          no simplemente como técnicas alternativas de cultivos, 
                          producción y consumo, sino radicalmente, como visión 
                          alternativa de la vida y del mundo, creando nuevas 
                          relaciones entre la naturaleza y los seres humanos.
                           
                          
                           
                          
                          
                          
                           
                          
                          
                          
                          Palabras expresadas por Jorge Eduardo Rulli en el 
                          Itepa del Movimiento de los Sin Tierra, durante el 
                          Contraencuentro de Foz de Iguazú, marzo de 2005.
                          
                           
                          
                          En el centro geográfico del MERCOSUR de la Soya, venimos 
                          desde todos los puntos cardinales de América del Sur a 
                          decirle NO al proyecto neocolonial de apropiación de 
                          nuestros Recursos Naturales por parte de las 
                          Corporaciones, proyecto neocolonial en el que de 
                          manera abusiva y mentirosa usan muchos de nuestros 
                          propios discursos sociales y ambientales.
                          
                           
                          
                          Nos honra el estar junto a los movimientos campesinos de 
                          nuestros países y especialmente al respetado 
                          Movimiento de los sem Terra de Brasil, en este momento 
                          que es umbral de tiempos nuevos en la conciencia y en 
                          la resistencia al modelo que se nos impuso.
                          
                           
                          
                          Hemos señalado a esta etapa como la del maquillaje verde por 
                          parte de las empresas sojeras. Etapa en que las 
                          corporaciones internacionales disputan los mercados 
                          calificados y en que muchas ONGs venden servicios 
                          ambientales, según fueron largamente preparadas por 
                          los organismos financieros y las fundaciones 
                          internacionales de desarrollo. Estamos ante una 
                          agroecología con sustitución de insumos que podríamos 
                          representar como una comoditización de lo orgánico y 
                          que no hace sino legitimar los modelos de agro 
                          exportación. Que no nos sorprenda que a poco andar las 
                          Multinacionales inauguren junto a sus departamentos de 
                          transgénicos y de agrotóxicos, las nuevas áreas de 
                          producciones orgánicas para los mercados 
                          internacionales calificados....
                          
                           
                          
                          La Deuda Externa y las dictaduras militares estuvieron sin 
                          lugar a dudas en el origen de la implantación en 
                          nuestros países de estos enclaves neocoloniales de 
                          agro exportación. Nosotros necesitábamos divisas con 
                          que pagar la deuda y los países centrales precisaban 
                          forrajes, esa fue la ecuación que se nos impuso. El 
                          terrorismo de Estado había quebrado la voluntad o la 
                          aspiración de los sectores políticos de generar otro 
                          tipo de modelo, un modelo capaz de resistir con 
                          dignidad el peso de la Deuda y el neoliberalismo 
                          impuso con facilidad las leyes de los mercados 
                          globales sobre nuestras devastadas economías.
                          
                           
                          
                          En estos precisos momentos, en la Embajada Argentina en 
                          Londres y auspiciado por la Fundación Hábitat y 
                          Desarrollo, se están ofreciendo tierras a las 
                          corporaciones para extender las áreas temáticas que 
                          precisa el turismo internacional y también la 
                          negociación con los sectores ambientalistas… entre 
                          esas tierras hay siete mil hectáreas de la Estancia 
                          Guaycolec, en la provincia de Formosa, donde se 
                          intenta concretar un proyecto de reservas naturales 
                          privadas…
                          
                           
                          
                          Necesitamos una organización informativa y de investigación 
                          común a todos nosotros, sectores activistas del campo 
                          y de la ciudad, una organización que nos permita 
                          manejar la inteligencia de lo que ocurre, de los pasos 
                          y de las acciones de aquellos a los que enfrentamos. 
                          Necesitamos ese Observatorio del MERCOSUR en función 
                          de las estrategias de lucha que debemos darnos y ese 
                          ha sido uno de los objetivos que hemos traído como 
                          Grupo de Reflexión Rural a este Contraencuentro. .
                          
                           
                          
                          Necesitamos asimismo, completar las heroicas luchas del 
                          movimiento campesino y de los pueblos originarios con 
                          una creciente conciencia en las ciudades de la 
                          importancia política de la ruralidad y del peso del 
                          modelo agrario y de consumo como consecuencia del 
                          impacto en nuestros países del Capitalismo Global. 
                          Porque las grandes megalópolis insustentables, donde 
                          reina la inseguridad y se vive al borde del colapso 
                          ambiental, son la otra cara del modelo de 
                          despoblamiento y de agricultura sin agricultores. Y 
                          estamos convencidos que esta guerra sólo se definirá 
                          estratégicamente en los grandes escenarios políticos 
                          si conseguimos que la población empobrecida y 
                          desempleada tome conciencia que el modelo rural es la 
                          actual fábrica de la pobreza y que es preciso remover 
                          definitivamente ese modelo.
                          
                           
                          
                          La fragmentación del pensamiento y de las luchas actuales, la 
                          superposición de esfuerzos y la competencia 
                          intergrupal son una consecuencia del modelo neoliberal 
                          y de los impactos del consumismo y del Capitalismo 
                          Global sobre nuestras culturas. Debemos ser capaces de 
                          recuperar una mirada totalizadora para poder ordenar 
                          el campo de las luchas populares con sinergia y sin 
                          las actuales competencias, superposiciones y 
                          enfrentamientos. Debemos articular esa múltiple 
                          diversidad que somos y aprovechar nuestras diferentes 
                          voces para gritar más fuerte, debemos aprender a sumar 
                          nuestras miradas parciales para poder alcanzar a ver 
                          el conjunto de la empresa que tenemos por delante.
                          
                           
                          
                          Es imprescindible para eso cambiar el eje del pensamiento. No 
                          pensar en términos del modelo ni tampoco con las 
                          categorías obsoletas de progreso y desarrollo que 
                          heredamos y que deberíamos comenzar a revisar. Debemos 
                          comprender lo global para poder emprender desde lo 
                          local la RECONSTRUCCION DEL ESTADO EN CONSTRUCCION, la 
                          reconstrucción del Estado desde el empoderamiento de 
                          las comunidades para de ese modo rescatar el ejercicio 
                          de las Políticas Públicas, hoy en manos de las 
                          corporaciones.
                          
                           
                          
                          Una cierta REFORMA AGRARIA y un rediseño poblacional del 
                          territorio en el Hotel Bourbon por parte de las 
                          corporaciones son una realidad brutal que ellos se 
                          proponen. Si alguna duda tuviésemos, allí esta la 
                          presencia en la apertura de Rosatto, Ministro de la 
                          Reforma Agraria del Gobierno de Lula. La realidad es 
                          que ante la amenaza de una Crisis Social provocada por 
                          el modelo de despoblamiento y exclusión, y dado que 
                          las transnacionales se han reservado el manejo de la 
                          provisión de insumos y de los mercados 
                          internacionales, muchos se proponen sin mayor 
                          conciencia una Reforma Agraria que amplíe simplemente 
                          la base social del modelo de producción de Soja. 
                          Nosotros, frente a esas propuestas decimos con Artigas 
                          y con Perón que la tierra debe ser para quien la 
                          trabaja y muy especialmente para quien habita en ella. 
                          Nos planteamos por ello en este encuentro debatir 
                          sobre los contenidos, sobre las característicos y los 
                          imprescindibles marcos nacionales de una Reforma 
                          Agraria que resuelva entonces la cuestión de la tierra 
                          y que no ignore el gran desafío de cambiar el modelo 
                          rural, sino también, que aborde el gran tema de las 
                          semillas, así como de la cuestión del arraigo y de la 
                          Cultura americana.
                          
                           
                          
                          Y estoy convencido que podemos afirmar que NO hay Reforma 
                          Agraria sin rediseño del territorio por parte del 
                          Estado en construcción, y que no hay Reforma Agraria 
                          sin rediseño territorial y sin un Proyecto Nacional.
                          
                           
                          
                          En el Hotel Bourbon y en el Foro de los Cien Millones de 
                          granos sustentables, se sientan muchas ONGs 
                          ambientalistas y muchos productores orgánicos con 
                          aquellas corporaciones que torcieron la voluntad del 
                          pueblo de Brasil de no hacer transgénicos. Se sientan 
                          con los que consienten que las tropas paraguayas 
                          acompañen la invasión de los sojeros a las tierras 
                          campesinas y que protejan a los mosquitos y a los 
                          aviones fumigadores que envenenan las tierras rojas 
                          del Paraguay y la sangre de su gente. Se sientan con 
                          aquellos que transformaron a la Argentina en un 
                          inmenso laboratorio biotecnológico, que transformaron 
                          a un país que alguna vez fuera el granero del mundo en 
                          esta republiqueta forrajera que somos actualmente. Se 
                          sientan por último, con los aquellos que están detrás 
                          de la secesión del territorio de Santa Cruz en el 
                          hermano pueblo de Bolivia, porque son justamente los 
                          sojeros argentinos algunos de los que están empujando 
                          la división de ese territorio.
                          
                           
                          
                          Comparten la mesa redonda de la Soya con quienes continúan 
                          ignorando el PRINCIPIO PRECAUTORIO y aplicando a 
                          rajatabla esa farsa anticientífica que es la 
                          EQUIVALENCIA SUBSTANCIAL. No es un tema menor 
                          compañeros, el ignorar los derechos precautorios y nos 
                          necesitan para que los legitimemos.
                          
                           
                          
                          Por eso insistieron durante años para que compartiéramos sus 
                          paneles, para que discutiéramos con ellos 
                          públicamente, para que nos sentáramos en sus mesas 
                          redondas de consultas y consensos. Contrariándolos en 
                          esas mesas garantizábamos su reproducción. 
                          Venciéndolos en los debates extraviábamos nuestros 
                          principios. No queremos contrariarlos ni tampoco 
                          consensuar con ellos. No aceptamos que sean nuestros 
                          adversarios porque son nuestros enemigos. Son el 
                          enemigo. Por eso estamos aquí con la Vía Campesina y 
                          con tantos hermanos y hermanas solidarias, y ellos 
                          están allá, en el Hotel Bourbon, con los Maggi, con 
                          los Trucco, con Syngenta y con el Fondo Mundial para 
                          la Naturaleza. La fuerza de la Vida se ordena y se 
                          organiza pero sobre todo crece en la Conciencia. Vamos 
                          bien compañeros. Sigamos por este camino que otro 
                          mundo es posible.
                          
                           
                          
                           
                          
                          Argenpress
                          
                          13 de abril de 2005