La forestación de las empresas
trasnacionales avanza en Uruguay
Vecinos nos mostraron
como desde el norte viene avanzando la forestación a
ritmo acelerado. La zona de la Quebrada de los Cuervos
–a pesar de ser paisaje protegido– no es ajena a este
avance. Una prueba más del avance silencioso y
avasallador de la forestación sobre nuestro territorio.
Días atrás el Grupo Guayubira visitó la zona de la
Quebrada de los Cuervos en el departamento de Treinta y
Tres, primera en entrar al Sistema Nacional de Áreas
Protegidas bajo la categoría de “Paisaje protegido”.
Para nuestra sorpresa, vecinos de la Quebrada nos
mostraron como desde el norte viene avanzando la
forestación a ritmo acelerado. La zona de la Quebrada de
los Cuervos –a pesar de ser paisaje protegido– no es
ajena a este avance. Parte del área es propiedad de la
empresa norteamericana Weyerhaeuser (Colonvade) y
lindante a la misma, en la zona de amortiguación o de
transición, hay campos propiedad también de
Weyerhaeuser y de la empresa forestal extranjera
Pradera Roja.
“Miren que
son pagos lindos…”
A medida que avanzamos en nuestro recorrido vamos
descubriendo las serranías. En las partes altas la vista
es hermosa, la mirada se pierde en el horizonte
ondulación tras ondulación. Al internarnos en las
laderas internas de las quebradas descubrimos el monte
de quebrada con sus distintas espesuras y protector de
los arroyos Yerbal y Yerbal chico, afluentes del Río
Olimar, cursos que alimentan de agua potable a la ciudad
capital.
Una convivencia posible
En la Quebrada la belleza del paisaje serrano, montes
nativos y cursos de agua se combina con las producciones
locales y el turismo a pequeña escala.
La asignación de la categoría paisaje protegido a la
zona de la Quebrada de los Cuervos permite que los
vecinos que forman parte del área permanezcan en la
misma y puedan seguir desarrollando sus actividades como
hasta ahora. Con ansiedad esperan la convocatoria para
participar en la elaboración del plan de manejo del área.
Una
convivencia imposible
“La
forestación
ya nos tomó” comenta un vecino con tristeza al hablar de
la presencia cada vez mayor de empresas forestales en la
quinta y cuarta sección del departamento, al tiempo que
pregunta “¿y qué podemos hacer nosotros?”.
Se respira un aire de impotencia por parte de los
pequeños productores familiares frente al avance de las
empresas trasnacionales.
Hay incertidumbre sobre los nuevos propietarios de los
campos. Se sabe que la mayoría son empresas forestales y
se supone que de origen extranjero. Nos explican que
muchas veces las compras se hacen a través de personas
físicas que luego terminan siendo representantes de
forestales. Además de Weyerhaeuser y Pradera
Roja, a partir de datos conseguidos luego de una
exhaustiva averiguación por parte de algunos vecinos, se
sabe de la presencia de la forestal Atlántico Sur
con capitales chilenos.
La
modalidad imperante también genera incertidumbre, ya que
en general lo primero que hacen las empresas forestales
al comprar las tierras es arrendarlas para ganadería.
De esta forma no es obvio el destino final para
monocultivos de árboles. Incluso los arrendamientos se
hacen hasta once meses para evitar los contratos anuales
y poder disponer del campo en cualquier momento y evitar
así la posibilidad de procedimientos legales por parte
de los arrendatarios. De acuerdo con una persona
entrevistada, de un momento a otro “viene una cuadrilla
y forestan de golpe.
La gente no lo ve, cuando te querés acordar está todo
forestado”.
El caso de la
“Estancia El Tatú”
El predio de la ex Estancia El Tatú está junto al límite
del área protegida y su nombre deriva de la presencia de
cantidad de tatúes entre otras especies de fauna nativa.
Hoy gran parte de su superficie está forestada.
Se
hicieron surcos sin considerar criterios para prevenir
la erosión del suelo (a favor de la pendiente). También
se aplicaron herbicidas en amplias áreas y un vecino
cuenta que luego de la fumigación visitó el lugar y no
encontró ni un tatú ni una mulita ni nada, todo estaba
marrón, sin vida.
Pa hallar los
viejos lugares … algún camino ha de haber
Los vecinos no bajan los brazos; se han comunicado y se
siguen comunicando con las distintas autoridades que
tienen competencia en la zona. Les preocupa la ausencia
de un plan de manejo para el área y la demora en la
creación de la Comisión Asesora Específica para el área,
espacios en los cuales ellos esperan poder formar parte.
Les preocupa la aprobación del proyecto de forestación
de Pradera Roja a pesar de estar dentro de la
zona adyacente al área protegida y tienen la
incertidumbre sobre si Weyerhaeuser también va a
ser autorizada a forestar en sus predios dentro del área.
Un tema central para el debate electoral
Los hallazgos aquí brevemente reseñados de la visita a
la zona son muy preocupantes –ya que se trata de un área
protegida- y ameritan la atención de las autoridades
competentes. Lamentablemente, no son una excepción, sino
que constituyen una prueba más del avance silencioso y
avasallador de la forestación sobre nuestro territorio.
Hasta ahora, el proceso electoral ha estado centrado en
la definición de candidatos a ocupar la Presidencia de
la República. Sin dejar de apreciar la importancia de
elegir a quien puede llegar a presidir el país durante
los siguientes cinco años, es de esperar que en esta
segunda etapa la discusión se centre más en la
definición del modelo de país que cada partido se
propone desarrollar en caso de resultar vencedor en las
elecciones nacionales.
En ese sentido, sería fundamental que los candidatos
presidenciales informaran a la población en general
sobre su opinión respecto al tema de la concentración y
extranjerización de la tierra, en particular vinculada a
la forestación. A esta altura para nadie es un secreto
que las empresas forestales –en particular extranjeras–
continúan adquiriendo tierras en los más diversos puntos
del país, ocupando tierras antes dedicadas a la
ganadería, agricultura y a la producción familiar. Urge
por ello una definición de los dos principales
candidatos –y de sus partidos– sobre si piensan adoptar
o no medidas para frenar el actual proceso concentrador
y extranjerizador de la tierra.
Grupo Guayubira
8 de julio de 2009