Uruguay
Ι AGROTÓXICOS
Las abejas en peligro
La creciente evidencia de la disminución en las
poblaciones de abejas ha causado gran preocupación,
debido al alto valor que cumplen en los ecosistemas
La mortandad de las abejas tiene efectos nocivos no solo
en la pérdida de producción de miel. Ellas cumplen un
papel fundamental en la polinización de las plantas, es
decir con la mortandad de los polinizadores se corta la
cadena alimentaria y se impide la continuidad de la
vida.
A fines de marzo
la revista inglesa Science publicó dos estudios
donde se muestran los impactos de los insecticidas
de la familia Neonicotinoides sobre las abejas.
Una intoxicación
que desorienta a las
abejas
Los dos estudios mencionados en la revista tienen la
ventaja de fundarse sobre observaciones de campo en
condiciones naturales, en vez de hacerse en laboratorio,
y ambos hacen hincapié en los impactos que causan los
insecticidas de la familia Neonicotinoides sobre el
sistema nervioso central de los insectos.
El primer estudio, realizado por un instituto de
agronomía francés, observó el efecto de las sustancias
con principio activo Tiametoxam y constató la pérdida
del sentido de la orientación.
Se colocó un chip radio-identificador en el tórax de 653
abejas. Entre el 10 y el 31 por ciento de las abejas
intoxicadas, igualmente con dosis reducidas de
exposición a estas sustancias, no encontraron el camino
de regreso a la colmena. Según el estudio esto
explicaría el problema de síndrome de colapso de
colonias, ya que las abejas que no encuentran su colmena
mueren tres veces más que lo habitual.
Un abejorro (mangangá)
sin apetito
La segunda investigación, realizada en Escocia, basó su
estudio en el efecto del insecticida Imidacloprid de la
familia Neonicotinoides, sobre el abejorro Bumbus
terrestris, insecto polinizador que sufre también una
disminución de su población.
Después de 6 semanas de exposición a este insecticida,
el peso de los nidos era menor, entre el 8 y el 12 por
ciento, que las colonias de control que no estuvieron
expuestas a este tóxico, concluyendo que, la exposición
a este insecticidas hizo que los abejorros perdieran el
apetito. Por otro lado, los nidos produjeron 85 por
ciento menos cantidad de reinas, lo que significa 85 por
ciento menos de nidos para el siguiente año, indicando
esto una clara disminución de su población.
Uruguay: agrotóxicos
y desaparición de las
abejas
Desde hace años, a nivel mundial, los apicultores
denuncian el efecto que tienen los agrotóxicos
utilizados en las cercanías de sus colmenas. Uruguay
no escapa a este hecho tan alarmante.
En diciembre del 2010 la Sociedad Apícola Uruguaya (SAU)
llevó a cabo un seminario para tratar el tema,
“Agroquímicos y apicultura”, donde el tema de los
agrotóxicos estuvo presente, por ser esta una de las
causas más importantes en la mortandad de las colmenas.
A raíz de esta preocupación las autoridades competentes
toman medidas de restricción del uso de un insecticida
altamente tóxico para las abejas, el fipronil.
Sin embargo esta medida no ha sido suficiente ya que las
abejas siguen desapareciendo.
En marzo de este año,
nuevamente apicultores desde Colonia a Salto
se han visto enfrentados a la pérdida de sus colmenas
hasta en un 40 por ciento, fenómeno que se repite año
tras año.
El despoblamiento que se está observando en nuestros
campos, es muy similar al ocurrido en los estudios
presentados recientemente en la revista Science. Cabría
preguntarse si este despoblamiento no se deberá al uso
masivo de insecticidas altamente tóxico para las abejas.
La pregunta es relevante ya que sustancias con el
principio activo Tiametoxam que se utilizó en el estudio
realizado en Francia, son permitidas y vendidas
en Uruguay. De acuerdo a los datos de la Dirección
General de Servicio Agrícola, dependencia del Ministerio
de Ganadería, Agricultura y Pesca la lista es la
siguiente: Engeo 247 SC, Metoxan 70 WS, Actara 25 WG,
Equs-D, Uppercut, Luger 70 WS FN, Escudo 247 CE,
Escorial 25 FW, Pharaon 35 FS, Geonex, Luger 70 WS,
Escudo 247 SC, Tiamethoxan 70 %, Tiametoxan 14.1 +
Lambdacialotrina 10.6 Solaris, Extreme 247 S.C, y Renova
25 WDG.
Además el Imidacloprid, insecticida que formó parte del
estudio realizado en Escocia también es utilizado
ampliamente en nuestro país. Probablemente la respuesta
de la desaparición de las abejas se encuentre en el uso
de estos tóxicos.
Estudios que muestren los impactos de los agrotóxicos
sobre las abejas hay suficientes, pero medidas para que
esto no continúe, no. Es hora que las autoridades
competentes tomen acciones que permitan la continuidad
de la vida y no el exterminio de ésta.