A pesar
de las presiones el contrato con la empresa
multinacional de la minera Río Tinto Alcan (RTA) fue
rechazado por el presidente Fernando Lugo, por no
convenirle al Paraguay y por considerarlo tan
pernicioso como el Tratado de Itaipú.
Después
del golpe, Federico Franco inició
oficialmente las negociaciones, y paradójicamente lo
presenta como uno de sus grandes trofeos
conseguidos.
Aportamos algunos datos y que cada ciudadano los
reflexione y, si lo cree conveniente, se una a las
acciones de protesta.
La
industria nacional creó 322.732 empleos directos en
2010 y consumió 1,6 millones de MWh/año. Río Tinto
Alcan creará 1.250 empleos solamente y consumirá 9,6
millones de MWh/año.
Si se le
otorga una tarifa subsidiada de 38 dólares/MWh por
20 años, para empezar Río Tinto Alcan tendrá
un subsidio de 195 millones de dólares anuales que
llegará a más de 1.000 millones al año cuando se use
toda la hidroelectricidad paraguaya en 2031
Por todo
ello se recomendaría aceptar la posibilidad de que
RTA se instalara, siempre que la
transnacional accediera a trabajar sin el subsidio
de 21,7 dólares/MWh, (el costo real del servicio
eléctrico es 59,7 dólares/MWh) y asumiera los
incrementos que sufra el costo de oportunidad de la
energía en el Paraguay. Esto significa no
subsidiar a la RTA de ninguna forma.
Pero
firmar ese contrato cuyas negociaciones ya han
comenzado con Federico Franco es convertir al
Paraguay en un país enclave del aluminio como
antes los fuimos del tanino, yerba mate, madera,
soja y electricidad. De este modo, nunca tendremos
una industria verdaderamente nacional, sino que
estaremos siempre en manos de las multinacionales.
Repito: reaccionemos antes de que mediante el
tratado con la Río Tinto Alcan “el gobierno del
golpe” nos meta en un nuevo tratado, parecido al de
Itaipú, del que luego nos arrepentiremos sin
remedio.
Por una
vez, aprendamos de la historia.
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