Celulosa
Monocultivo provoca éxodo
en
el sur de Bahía |
El
monocultivo de eucalipto, implantado por la industria de celulosa Veracel,
en el extremo sur del Estado de Bahía, es el gran responsable del éxodo
rural en la región
Un informe del Centro de Estudios y Pesquisas
para el Desarrollo del Extremo Sur de Bahía (Cepedes) muestra que
organizaciones ambientalistas, de agricultores y de indígenas reclaman que
la expansión del monocultivo de eucalipto en la región expulsó a decenas de
pequeños productores y ocupó tierras fértiles para la agricultura.
Para la entidad, la salida de los agricultores
del campo es uno de los principales problemas que enfrenta el extremo sur
bahiano. La ciudad de Eunápolis es responsable del mayor índice de éxodo
rural de los últimos años en el país. El estudio muestra que cerca del
59,37% de agricultores dejaron la zona rural, ya que en Brasil el índice es
de 28%. El aumento del éxodo coincide con la expansión del monocultivo en la
región, que comenzó en los años 90.
Otro informe sobre la empresa realizado por la
organización sueca SweedWatch, durante el año 2003, denuncia que el número
de agricultores familiares se redujo drásticamente en la región porque la
Veracel compró sus tierras. Agricultores asentados por la reforma agraria
afirman haber recibido una oferta de 30.000 reales por 15 hectáreas de
tierra. Los principales accionistas de la Veracel son la brasilera
Aracruz Celulose y la sueco-finlandesa Stora Enso.
En el Extremo Sur de Bahía existen 700 mil
hectáreas de eucalipto plantadas. De este total, la Veracel posee casi 147
mil hectáreas, de las cuales 73 mil hectáreas son de monocultivo de
eucalipto. La empresa es además propietaria de una fábrica de celulosa que
produce 900 mil toneladas de celulosa blanqueada de eucalipto por año. Las
empresas Aracruz y la Stora Enso, las dos principales
accionistas de la Veracel, tienen proyectos de plantación de eucaliptos y de
instalaciones de industrias de celulosa en Río Grande do Sul.
La investigación del Cepedes tuvo en
consideración datos referentes a las condiciones de vida de la población y
los aspectos económicos y sociales del municipio. Fueron además utilizados
datos del IBGE (Instituto Brasilero de Geografía y Estadística), de los
gobiernos estatal y federal, de las propias empresas de celulosa y del
Cepedes, además de haberse recolectado informaciones en las comunidades
investigadas. Todo el proyecto fue coordinado por el científico social
Cristiano Raykil.
Por otro lado, muchos trabajadores de otras
regiones fueron atraídos con la esperanza de conseguir empleo en la
industria de celulosa, sea en las plantaciones o en la fábrica, pues la
inversión en la construcción e infraestructura fabril de la empresa fue de
U$S 1.200 millones de dólares. De este total, R$ 1.500 millones fueron
financiados por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES),
que es, inclusive, accionista en el 12,5% de las acciones de la Aracruz,
detentora del 50% de las acciones de la Veracel Celulose.
En 1994, los medios de comunicación regionales
divulgaron que el eucalipto produciría 12 mil empleos. A causa de esta
noticia, habitantes de varias ciudades bahianas y de los estados de Minas
Gerais y Espírito Santo se trasladaron hacia el extremo sur de Bahía. La
empresa llegó a generar 11,5 mil empleos en 2004, más del 80% de este total
sólo en las obras de construcción.
Mientras tanto, al término de las obras, el
número de trabajadores fue reducido. Según la Superintendencia de Estudios
Económicos y Sociales de Bahía (SEI), el extremo sur de Bahía estaba, en
2004, entre las cinco regiones más productivas del Estado a causa de su
diversificación productiva. Pero Cristiano Raykil ve ese puesto
comprometido. Él dice que por cada 183 hectáreas de eucalipto plantado es
generado solamente un empleo, mientras que en otros cultivos, como el de
café, se genera un empleo por hectárea.
Adital
30 de octubre de 2006
FOTO:
cienciahoje.uol.com.br
Volver
a Portada