Uruguay

Cambian plomo en la nafta por MTBE, poderoso cancerigeno

 

A tres años de haber "descubierto" la contaminación con plomo en Montevideo, pero a más de 30 años de conocimiento a nivel mundial de este problema, ANCAP ha resuelto retirar el plomo de las naftas. En parte ha resuelto y en parte lo obligan. Por orden judicial, ANCAP podría verse obligado a no fabricar más naftas con plomo a partir del 31 de diciembre del año 2003 o exponerse a pagar una multa de 900 Unidades Reajustables, por cada día que se demore en cumplir con la orden judicial. Esta sentencia está aún pendiente y deberá resolverse antes de fin de mes.

Por su parte la empresa sostiene que no tiene ninguna responsabilidad en el problema de la plombemia montevideana. Sin embargo desde la década de 1970 se viene advirtiendo en todo el mundo sobre los efectos de la contaminación que provoca el uso del tetraetilo de plomo en las naftas. Más allá de los argumentos que puedan esgrimir los técnicos de ANCAP sobre los porcentajes y niveles de emisión no hay como escurrirle el bulto a la responsabilidad del plomo de las naftas en la contaminación de las personas tal como es reconocido en el mundo entero desde hace décadas.

El abandono del tetraetilo de plomo podría haber sido una buena noticia. Sin embargo es en realidad motivo de una nueva preocupación: el combustible que ahora fabrica ANCAP sustituye el plomo por MTBE un peligroso contaminante químico que está siendo prohibido en todo el mundo.

 

La triste historia del MTBE

El metil-ter-butil-eter, (MTBE) es un compuesto químico derivado del petróleo que fue introducido a partir de 1979 como un elevador del octanaje de las naftas para sustituir al tetraetilo de plomo.

Sin embargo, a poco de comenzar a usarse este químico se descubrió que era un poderoso cancerígeno, altamente volátil y soluble en el agua lo que hace difícil evitar sus fugas y migraciones. Una de las formas en las que este compuesto contamina el agua es por los derrames ocasionados durante su transporte y almacenamiento. Otra manera es por la evaporación de las naftas (por ejemplo en las estaciones de servicio) que ocasiona que el MTBE sea arrastrado hacia la atmósfera donde se disuelve en el agua de lluvia que cae posteriormente sobre el suelo y las aguas.

En Estados Unidos donde las gasolinas contienen en entre el 11% y el 15% de MTBE la controversia sobre su uso lleva al menos 15 años. Los estudios que se han hecho sobre los efectos de este compuesto en la salud humana son tan concluyentes que la EPA (agencia ambiental de EEUU) lo ha incluido en su lista de sustancias peligrosas como un potente cancerígeno.

Varios son los estudios que se han realizado en el mundo sobre la contaminación provocada por el MTBE. Uno de los más difundidos ha sido "Dirty Air, Dirty Water: The Politics of Cartest And Oxygenated Gasoline" realizado por Julian C. Holmes para el estado de Mayne en 1998. Holmes se lamenta que no se hubieran determinado adecuadamente los efectos tóxicos agudos o crónicos del MTBE antes de permitirse su uso en la gasolina. Sostiene que muchos consumidores y trabajadores, cuando se exponen a gasolina que contiene MTBE, padecen de dolores de cabeza, vómito, diarrea, fiebre, tos, dolores musculares, adormecimiento, desorientación, mareos, e irritaciones en la piel y los ojos. Reconoce que el MTBE causa depresiones en el sistema nervioso central, dificultades respiratorias, ataxia, inflamación crónica de la mucosa nasal, irritación en los ojos y erupciones en la piel.

Un poco después de la aparición del informe de Holmes, en Noviembre de 1998 otra investigación sobre el MTBE por parte de la Universidad de California señalaba que los avances tecnológicos hacían cada vez menos necesario el uso de aditivos como el MTBE y que la contaminación de fuentes de agua por su uso representaba un costo que no era compensado por los beneficios que otorgaba al sustituir al tetraetilo de plomo.

 

Toda el agua contaminada

La reacción de las autoridades de EEUU no se hizo esperar. Uno de los primeros Estados en suspender el uso de MTBE fue Alaska debido a los problemas de salud que ocasionaba en los trabajadores de las refinerías de petróleo, y por la contaminación de agua

 

Pero la mayor reacción se vio en California. En Santa Mónica, el 80% del agua había sido contaminada con MTBE. Las compañías involucradas, Shell y Chevron, están aún haciéndose cargo a su costo del abastecimiento de agua y se han comprometido a recuperar las fuentes afectadas. La empresa Mobil por su parte ha sido demandada por fugas de una estación de gasolina y deberá pagar por los daños ocasionados en el pasado y los costos que puedan aparecer en el futuro debidos al suministro de agua de fuentes alternas.

En todo el estado de California se han reportado mas de 10.000 acuíferos contaminados por este producto y se han presentado demandas judiciales contra las principales compañías petroleras que producen o distribuyen MTBE en California, entre ellas Chevron, Shell, Mobil, Arco y Texaco por la contaminación de acuíferos. Todo el sistema de abastecimiento de agua subterránea debió ser cancelado a causa de la contaminación. Ante semejante desastre sanitario el 25 de marzo de 1999 el gobernador de California Gray Davis puso como fecha tope para dejar de utilizar el MTBE en las naftas el 31 de diciembre de 2002 (luego aplazado hasta el 31 de diciembre de 2003).

Un importante testimonio fue el de John Stephenson, director de Recursos Naturales y Ambiente de la General Accounting Office, perteneciente al Congreso de los Estados Unidos. El 8 de Mayo del 2002 -contraviniendo a todos quienes decían que los derrames se podían controlar- declaró ante el Congreso que llevaban registradas más de 76.000 fugas de naftas de los tanques de almacenamiento de todo el país. Particularmente hizo referencia al caso de Roselawn, Indianna, donde los niños habían estado bebiendo agua contaminada con MTBE con una concentración 10 veces superior al límite permitido.

En los Estados Unidos ya están de vuelta: el Senado aprobó este año la enmienda Frist/Daschle sobre energías renovables que impone la obligatoriedad de la gasolina reformulada, en la que se deberá sustituir el aditivo MTBE, derivado del petróleo por alcohol etílico (etanol). La nueva legislación eliminará el uso del MTBE en cuatro años en todo el territorio de Estados Unidos.

 

A cadena perpetua

Uno de los problemas que se nos plantea a futuro es que no vamos a poder deshacernos del MTBE tan fácilmente según nos ilustran los hechos ocurridos en Estados Unidos y Canadá. Allí, a raíz del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el Estado de California y el Gobierno de Canadá fueron ambos demandados por intentar eliminar los aditivos cancerígenos como el MTBE de las gasolinas.

Cuando el Estado de California prohibió el MTBE porque contaminaba su agua potable el fabricante canadiense (Methanex, filial canadiense de Ethyl Corporation) hizo juicio a los Estados Unidos basándose en las regulaciones del TLCAN. Según la demanda de la empresa, la prohibición del MTBE no se adecua al principio de causar menos restricciones al comercio como obliga el acuerdo. Según Methanex la alternativa debió ser reparar los tanques y establecer un riguroso sistema de control, medidas que serían más costosas para California pero no afectarían el comercio. El estado de California aún está en litigio y es probable que deba suspender la medida o atenerse al pago de 970 millones de dólares de multa.

Algo similar ocurrió en Canadá, curiosamente en un litigio con la misma empresa pero en su filial estadounidense. La misma compañía (Ethyl Corporation) pero del lado de EEUU ya le ganó un juicio al Gobierno de Canadá porque sus regulaciones ambientales respecto al MMT -otro aditivo de las naftas a base de manganeso- afectaban el libre comercio. En este caso ya hubo un fallo del tribunal de arbitraje del TLCAN: Canadá debió pagar 13 millones de dólares a la empresa por las pérdidas ocasionadas.

Todos los acuerdos de libre comercio que están en proceso de negociación, como el Acuerdo General de Comercio de Servicios de la OMC o el ALCA, incluyen este principio. Según los ideólogos de esta nueva era de acuerdos comerciales las soluciones para los problemas ambientales o sanitarios deben ser elegidas entre las que menos entorpecen el comercio. En caso que una empresa se vea afectada por regulaciones nacionales puede iniciar una demanda en el tribunal arbitral correspondiente y si éste entiende que hay alternativas que no restringen el comercio, entonces el país puede ser obligado a retirar las regulaciones o pagar una multa seguramente multimillonaria.

En el horizonte futuro de un Uruguay integrado al ALCA o a los nuevos acuerdos de la OMC, ANCAP no va a poder dar marcha atrás con el uso del MTBE, de la misma manera que no lo pudo hacer Canadá o no lo está pudiendo hacer EEUU sin pagar multas extravagantes. La elección del MTBE como aditivo para la gasolina sin plomo puede convertirse en una condena a cadena perpetua.

 

La opción olvidada

Sin embargo hay un producto natural que puede sustituir al MTBE, con la misma eficiencia, mejor performance ambiental y que tendría enormes ventajas para el Uruguay: el etanol. Este puede ser producido a partir de caña de azúcar, maíz, arroz, paja de trigo y muchos otros productos agrícolas. El uso de etanol, además de evitar la contaminación, sería una oportunidad productiva para el sector agrícola nacional y reduciría la dependencia del petróleo. Demasiado bueno para que pase en Uruguay.

La nueva legislación de EEUU que busca eliminar el uso del MTBE sustituyéndolo por etanol, alcanzará un consumo de al menos 20.000 millones de litros de este biocombustible en el año en 2012. Según el Departamento de Agricultura de EEUU esto creará 13.000 puestos de trabajo en el medio rural, de los cuales el 23% serán en la propia agricultura, el 21% en la industria transformadora y el 56% en la industria auxiliar. En los 5 años que van desde que se anunció la prohibición en California la producción de etanol se duplicó.

Algunas empresas petroleras como Exxon Mobil Corp., BP, Valero Energy Corp, Chevron Texaco y Shell Oil Co. han comenzado a sustituir el MTBE por etanol. Pero mucho más cerca de nosotros, Brasil hace más de 20 años que produce y usa etanol como aditivo o sustituto de las naftas. La gasolina del vecino norteño " que desde 1992 no contiene plomo- hoy utiliza etanol en una mezcla al 20% producido en el país, con caña de azúcar brasilera.

 

Pobres y bobos

Estoy convencido que no somos tanto subdesarrollados por pobres como por bobos. Cuando el asunto de la plombemia nos explotó en la cara, hacía más de 20 años que se sabía del problema en todo el mundo. Hacía muchos años que la mayor parte de la nafta consumida en el mundo no contenía plomo pues había ocasionado problemas de salud graves en todas las ciudades del planeta. En Uruguay hubo quienes se hicieron los distraídos y se dieron por enterados solamente cuando a los chiquilines de La Teja se les hicieron los estudios de plombemia. Sin embargo en Uruguay ya se sabía y se habían incluso publicado informes y artículos por lo menos desde el año 1992.

Ahora estamos iniciando la producción de nafta con un aditivo que ya se sabe que es cancerígeno, que contamina fácilmente las aguas y que se está prohibiendo en todo el mundo. ¿Es que somos bobos? ¿Cuánto tiempo va a pasar para que nos encontremos con el agua contaminada y "descubramos" el problema del MTBE? ¿No podremos aprender de las lecciones de otros países y ahorrarnos tiempo, plata y salud? ¿O es que nos gusta actuar como subdesarrollados?

No tengo mayores expectativas de que este artículo haga cambiar de opinión a las autoridades de ANCAP o a los gobernantes. Solo quiero escribirlo para tratar de evitar que dentro de unos años nos digan que no había datos, que nadie había alertado del problema y que solo entonces se enteraron del peligro.-EcoPortal.net

 

 

Gerardo Honty

EcoPortal.net

26 de abril de 2004

 

 

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